Complementos del altar: El Caliz

Es el vaso sagrado en forma de copa, donde se pone el vino que se ha de consagrar. Ha de ser metálico, tan precioso como sea posible, con pie y nudo saliente entre éste y la copa propiamente dicha.

El cáliz sirve en la Santa Misa para poner el vino y unas gotas de agua, que, después de ofrecido y mediante la consagración, se convierte en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

Antes los cálices tenían dimensiones mayores que los actuales.  Hay cálices valiosísimos, algunos son verdaderas obras de arte. Si no pueden ser de oro o de plata, por lo menos la copia ha de ser interiormente dorada.

Todo cuando pueda decirse de la riqueza de los cálices debe animarnos a embellecer nuestra alma en pureza y fervor para que al comulgar, Dios la encuentre pura y limpia como el cáliz. 

V Domingo después de Epifanía

TEXTOS DE LA MISA EN ESPAÑOL

Introito. Salm. 96.7-8.1-

Adorad a Dios sus ángeles todos; oyólo y alborozóse Sión, y regocijáronse las hijas de Judá.  V/.- Reina el Señor, rego­cíjese la tierra; alégrense todas las islas. Gloria al Padre,

Colecta.- Te rogamos, Señor, guardes a tu familia con una con­tinua piedad, para que sea siempre por ti defendida, pues se apoya en la sola esperanza de la gracia celestial. Por nuestro Señor.

Epístola. Col. 3.12-17.- 

Hermanos: Como escogidos que sois de Dios, santos y amados, revestíos de entrañas de misericordia, de benignidad, humildad, modestia, paciencia: sufríos unos a otros y perdonaos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor os ha perdonado, así también hacedlo vosotros. Mas, sobre todo esto, tened caridad, que es el vínculo de perfec­ta perfección. Y triunfe vuestros corazones la paz de Cristo, a la que fuisteis llamados para formar un solo cuerpo. Sed agradecidos. La palabra de Cristo, more en vosotros abundantemente con toda sabiduría; enseñaos y amonestaos unos a otros, con salmos, himnos y cánticos espirituales, y cantad de corazón a Dios dándole gracias. Cualquier cosa que hagáis, sea de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, dando gracias a Dios Padre por medio de Jesucristo Señor nuestro.

Gradual. Salm. 101.16-17.-

Los pueblos venerarán tu nombre, Señor, y todos los reyes de la tierra tu gloria. Porque el Señor reedificará Sión y en ella será visto en su majestad. 

Aleluya.

Salm 96.1.- Aleluya, aleluya, V/. Reina el Señor; regocíjese la tierra, alégrense todas las islas. Aleluya.

Evangelio. Mat. 13.24-30.- 

En aquel tiempo: Dijo Jesús a las turbas esta parábola: Es semejante el reino de los cielos a un hombre que sembró buena simiente en su campo. Y mientras dormían los hombres, vino cierto enemigo suyo y sembró cizaña en medio del trigo Y llegándose los criados del padre, le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena simiente en tu campo? Pues ¿Cómo tiene cizaña? Contestóles: Algún enemigo mío ha hecho esto. Replicaron los criados. Replicaron los criados: ¿Quieres que vayamos a recogerla? No, les respondió, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis con ella el trigo, Dejad crecer uno y otra hasta la siega; que al tiempo de siega diré a los segadores: Coged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla; mas el trigo guardadlo en mi granero.

Ofertorio. Salm. 117.16-17.- 

La diestra  del  Señor  ha obrado proezas, la diestra del Señor me ha ensalzado; no moriré, sino viviré, y pregonaré las obras del Señor.

Secreta.-

Te ofrecemos, Señor, hostias de propiciación, para que perdones misericordioso nuestras culpas, y dirijas tú mismo   nuestros   vacilantes corazones. Por nuestro Señor.

Prefacio de la Santísima Trinidad.-

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que con tu unigénito Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Señor, no en ­la individualidad de una persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Por lo cual, cuanto nos has revelado de tu gloria, lo creemos tam­bién de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distin­ción. De suerte, que confe­sando una verdadera y eterna Divinidad, adoramos la pro­piedad en las personas, la unidad en la esencia, y la igualdad en la majestad, la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar a diario, diciendo a  una voz. Santo…

Comunión. Luc.4.22.- 

Maravillávanse todos de las palabras que salían de la  boca  de Dios.

Poscomunión.-

Te rogamos, ¡oh Dios omni­potente!, nos concedas la gracia de conseguir el efecto de aquel don saludable, cuya prenda hemos recibido por estos misterios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

TEXTOS DE LA MISA EN LATIN

Dóminica V Post Epiphaniam

II Classis

Introitus: Ps. xcvi: 7-8

Adoráte Deum omnes Angeli ejus: audívit, et lætáta est Sion: et exsultavérunt fíliæ Judæ. [Ps. ibid., 1]. Dóminus regnávit, exsúltet terra: læténtur ínsulæ multæ. Glória Patri. Adoráte Deum.

Oratio:

Famíliam tuam, quǽsumus, Dómine, contínua pietáte custódi: ut quæ in sola spe grátiæ cæléstis innítitur, tua semper protectióne muniátur. Per Dóminum.

Ad Colossenses iii: 12-17

    Léctio Epistolæ beáti Pauli Apóstoli ad Colossenses:


Fratres: Indúite vos ergo sicut elécti Dei sancti et dilécti víscera misericórdiæ, benignitátem, humilitátem, modéstiam, patiéntiam: subportántes ínvicem, et donántes vobismetípsis si quis advérsus áliquem habet queréllam: sicut et Dóminus donávit vobis, ita et vos. Super ómnia autem hæc, caritátem habéte, quod est vínculum perfectiónis: et pax Christi exúltet in córdibus vestris, in qua et vocati estis in uno córpore: et grati estóte. Verbum Christi hábitet in vobis abundánter, in omni sapiéntia, docéntes, et commonéntes vosmetípsos psalmis, hymnis, et cánticis spiritálibus, in grátia cantántes in córdibus vestris Deo. Omne quodcúmque fácitis in verbo aut in ópere, ómnia in nómine Dómini Jesu Christi, grátias agéntes Deo et Patri per Jesum Christum Dóminum nostrum.

Graduale Ps. ci: 16-17

Timébunt gentes nomen tuum, Dómine, et omnes reges terræ glóriam tuam. V. Quóniam ædificávit Dóminus Sion, et vidébitur in majestáte sua.
Allelúja, allelúja. [Ps. xcvi: 1] Dóminus regnávit, exsúltet terra: læténtur ínsulæ multæ. Allelúja.

Matthew xiii: 24-30 

    †     Sequéntia sancti Evangélii secúundum Matthæum.


In illo tempore: Dixit Jesus turbis parábolam hanc: Símile factum est regnum cælórum hómini, qui seminávit bonum semen in agro suo. Cum autem dormírent hómines, venit inimícus eius, et superseminávit zizánia in médio trítici, et ábiit. Cum autem crevísset herba, et fructum fecísset, tunc apparuérunt et zizánia. Accedéntes autem servi patris familias, dixérunt ei: » Dómine nonne bonum semen seminásti in agro tuo? Unde ergo habet zizánia?» Et ait illis: » Inimícus homo hoc fecit.» Servi autem dixérunt ei: «Vis, imus, et collígimus ea?» Et ait «Non: ne forte colligéntes zizánia, eradicétis simul cum eis et tríticum. Sínite útraque créscere usque ad messem, et in témpore messis dicam messóribus: ‘Collígite primum zizánia, et alligáte ea fascículos ad comburéndum, tríticum autem congregáte in hórreum meum.'»

Offertorium: Ps. cxvii: 16 et 17.

Déxtera Dómini fecit virtútem, déxtera Dómini exaltávit me: non móriar, se vivam, et narrábo ópera Dómini.

Secreta:

Hóstias tibi, Dómine, placatiónis offérimus: ut et delicta nostra miserátus absólvas, et nutántia corda tu dírigas. Per Dóminum.

Communio: Luc. iv: 22

Mirabántur omnes de his, quæ procedébant de ore Dei.

Postommunio: 

Quǽsumus, omnípotens Deus: ut illius salutáris capiámus efféctum, cujus per hæc mystéria pignus accépimus. Per Dóminum.

Festividad de Cristo Rey

INTROITO Apocalipsis 5,12; 1.6; Salmo 71,1

Digno es el Cordero, que ha sido degollado de recibir la potencia, la divinidad, la sabiduría la fortaleza y el honor. A él gloria y poder por los siglos de los siglos. V/.  Oh Dios, da tu equidad al Rey; y tu justicia al Hijo del Rey. V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

COLECTA

Omnipotente y sempiterno Dios, que has querido reunirlo todo en tu amado Hijo, Rey del universo; concédenos propicio que todos los pueblos, disgregados por la herida del pecado, se sometan a su suavísimo imperio. El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

EPÍSTOLA Colosenses 1,12-20

Lección de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses

Hermanos: Damos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,  y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres,  visibles e invisibles. Tronos y Dominaciones,  Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

GRADUAL Salmo 71, 8.11

Dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. V/. Todos los reyes se prosternarán ante él, y le servirán todas las naciones.

ALELUYA Daniel 7, 14

Aleluya, aleluya. V/.  Su dominación es una dominación eterna, que no pasará; y su reino, un reino que jamás será destruido. Aleluya.

EVANGELIO Juan 18, 33-37

Continuación del santo Evangelio según San Juan.

En aquel tiempo: Dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?». Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?». Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». Pilato le dijo: «Entonces, ¿tú eres rey?». Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».

OFERTORIO Salmo 2,8

Pídeme, y te daré las naciones por herencia y en posesión los confines de la tierra.

SECRETA

n verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias siempre y en todas partes, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que ungiste a tu unigénito Hijo y Señor nuestro Jesucristo, sacerdote eterno y rey de todos, con óleo de alegría, para que, ofreciéndose a sí mismo en el ara de la cruz, como víctima pacífica y sin tacha, obrase el misterio de la humana redención, y, una vez sometidas a su imperio todas las criaturas, entregase a tu infinita majestad un reino eterno y universal, reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz. Y por eso, con los Ángeles y .los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar.

COMUNIÓN Salmo 28,10-11

El Señor se sienta rey por siempre; el Señor bendecirá a su pueblo en la paz.

POSCOMUNIÓN

Alimentados con el pan que da la inmortalidad, te pedimos. Señor, que cuantos nos gloriamos de militar bajo las banderas de Cristo Rey, podamos con él mismo reinar por siempre en el cielo. El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Complementos del altar: La Capa Pluvial

Parece que  antes, en las frecuentes procesiones que se hacían por los alrededores de los pueblos, los clérigos llevaban previsoramente para guardarse de posibles lluvias esta capa que, además de cubrirles el cuerpo, tenía entre los hombros una capucha para poder cubrirse la cabeza si empezaba a llover, por esto, pues hoy en día, por tal recuerdo a esta capa se la llama  pluvial, o sea para la lluvia.

Detalle de una Capa Pluvial

Conviene saber que es obligatoria cuando se tiene, para ciertas ceremonias o bendiciones más solemnes, por ejemplo, la bendición anual de las candelas; de las cenizas; de los ramos  de olivos y del fuego nuevo; también debe llevarse en la  bendición con la custodia durante la exposición  del Santísimo así como en la procesión eucarística.

No es de uso exclusivo de los sacerdotes; pero no pueden usarla los seglares.

Vísperas del XXI Domingo después de Pentecostés

Rito de entrada

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo, * y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, * por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.

Salmos


Ant. Dijo el Señor a mi Señor: * Siéntate a mi diestra.


Salmo 109


Oráculo del Señor a mi Señor: * «Siéntate a mi derecha,
Y haré de tus enemigos * estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: * somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; * yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora».
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: * «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».
El Señor a tu derecha, el día de su ira, * quebrantará a los reyes.
Dará sentencia contra los pueblos, amontonará cadáveres, * quebrantará cráneos sobre la ancha tierra.
En su camino beberá del torrente, * por eso levantará la cabeza.
V. Gloria al Padre, al Hijo, * y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, * por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra.

Ant. Grandes son las obras del Señor, * dignas de estudio para los que las aman.


Salmo 110


Doy gracias al Señor de todo corazón, * en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor, * dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra, * su generosidad dura por siempre;
Ha hecho maravillas memorables, * el Señor es piadoso y clemente. Él da alimento a sus fieles,
Recordando siempre su alianza; * mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
Dándoles la heredad de los gentiles. * Justicia y verdad son las obras de sus manos,
Todos sus preceptos merecen confianza: son estables para siempre jamás, * se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo, * ratificó para siempre su alianza,
Su nombre es sagrado y temible. * Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
Tienen buen juicio los que lo practican; * la alabanza del Señor dura por siempre.
V. Gloria al Padre, al Hijo, * y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, * por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman.

Ant. El que teme al Señor * muy exacto es en cumplir sus mandamientos.


Salmo 111


Dichoso quien teme al Señor * y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra, * la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia, * su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, * clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. * El justo jamás vacilará,
Su recuerdo será perpetuo. * No temerá las malas noticias,
Su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, * sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, * y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará, rechinará los dientes hasta consumirse. * La ambición del malvado fracasará.
V. Gloria al Padre, al Hijo, * y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, * por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El que teme al Señor muy exacto es en cumplir sus mandamientos.

Ant. Sea el nombre del Señor * bendito por los siglos.


Salmo 112


Alabad, siervos del Señor, * alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor, * ahora y por siempre:
De la salida del sol hasta su ocaso, * alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos, * su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono * y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido, * alza de la basura al pobre,
Para sentarlo con los príncipes, * los príncipes de su pueblo;
A la estéril le da un puesto en la casa, * como madre feliz de hijos.
V. Gloria al Padre, al Hijo, * y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, * por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Sea el nombre del Señor bendito por los siglos.

Ant. Nuestro Dios está en los cielos; * Él ha hecho todo cuanto quiso.


Salmo 113


Cuando Israel salió de Egipto, * los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario, * Israel fue su dominio.
El mar, al verlos, huyó, * el Jordán se echó atrás;
Los montes saltaron como carneros; * las colinas, como corderos.
¿Qué te pasa, mar, que huyes, * y a ti, Jordán, que te echas atrás?
¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros; * colinas, que saltáis como corderos?
En presencia del Señor se estremece la tierra, * en presencia del Dios de Jacob;
Que transforma las peñas en estanques, * el pedernal en manantiales de agua.
No a nosotros, Señor, no a nosotros, * sino a tu nombre da la gloria;
Por tu bondad, por tu lealtad. * ¿Por qué han de decir las naciones: «Dónde está su Dios»?
Nuestro Dios está en el cielo, * lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, * hechura de manos humanas:
Tienen boca, y no hablan; * tienen ojos, y no ven;
Tienen orejas, y no oyen; * tienen nariz, y no huelen;
Tienen manos, y no tocan; tienen pies, y no andan; * no tiene voz su garganta:
Que sean igual los que los hacen, * cuantos confían en ellos.
Israel confía en el Señor: * Él es su auxilio y su escudo.
La casa de Aarón confía en el Señor: * Él es su auxilio y su escudo.
Los fieles del Señor confían en el Señor: * Él es su auxilio y su escudo.
Que el Señor se acuerde de nosotros * y nos bendiga,
Bendiga a la casa de Israel, * bendiga a la casa de Aarón;
Bendiga a los fieles del Señor, * pequeños y grandes.
Que el Señor os acreciente, * a vosotros y a vuestros hijos;
Benditos seáis del Señor, * que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor, * la tierra se la ha dado a los hombres.
Los muertos ya no alaban al Señor, * ni los que bajan al silencio.
Nosotros, sí, bendeciremos al Señor * ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, al Hijo, * y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, * por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Nuestro Dios está en los cielos; Él ha hecho todo cuanto quiso.

Capítulo Himno Verso


2 Cor 1:3-4


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias, y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras aflicciones.
R. Demos gracias a Dios.

Himno

Oh Dios de bondad, creador de la luz,
de quien procede la que ilumina nuestros días,
que, al disponer el origen del mundo,
creaste ante todo una luz nueva;

Tú que das el nombre de día al tiempo que transcurre
entre la aurora y el ocaso,
escucha nuestras preces y nuestras lágrimas,
ahora que viene la noche recordándonos las tinieblas del caos.

Que el alma abrumada por el peso de sus pecados,
mientras no piensa en las cosas eternas
y se halla prisionera de los vínculos de la culpa,
no sea desterrada del beneficio de la vida.

Haz que llamemos a la puerta del cielo;
que ganemos el premio de la verdadera vida;
que evitemos todo cuanto puede dañarnos;
que nos purifiquemos de todo mal.

Concédenoslo, oh Padre misericordiosísimo,
y Tú, el Unigénito igual al Padre,
que, con el Espíritu consolador,
reinas por todos los siglos.
Amén.

V. Ascienda, Señor, mi oración hacia ti.
R. Como el olor del incienso ante tu presencia.

Canticum: Magnificat


Ant.  ¡Siervo malvado! * Toda aquella deuda te la perdoné, porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Aleluya.


(Cántico de la B. Virgen María * Lc 1, 46-55)


Proclama * mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu * en Dios, mi salvador;
Porque ha mirado la humillación de su esclava. * Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: * su nombre es santo,
Y su misericordia llega a sus fieles * de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: * dispersa a los soberbios de corazón,
Derriba del trono a los poderosos * y enaltece a los humildes,
A los hambrientos los colma de bienes * y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, * acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido a nuestros padres, * en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
V. Gloria al Padre, al Hijo, * y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, * por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. ¡Siervo malvado! * Toda aquella deuda te la perdoné, porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Aleluya.

Oración


V. Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.


Oremos.

Guarda, Señor, a tu familia con amor incansable, para que con tu protección se vea libre de toda adversidad y se consagre a tu nombre con la práctica del bien.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos.

 
R. Amén.

Conclusión


V. Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
V. Las almas de los fieles, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
R. Amén.

Misa de la Virgen del Pilar

MISA EN ESPAÑOL

INTROITO Éxodo 13, 22; Salmo 98, 6-7

Tenemos por guía la Columna que nunca falto delante del pueblo, ni de día ni de noche. V/. Invocaban al Señor y él los oía; desde la Columna de nube les hablaba. V/. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén. 

COLECTA

Omnipotente y sempiterno Dios, que por la Gloriosísima Madre de tu Hijo nos deparaste celestial amparo: concédenos propicio que cuantos con piadosa devoción la veneramos bajo el especial título del Pilar seamos protegidos perpetuamente con su auxilio. Por  nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

EPÍSTOLA  Eclesiástico 24, 3-8

Lección del libro de la Sabiduría

«Yo salí de la boca del Altísimo, primogénita de todas las criaturas. He hecho surgir una luz perpetua en el cielo y como niebla cubrí la tierra. Puse mi tienda en las alturas,  y mi trono era una columna de nube. Sola recorrí la bóveda del cielo  y me paseé por la profundidad del abismo. Goberné sobre las olas del mar y sobre toda la tierra,  sobre todos los pueblos y naciones, con mi fuerza he sometido el corazón de los poderosos y los humildes. En todos ellos busqué un lugar de descanso y una heredad donde establecerme. Entonces el Creador del universo me dio una orden, el que me había creado estableció mi morada y me dijo: “Pon tu tienda en Jacob, y fija tu heredad en Israel” y hunde tus raíces entre mis elegidos.

GRADUAL Salmo 26, 6. 39, 3

Me pondrá en alto sobre una piedra y luego levantara mi cabeza sobre mis enemigos. V/. Asentó mis pies sobre piedra, y enderezo mis pasos.

ALELUYA Éxodo 17, 9

Aleluya, Aleluya. V/. Mira que yo estaré allí ante ti sobre la piedra. Aleluya. 

EVANGELIO Lucas 11, 27-28

Continuación del Santo Evangelio según San Lucas

En aquel tiempo: Mientras hablaba Jesús a las multitudes, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

OFERTORIO Eclesiástico 45,14

Corona de oro sobre su cabeza, adornada con sello de santidad, ornamento de gloria, obra primorosa, que cautiva las miradas. 

SECRETA

Oh Dios, que con la protección de la Madre de tu Unigénito hiciste resplandecer a nuestros ojos la luz de la fe: haz, te rogamos, por sus méritos y preces, que permanezcamos firmes en la misma fe y fervientes en la caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dio 

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Verdaderamente es digno y justo, es nuestro deber y nuestra salvación el darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, Padre santo, omnipotente y eterno Dios: Y que en la festividad de la bienaventurada siempre Virgen María, te alabemos, bendigamos y aclamemos. Ella después de haber concebido a tu único Hijo por obra y gracia del Espíritu Santo y conservando siempre la gloria de la virginidad, dio a luz al que es la luz eterna, Jesucristo, nuestro Señor. Por quien los Ángeles alaban a tu Majestad, las Dominaciones la adoran, las Potestades la temen, los Cielos y las Virtudes de los cielos y el ejército bienaventurado de los Serafines unidos en la misma alegría la celebran. Con ellos te pedimos también quieras admitir nuestras voces que en suplicante alabanza dicen: 

COMUNIÓN Isaías 22, 16

Labraste con esmero un monumento en lugar elevado, en la piedra una mansión para ti.

POSCOMUNIÓN

Señor Dios nuestro, alimentados con las celestiales delicias, te rogamos suplicantes: que, pues celebramos la solemnidad de la Santísima Madre de tu Hijo con la advocación del Pilar, logremos por su valimiento arribar felizmente a los goces eternos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

MISA EN LATIN

INTROITO Éxodo 13, 22; Salmo 98, 6-7

Columnam ducem habemus quae numquam defuit per diem neque per noctem coram populo. V/.  Invocabant Dominum, et ipse exaudiebat eos: in columna nubis loquebatur ad eos. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén. 

COLECTA

Omnipotens sempiterne Deus, qui per gloriosissimam Filii tui Matrem caeleste praesidium nobis mirabiliter praeparasti: concede propitius, ut quam peculiari titulo de Columna pia devotione veneramur, ejus perpetuo protegamur auxilio. Per eumdem Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen. 

EPÍSTOLA  Eclesiástico 24, 3-8

LÉCTIO LIBRI SAPIÉNTIÆ.

Ego ex ore Altissimi prodivi primogenita ante omnem creaturam. Ego feci in caelis, ut oriretur lumen indeficiens, et sicut nebula texi omnem terram. Ego in altissimis habitavi, et thronus meus in columna nubis. Gyrum caeli circuivi sola, et profundum abyssi penetravi: in fluctibus maris ambulavi, et in omni terra steti, et in omni populo et in omni gente primatum habui: et omnium excellentium et humilium corda virtute calcavi: et in his omnibus requiem quaesivi, et in hereditate Domini morabor. Tunc praecepit et dixit mihi Creator omnium: et qui creavit me requievit in tabernaculo meo, et dixit mihi in Iacob inhabita, et in Israël hereditare, et in electis meis mitte radices. 

GRADUAL Salmo 26, 6. 39, 3

In petra exaltavit me: et nunc exaltavit caput meum super inimicos meos. V/. Statuit super petram pedes meos: et direxit gressus meus. 

ALELUYA Éxodo 17, 9

Allelúia, Allelúia. V/. En ego stabo ibi coram te super petram. Allelúia.

EVANGELIO Lucas 11, 27-28

SEQUÉNTIA SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM LUCAM.

In illo témpore: Loquente Jesu ad turbas, extollens docem quaedam mulier de turba, dixit illi: Beatus venter qui te portavit, et ubera quae suxisti. At ille dixit: Quinimmo beati qui audiunt verbum Dei et custodiunt illud.

OFERTORIO Eclesiástico 45,14

Corona aurea super caput ejus, expressa signo sanctitatis et gloria honoris: opus virtutis, et desideria oculorum. 

SECRETA

Deus, qui protegente Genitrice Filii tui, fidei lumen nobis splendescere fecisti; praesta, quaesumus: ejus meritis et praecibus, in eadem fide stabiles inveniamur, et in caritate ferventes. Per eumdem Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus. 

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Et te in festivitate beátæ Maríæ semper Vírginis collaudáre, benedícere, et predicáre. Quæ et Unigénitum tuum Sancti Spíritus obumbratióne concépit: et virginitátis glória permanénte lumen ætérnum mundo effúdit, Jesum Christum Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur, súpplici confessióne dicéntes

COMUNIÓN Isaías 22, 16

Excidisti in excelso memoriale diligenter, in petra tabernaculum tibi.

POSCOMUNIÓN

Caelestibus pasti deliciis, te supplices deprecamur, Domine Deus noster; ut beatissimae Genitricis Filii tui titulo de Columna solemnitatem celebrantes, ipsa intercedente, ad gaudia aeterna feliciter pervenire valeamus. Per eumdem Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Complementos del Altar: La Dalmática

Esta holgada túnica de seda que corresponde al color litúrgico, es usada tanto por el Diácono como por el Subdiácono. Acortada en su parte inferior y  abierta un buen trozo por los lados. Se llama así, por proceder de la Dalmacia.

Antes la dalmática era propiamente privativa del diácono; y el subdiácono en lugar de la dalmática, llevaba una pieza parecida, pero distinta, llamada tunicela, que solía ser un poco más corta y menos rica en sus adornos. Hoy son prácticamente iguales y tan solo se distinguen por su ornamentación.

Se aconseja al diácono y al subdiácono que, al revestirse, recen  una oración que a nosotros puede servirnos  también para poner  piadosamente a tono nuestro espíritu al  verles revestidos de ella:

El diácono dice: “Revestidme, Señor, con el ornamento de salvación y con el vestido de  gozo; y cubridme siempre con la dalmática de la santidad”

El subdiácono dice: “Que el Señor me revista con la túnica del gozo y con el ornamento de la alegría”

Complementos del altar: El conopeo

Del mismo modo que decíamos que para mayor reverencia está mandado a cubrir el copón, incluso cuando está dentro del Sagrario con un envoltorio de seda blanca, también por la misma razón está ordenado que el Sagrario esté todo él  cubierto con un envoltorio de tela de color, que puede ser blanca -color litúrgico de la Eucaristía- o mejor aún del color litúrgico del día. Este obligado envoltorio se llama conopeo.

El conopeo ha de ser un envoltorio total, y en lo posible,  no abierto por delante como una cortina; tampoco ha de ser transparente. Y aunque esto, que está positivamente ordenado, parece que tenga el inconveniente de ocular la  suntuosidad o el arte empleado en la construcción del sagrario, tiene en cambio una excelente compensación; y es que, con el conopeo, todos los sagrarios, así los más ricos como los más sencillos, ganan en magnificencia, al parecer todos por igual una rica tienda en la cual habita el Rey de reyes.

Aún es mayor, en ciertos casos, el servicio que pueda prestar el conopeo en la práctica. Por ejemplo: en una iglesia donde no cuide de atender esta ley del conopeo, cuando del sagrario se retira la Reserva para trasladarla a otro sagrario del mismo templo, es casi seguro que los fieles que entren después al templo, de momento y por costumbre, no harán la genuflexión ante el sagrario que encierra la Reserva, sino que la harán ante el que ha quedado vacío. En cambio, este error no es posible en las iglesias  donde se recubre con el conopeo el sagrario donde está el Santísimo Sacramento, y no los demás sagrarios del templo; porque nada se ve mejor, a simple vista, si un sagrario llevo o no conopeo.

Complementos del altar: El copón

A diferencia de los primeros siglos, después de la Comunión repartida dentro de la Misa, actualmente se guardan o reservan otras Sagradas Formas, en lo que denominamos Copón,  a fin de poder dar la  Comunión fuera de la Misa y también para que puedan recibirla los enfermos. Es decir, está el Santísimo guardado para su adoración; hay presencia real y sustancial.

El copón viene a ser, en materia y forma, parecido a un cáliz, pero provisto de una cubierta que lo encierra. A pesar de lo cual, siempre que no se emplee para repartir la Sagrada Comunión debe guardarse,  para mayor respeto, con un envoltorio de seda blanca –color litúrgico de la Eucaristía-, que puede adornarse con bordados decorativos o alegóricos.

Complementos del altar: El lavabo

Hecho el primer servicio de las vinajeras, el Celebrante, habiendo ofrecido el Cáliz, se lava las manos. Para ello hay que disponer de un receptor de agua, de un jarrito que lo contenga  y de un manutergio para que el sacerdote pueda secarse los dedos.

Conviene que recordemos, respecto al servicio de las viajeras, aquello que dice el Celebrante cuando, la primera vez, a una regular cantidad de vino mezcla unas gotas de agua que en seguida  pueden transformarse en vino, o sea: pedir que, así como las gotas de agua se cambian en vino, también nuestra pobre naturaleza quede divinizada.

Y en cuanto al lavabo en la Misa, puesto que no es menester lavar las manos enteras, sino tan sólo una punta de los dedos que han de tocar la Hostia consagrada, espiritualmente te indica que,  para asistir dignamente a la Santa Misa, y sobre todo para comulgar en ella, nos conviene estar limpios no solamente de pecado mortal, sino también de habernos purificado el alma de pecados veniales, y bueno sería si lo hiciésemos asimismo de todas las imperfecciones que nos reconozcamos.