III Domingo de Cuaresma

TEXTOS DE LA MISA EN ESPAÑOL

MISA DE PRIMERA CLASE

Introito. Salm. 24.15-16,1-2.-

Tus ojos miran siempre al Señor, porque él librará del lazo mis pies; mírame, ¡oh Dios!, y apiádate de mí, porque me veo solo y desgraciado. Sal. A ti Señor levanto mi alma. Dios mío, en ti confío, no quede yo avergonzado. Gloria al Padre.


Colecta.-

Te rogamos, ¡oh Dios omnipotente!, mires los deseos de los humildes, y extiendas la diestra de tu majestad para defendernos. Por nues­tro Señor Jesucristo.


Epístola. Ef. 5.1-9.-

Hermanos: Sed imitadores de Dios, como hijos muy amados. Vivid en el amor, como Cristo nos amó, y se ofreció a sí mismo a Dios por nosotros en oblación y hostia de olor suavísimo. Por tanto, la fornicación y toda clase de impureza, o avaricia, ni se nombre entre vosotros, cual conviene a los santos; ni palabras torpes y necias, ni truhanerías, ni bufonadas, lo cual desdice; sino, antes bien, acciones de gracias. Porque habéis de saber y entender que ningún fornicario, o impúdico, o ava­ro, lo cual viene a ser una idolatría, será heredero del reino de Cristo y Dios. Nadie os engañe con palabras va­nas; pues por tales cosas vino la ira de Dios sobre los incré­dulos. No queráis, por tanto, tener parte con ellos. Porque en otro tiempo erais tinie­blas; mas ahora sois luz en el Señor. Andad como hijos de la luz, pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad.


Gradual. Salm. 9.20,4.-

Levántate, Señor, no prevalezca el hombre; juzga­das sean las naciones en tu presencia, V. Mis enemigos retroceden; tropiezan y pe­recen en tu presencia.


Tracto. Salm.122,1-3.-

A ti levanto mis ojos, que habitas en los cielo. Como los ojos de los siervos están fijos en las manos de sus señores. Y como los ojos de la esclava en las manos de su señora; así lo están nuestros ojos en el Señor y Dios nuestro, hasta que se apiade de nosotros. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.


Evangelio. Luc.11,14-28.-

En aquel tiempo: Estaba Jesús lanzando un demonio, el cual era mudo. Y, así que hubo lanzado al demonio, habló el mudo y se maravillaron las turbas. Mas algunos dijeron; Por arte de Belcebú, príncipe de los demonio, expulsa los demonios. Y otros, para tentarle, le pedían algún prodigio del cielo. Jesús, que veía sus pensamientos les dijo: Todo reino dividido en bandos quedará destruido, y caerá casa sobre casa. Si Satanás está también dividido contra sí mismo, ¿cómo sub­sistirá su reino? Pues decís que lanzo los demonios en virtud de Belcebú. Y si yo lanzo los demonios por vir­tud de Belcebú, vuestros hijos, ¿por virtud de quién los lanzan? Por tanto, ellos mismos serán vuestros jueces. Mas si con el dedo de Dios lanzo los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado ya a vosotros. Cuando un valiente armado guarda la puerta de su casa, está seguro todo cuanto po­see. Mas si, asaltándole otro más fuerte que él, le venciere, le quitará todas sus armas, en que confiaba, y repartirá sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el es­píritu inmundo ha salido de un hombre, anda por lugares áridos buscando reposo; y, no hallándolo, se dice: Volveré a mi casa, de donde salí. Y, tornando a ella, la encuentra barrida y adornada. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y, entrando en ella, moran allí; y así, el estado de este hombre viene a ser peor que el primero. Así hablaba, cuando una mujer de en medio del pueblo levantó la voz y exclamó: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron! Y él dijo: Dichosos más bien lo que oyen la palabra de Dios y la practican.


Ofertorio. Salm. 18,9-12.-

Los mandatos del Señor son justos, y alegran el corazón; sus juicios, más dul­ces que la miel de los pana­les. Y tu siervo los observa


Secreta.-

Te rogamos, Señor, que esta hostia limpie nuestros de­litos, y santifique los cuerpos y las almas de tus súbditos, para celebrar el sacrificio. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo.


Prefacio de Cuaresma.-

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que, por el ayuno corporal, domas nuestras pasiones, ele­vas la mente, nos das la virtud y el premio, por Jesucristo nuestro Señor, por quien alaban los Ángeles a tu ma­jestad, la adoran las Domina­ciones, la temen las Potes­tades y la celebran con igual júbilo los Cielos, las Virtudes de los cielos y los bienaventurados Serafines. Te rogamos que con sus voces admitas también las de los que te decimos, con humilde confesión. Santo…


Comunión. Salm.83.4-5.-

El pájaro halla casa para sí, y la tórtola nido en donde poner sus polluelos; yo, cabe tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. ¡Dichosos los que moran en tu casa! Ellos te ala­ban eternamente.


Poscomunión.-

Te rogamos, Señor, libres propicio de todas las culpas y peligros a los que nos haces participantes de tan gran misterio. Por nuestro Señor Jesucristo.

TEXTOS DE LA MISA EN LATIN

Dominica Tertia in Quadragesima 


I Classis

Introitus: Ps. xxiv 15-16

Óculi mei semper ad Dóminum, quia ipse evéllet de láqueo pedes meos: réspice in me, et miserére mei, quóniam únicus et pauper sum ego. [Ps. ibid. 1-2] Ad te, Dómine, levávi ánimam meam: Deus meus, in te confído; non erubéscam. Glória Patri.  Óculi mei.

 Oratio:

Quǽsumus omnípotens Deus: vota humílium réspice; atque ad defensiónem nostram, déxteram tuæ majestátis exténde. Per Dóminum.

ad Ephésios v: 1-9

Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Ephésios.


Fratres: Estóte imitatóres Dei, sicut fílii caríssimi: et ambuláte in dilectióne, sicut et Christus diléxit nos, et trádidit semetípsum pro nobis oblatiónem et hóstiam Deo in odórem suavitátis. Fornicátio autem, et omnis immundítia, aut avarítia, nec nominétur in vobis, sicut decet sanctos; aut turpitúdo, aut stultilóquium, aut scurrílitas, quæ ad rem non pértinet: sed magis gratiárum áctio. Hoc enim scitóte intelligéntes, quod omnis fornicátor, aut immúndus aut avárus, quod est idolórum sérvitus, non habet hæreditátem in regno Christi, et Dei. Nemo vos sedúcat inánibus verbis: propter hæc enim venit ira Dei in fílios diffidéntiæ. Nolíte ergo éffici partícipes eórum. Erátis enim aliquándo ténebræ, nunc autem lux in Dómino. Ut fílii lucis ambuláte: fructus enim lucis est in omni bonitáte, et justítia, et veritáte.

Graduale: Ps. ix: 20 et 4

Exsúrge, Dómine, non præváleat homo: judicéntur gentes in conspéctu tuo. In converténdo inimícum meum retrórsum, infirmabúntur, et períbunt a fácie tua.

 Tractus: Ps. cxxii: 1-3

Ad te levávi óculos meos, qui hábitas in cælis. v. Ecce sicut óculi servórum in mánibus dominórum suórum.  v. Et sicut óculi ancíllæ in mánibus dóminæ suæ: ita óculi nostri ad Dóminum Deum nostrum, donec misereátur nostri.  v. Miserére nobis Dómine, miserére nobis.

 Secúndum Lucam xi: 14-28


+Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam.

In illo témpore: Erat Jesus ejíciens dæmónium, et illud erat mutum. Et cum ejecísset dæmónium, locútus est mutus, et admirátæ sunt turbæ. Quidam autem ex eis dixérunt: «In Beélzebub príncipe dæmoniórum éjicit dæmónia.»  Et álii tentántes, signum de cælo quærébant ab eo. Ipse autem ut vidit cogitatiónes eórum, dixit eis: «Omne regnum in seípsum divísum desolábitur, et domus supra domum cadet. Si autem et sátanas in seípsum divísus est, quómodo stabit regnum ejus? quia dícitis in Beélzebub me ejícere dæmónia. Si autem ego in Beélzebub ejício dæmónia: fílii vestri in quo ejíciunt? Ideo ipsi júdices vestri erunt. Porro si in dígito Dei ejício dæmónia: profécto pervénit in vos regnum Dei. Cum fortis armátus custódit átrium suum, in pace sunt ea, quæ póssidet. Si autem fórtior eo supervéniens vícerit eum, univérsa arma ejus áuferet, in quibus confidébat, et spólia ejus distríbuet. Qui non est mecum, contra me est: et qui non cólligit mecum, dispérgit. Cum immúndus spíritus exíerit de hómine, ámbulat per loca inaquósa, quærens réquiem: et non invéniens dicit: Revértar in domum meam, unde exívi. Et cum vénerit, ínvenit eam scopis mundátam, et ornátam. Tunc vadit, et assúmit septem álios spíritus secum, nequióres se, et ingréssi hábitant ibi. Et fiunt novíssima hóminis illíus pejóra prióribus.»  Factum est autem, cum hæc díceret: extóllens vocem quædam múlier de turba, dixit illi: «Beátus venter, qui te portávit, et úbera, quæ suxísti.» At ille dixit: «Quinímmo beáti, qui áudiunt verbum Dei, et custódiunt illud.»

 Offertorium: Ps. xviii: 9, 10, 11 et 12

Justítiæ Dómini rectæ, lætificántes corda, et judícia ejus dulcióra super mel et favum: nam et servus tuus custódit ea.

 Secreta:

Hæc hóstia, Dómine, quǽsumus, emúndet nostra delícta, et ad sacrifícium celebrándum, subditórum tibi córpora mentésque sanctíficet. Per Dóminum.

Præfátio de Quadragesima

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui corporáli jejúnio vítia cómprimis, mentem élevas, virtútem largíris, et præmia: per Christum Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:  Sanctus,

Communio: Ps. lxxxiii 4-5

Passer invénit sibi domum, et turtur nidum, ubi repónat pullos suos: altária tua, Dómine virtútum, Rex meus, et Deus meus: beáti qui hábitant in domo tua, in sǽculum sǽculi laudábunt te.

 Postcommunio:

A cunctis nos, quǽsumus, Dómine, reátibus et perículis propitiátus absólve: quos tanti mystérii tríbuis esse partícipes. Per Dóminum.

Curso se Breviario Tradicional I

FAMILIARIZANDONOS CON EL BREVIARIO

Con estas sencillas clases voy a intentar explicar de una forma práctica cómo rezar el Breviario Tradicional. No se trata aquí de exponer su desarrollo histórico y su evolución a lo largo de los siglos. Se trata de aprender a rezarlo con unas indicaciones prácticas, explicando las principales reglas para rezarlo.

Con el  Breviario Tradicional podemos rezar todas las horas litúrgicas. El objetivo del rezo del Breviario es alabar a Dios a lo largo del día y por la noche.

Hay Breviarios que en dos tomos incluyen todas las horas litúrgicas hasta la mitad de año y en el segundo tomo encontraríamos desde el mes de julio en adelante. Hay otros Breviarios en el que se separan las horas de la siguiente forma:

Horas diurnas: Este tomo se llamaría Diurnal. Incluye las siguientes horas: Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas.

Hora nocturna: Este tomo incluye solamente los Maitines. Que se dedique un solo tomo a los Maitines tiene su razón de ser en su gran extensión. Es la hora que más se tarda en rezar y tiene una riqueza de textos maravillosa.

Vamos a intentar explicar a qué hora se reza cada hora del Diurnal. Dejaremos a parte la hora nocturna de Maitines que se explicará en exclusiva por su complejidad:

1.- Laudes: Esta hora se reza a la seis de la mañana aproximadamente. Es el oficio de la aurora, cuando está iniciándose el día. Empezamos la jornada alabando al Señor.

2.- Prima: Sobre las siete de la mañana se reza está hora. El Diurnal Novus Ordo suprimió esta hora, lo cual es un lamentable error. En Prima se lee (cuando se reza en el Coro) el Martirologio Romano. Nos encomendamos a los Santos desde el inicio de nuestra jornada.

3.- Tercia: Esta hora se reza sobre las diez de la mañana. Es la hora en que el Espíritu Santo el día de Pentecostés se derramó sobre los Apóstoles.

4.- Sexta: A las doce del medio día se reza esta hora. En esta hora, Nuestro Señor Jesucristo, fue levantado en la Cruz para la Salvación de las almas. Se inicia los momentos más duros de la Pasión del Señor.

5.- Nona: Se recita sobre las tres de la tarde. Jesús muere en la Cruz por nuestro amor y para abrirnos las puertas del Paraíso.

6.- Vísperas: Puede ser recitada a partir de las cinco horas de la tarde. En los monasterios se recitaba habitualmente con el declinar del sol y la finalización de la jornada de trabajo.

7.- Completas: Esta hora se reza justo antes de acostarnos. Hacemos nuestro examen de conciencia y ponemos bajo el patrocinio de Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María nuestro sueño nocturno.

Como hemos podido comprobar todo nuestro día se dedica al Señor: El trabajo, el descanso y el sueño.

Vamos a ver como suele estar estructurado un Diurnal.

Si ojeamos un Diurnal veremos, que salvo excepciones, suelen contener las siguientes partes:

1.- Una introducción en la que se explica el significado de cada hora, un calendario litúrgico, las concurrencias y ocurrencias, que estudiaremos más adelante.

2.- El Propio del Tiempo: En esta sección se contiene todas los oficios propios de los tiempos litúrgicos: Adviento, Navidad, Epifania, tiempo posterior a Epifanía, Tiempo de Septuagésima, Cuaresma, Pascua, Pentecostés, Tiempo después de Pentecostés.

3.- El Ordinario: En esta parte se explica el esquema general de cada hora.

4.- Salterio: En el Salterio tradicional se rezan los 150 salmos en una semana. Pensemos que en la versión Novus Ordo se rezan los 150 salmos en cuatro semanas. Además hay que tener en cuenta que en la versión Novus Ordo, muchos salmos están mutilados y se han omitido varios.

El Salterio tiene la siguiente estructura:

Dominica – Domingo

Laudes I del Domingo (Esquema ordinario)

Laudes II del Domingo (Esquema para Adviento y Cuaresma)

Prima del Domingo

Tercia del Domingo

Sexta del Domingo

Nona del Domingo

Vísperas del Domingo

Completas del Domingo

Feria II – Lunes

Laudes I del Lunes (Esquema ordinario)

Laudes II del Lunes (Esquema para Adviento y Cuaresma)

Prima del Lunes

Tercia del Lunes

Sexta del Lunes

Nona del Lunes

Vísperas del Lunes

Completas del Lunes

Feria III – Martes

Laudes I del Martes (Esquema ordinario)

Laudes II del Martes (Esquema para Adviento y Cuaresma)

Prima del Martes

Tercia del Martes

Sexta del Martes

Nona del Martes

Vísperas del Martes

Completas del Martes

Feria IV – Miércoles

Laudes I del Miércoles (Esquema ordinario)

Laudes II del Miércoles (Esquema para Adviento y Cuaresma)

Prima del Miércoles

Tercia del Miércoles

Sexta del Miércoles

Nona del Miércoles

Vísperas del Miércoles

Completas del Miércoles

Feria V – Jueves

Laudes I del Jueves (Esquema ordinario)

Laudes II del Jueves (Esquema para Adviento y Cuaresma)

Prima del Jueves

Tercia del Jueves

Sexta del Jueves

Nona del Jueves

Vísperas del Jueves

Completas del Jueves

Feria VI – Viernes

Laudes I del Viernes (Esquema ordinario)

Laudes II del Viernes (Esquema para Adviento y Cuaresma)

Prima del Viernes

Tercia del Viernes

Sexta del Viernes

Nona del Viernes

Vísperas del Viernes

Completas del Viernes

Sabbato – Sabado

Laudes I del Sábado (Esquema ordinario)

Laudes II del Sábado (Esquema para Adviento y Cuaresma)

Prima del Sábado

Tercia del Sábado

Sexta del Sábado

Nona del Sábado

Vísperas del Sábado

Completas del Sábado

5.-  Propio de los Santos: Aquí se recogen todos las antífonas, los capítulos, himnos y oraciones propias de cada Santo. Van distribuidas mes a mes.

6.- Común de Santos: Encontraremos todos las antífonas, salmos, capítulos, himnos, responsorios breves y oraciones comunes a todos los Santos.

7.- Algunos Diurnales incluyen el Oficio Parvo de la Virgen, una bella devoción muy antigua y cuyo oficio está indulgenciado. También le dedicaremos una explicación completa.

En la próxima entrega veremos la estructura de Laudes y Visperas.

II Domingo de Cuaresma

DE PRIMERA CLASE

TEXTOS DE LA MISA EN ESPAÑOL

Introito. Salm. 24,6,3,22,1-2.-

Acuérdate, Señor, de tus bondades, y de tus eternas misericordias. Nunca nos dominen nuestros enemigos. Dios de Israel, líbranos de todas nuestras angustias. Salmo.- A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti busco refugio, no me sienta avergonzado. V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Colecta.- 

Oh Dios!, que nos ves privados de toda virtud, guárdanos interior y exteriormente, para que seamos fortalecidos contra toda ad­versidad en el cuerpo, y limpios de malos pensamientos en el alma. Por nuestro Señor.

Epístola. 1 Tes. 4.1-7.- 

Hermanos: Os rogamos y exhortamos en nuestro Señor Jesucristo, que, así como habéis aprendido de nosotros de qué manera debéis portaros y agradar a Dios, así también sigáis adelantando. Ya sabéis qué preceptos os he dado en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que os abstengáis de la fornicación, y que sepa cada uno de vosotros poseer su propio cuerpo en santificación y honor, sin dejarse llevar por la pasión de la concupiscencia, como los gentiles, que no conocen a Dios. Que nadie, en este punto, engañe o perjudique a su hermano; porque el Señor castiga todo ello, como ya os lo hemos dicho y protestado. Porque no nos llamó Dios a la inmundicia, sino a la santidad, en Jesucristo Señor nuestro.

Gradual. Salm.24.17-18.- 

Alíviame las angustias de mi corazón; líbrame, Señor, de mis calamidades. Mira mi miseria y mi dolor y perdona todos mis pecados.

Tracto. Salm.105,1-4.-

Alabad Señor, porque es bueno y eterna su misericordia. ¿Quién   pregonará   las maravillas del, Señor y hará oír todas sus alabanzas? Bienaventu­rados los que observan la Ley y practican la justicia en todo tiempo. Acuérdate de nosotros, Señor, por el amor que tienes a tu pueblo; ven en nuestro auxilio.

Evangelio. Mat.17.1-9.-.

En aquel tiempo: Tomó Jesús consigo a Pedro y a Santiago y a Juan, su hermano, y los llevó aparte a un monte alto. Y se transfiguró en su presencia; su rostro resplandecía como el sol, sus vestidos se hicieron blancos como la nieve. Y en esto se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con él. Tomó entonces Pedro la palabra y dijo a Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí; si quieres, hagamos aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaba Pedro aún hablando cuando vino una nube resplandeciente y los cubrió y una voz dijo desde la nube: Éste es mi Hijo muy amado, en quien me agradé; escuchadle. Y al oír esta voz cayeron los discípulos en tierra sobre su rostro, y tuvieron gran miedo. Mas Jesús se acercó y los tocó, y les dijo: Levantaos, y no temáis. Y alzando ellos sus ojos, no vieron a nadie, sino sólo a Jesús. Y al bajar del monte, les mandó Jesús diciendo: No digáis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.

Ofertorio. Salm. 118,47-48.- 

Yo pongo mis delicias en tus mandatos, que mucho amo. Alzo mis manos hacia ellos; los amo.

Secreta.-  

Te rogamos. Señor, atiendas propicio al sacrificio presente, a fin de que nos aproveche para nuestra devoción y salvación. Por nuestro Señor.

Prefacio de Cuaresma.- 

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que, por el ayuno corporal, domas nuestras pasiones, elevas la mente, nos das la virtud y el premio, por Jesucristo nuestro Señor, por quien alaban los Ángeles a tu majestad, la adoran las Dominaciones, la temen las Potestades y la celebran con igual júbilo los Cielos, las Virtudes de los cielos y los bienaventurados Serafines. Te rogamos que con sus voces admitas también las de los que te decimos, con humilde confesión. Santo….

Comunión. Salm. 5.2-4.- 

Escucha mi clamor, presta oídos a la voz de mi oración, Rey mío y Dios mío, porque a ti, Señor, te invoco.

Poscomunión.-

Te rogamos humildemente, Dios, que, nos alimentas con tus sacramentos, nos concedas servirte dignamente con una vida de tu agrado, Por nuestro Señor.

TEXTOS DE LA MISA EN LATIN

Dominica Secunda in Quadragesima

I Classis

Introitus: Ps. xxiv: 6, 3, 22

Reminíscere miseratiónum tuárum, Dómine, et misericórdiæ tuæ, quæ a sæculo sunt: ne umquam dominéntur nobis inimíci nostri: líbera nos, Deus Israël, ex ómnibus angústiis nostris. [Ps. ibid. 1-2] Ad te, Dómine levávi ánimam meam: Deus meus, in te confído, non erubéscam. Glória Patri.  Reminíscere.

 Oratio:

Deus, qui cónspicis omni nos virtúte destítui: intérius exteriúsque custódi; ut ab ómnibus adversitátibus muniámur in córpore, et a pravis cogitatiónibus mundémur in mente. Per Dóminum.

1 Thess. iv: 1-7

Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Thessalonicénses.


Fratres: Rogámus vos et obsecrámus in Dómino Jesu, ut quemádmodum accepístis a nobis, quómodo opórteat vos ambuláre et placére Deo, sic et ambulétis, ut abundétis magis.  Scitis enim quæ præcépta déderim vobis per Dóminum Jesum.  Hæc est enim volúntas Dei, sanctificátio vestra, ut abstineátis vos a fornicatióne, ut sciat unusquísque vestrum vas suum possidére in sanctificatióne et honóre: non in passióne desidérii, sicut et Gentes, quæ ignórant Deum: et ne quis supergrediátur, neque circumvéniat in negótio fratrem suum: quóniam vindex est Dóminus de his ómnibus, sicut prædíximus vobis et testificáti sumus.  Non enim vocávit nos Deus in immundítiam, sed in sanctificatiónem: in Christo Jesu Dómino nostro.

Graduale: Ps. xxiv: 17-18

Tribulatiónes cordis mei dilatátæ sunt: de necessitátibus meis éripe me, Dómine. v. Vide humilitátem meam et labórem meum: et dimítte ómnia peccáta mea.

 Tractus: Ps. cv: 1-4

Confitémini Dómino, quóniam bonus: quóniam in sæculum misericórdia ejus. v. Quis loquétur poténtias Dómini: audítas fáciet omnes laudes ejus? v. Beáti qui custódiunt judícium, et fáciunt justítiam in omni témpore. v. Meménto nostri Dómine in beneplácito pópuli tui: vísita nos in salutári tuo.

 Matth. xvii 1-9 

+Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthæum.

In illo témpore: Assúmpsit Jesus Petrum, et Jacóbum, et Joánnem fratrem ejus, et duxit illos in montem excélsum seórsum: et transfigurátus est ante eos.  Et resplénduit fácies ejus sicut sol: vestiménta autem ejus facta sunt alba sicut nix.  Et ecce apparuérunt illis Móyses, et Elías cum eo loquéntes.  Respóndens autem Petrus, dixit ad Jesum: «Dómine, bonum est nos hic esse: si vis, faciámus hic tria tabernácula, tibi unum, Móysi unum, et Elíæ unum. Adhuc eo loquénte, ecce nubes lúcida obumbrávit eos.»  Et ecce vox de nube, dicens: «Hic est Fílius meus diléctus, in quo mihi bene complácui: ipsum audíte.»  Et audiéntes discípuli, cecidérunt in fáciem suam, et timuérunt valde.  Et accéssit Jesus, et tétigit eos: dixítque eis: «Súrgite, et nolíte timére.»  Levántes autem óculos suos, néminem vidérunt, nisi solum Jesum. Et descendéntibus illis de monte, præcépit eis Jesus, dicens: «Némini dixéritis visiónem, donec Fílius hóminis a mórtuis resúrgat.»

 Offertorium: Ps. cxviii: 47, 48

Meditábor in mandátis tuis, quæ diléxi valde: et levábo manus meas ad mandáta tua, quæ diléxi.

 Secreta:

Sacrifíciis præséntibus, Dómine, quæsumus, inténde placátus: ut et devotióni nostræ profíciant et salúti. Per Dóminum.

Præfátio de Quadragesima

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui corporáli jejúnio vítia cómprimis, mentem élevas, virtútem largíris, et præmia: per Christum Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:  Sanctus,…

Communio: Ps. v: 2-4

Intéllige clamórem meum: inténde voci oratiónis meæ, Rex meus, et Deus meus: quóniam ad te orábo, Dómine.

 Postcommunio:

Súpplices te rogámus, omnípotens Deus: ut, quos tuis réficis sacraméntis, tibi étiam plácitis móribus dignánter deservíre concédas. Per Dóminum.

Introducción a la Liturgia Tradicional

Advertencia preliminar.–  Antes de tratar la liturgia, queremos advertir que de ella no se suele tratar expresamente en los catecismos. Pero es una materia muy importante; está íntimamente unida a la partes del Catecismo que tratan de la oración y a los Sacramentos. Además, cada día se da más importancia a su estudio, y son muchos, y con razón, los que creen que se la bebe enseñar al pueblo al tratar de la oración  y culto. Por eso más bien que como apéndice, como integridad de la oración, explicaremos aquí en breves puntos lo esencial de esta materia, que es muy edificante y sirve mucho para la vida cristiana.

Qué es liturgia.- Liturgia en griego significa “oficio o ministerio público”; y a los oficiales o funcionarios públicos se les llama liturgos. Pero si bien este término se aplicaba a todos los ministerios, ya sagrados, ya profanos, luego se restringió a solo los sagrados y religiosos, y, por fin, ya solo se entiende de los actos oficiales del culto divino. Así, pues, liturgia es el conjunto de formas ordenadas por la Iglesia para la celebración del culto oficial. Es decir, que la Iglesia prescribe que cuando se celebran oficialmente algunos cultos, se celebren en la forma que ella ha prescrito; y la reunión de esas fórmulas y prescripciones se llama liturgia.

Ceremonias, ritos, rúbricas.- Estas formas prescritas por la Iglesia se llaman ceremonias, ritos, rúbricas. Todas estas palabras son sinónimos de modos o formas. Rúbrica significa roja, y se llaman así los ritos o ceremonias, porque las prescripciones, fuera de las oraciones, suelen  ir en los libros en letra roja, al paso que las oraciones suelen ir en letra negra. Algunas son esenciales, como las fórmulas instituídas por Jesucristo, que tratan de la materia y forma de los Sacramentos, y éstas son absolutamente necesarias para la validez de los actos sagrados; otras son accidentales, prescritas por la Iglesia para guardar la dignidad y conveniencia debidas en la administración  de los Sacramentos y en el culto. Y de estas mismas algunas son preceptivas, cuando la Iglesia manda propiamente; otras son facultativas, cuando la Iglesia aconseja o dice que se  puede hacer alguna cosa.

Funciones litúrgicas.- No toda función o culto público es litúrgico, aunque lo ejerza un ministro de la Iglesia y en la iglesia y en público. Litúrgicas son aquellas funciones que los ministros legítimos de la Iglesia celebran en nombre y bajo la dirección de la misma Iglesia. Las demás, aunque las ejerza un ministro de la Iglesia, no son sino extralitúrgicas. Algunas veces se mezclan las funciones litúrgicas con las extralitúrgicas, por ejemplo, en las funciones ordinarias de las novenas, etc., en las cuales se suele muchas veces exponer al Santísimo, rezar el Rosario, cantar vísperas, entonar algunos cánticos populares, predicar, reservar. Aquí la exposición  y la reserva, y las vísperas son litúrgicas; el Rosario, las preces, los cánticos populares, fuera de la exposición y reserva son extralitúrgicos. La función digámoslo así, es mixta. Se pueden llamar funciones litúrgicas propiamente la Misa, las horas canónicas ( vísperas, completas, maitines, etc.), la administración de sacramentos, las exposiciones y bendiciones con el Santísimo, las procesiones de la Candelaria, Ramos, Corpus, Rogativas, etcétera; las bendiciones del Misal y del Ritual.

Libros Litúrgicos.- Los libros en que se contiene la liturgia son: el Misal, el Breviario, el Ritual y el Pontifical. En el Misal está el orden y la liturgia de la Misa; en el Breviario está el orden del Oficio divino, o sea de las oraciones que tienen que decir los sacerdotes o en particular o en el coro; en el Ritual se contienen las formas con que se administran los Sacramentos, y se dan las bendiciones y se ejercitan otros actos de culto; en el Pontifical están las ceremonias propias de los Obispos en el culto. Se pueden además componer otros libros que contengan, o en parte o en todo, las ceremonias de éstos.

Diversas liturgias.- Aún cuando en lo sustancial, la liturgia de toda la Iglesia es la misma, pero difiere en muchas otras cosas. En primer lugar, suele ser muy diferente la liturgia occidental y la oriental. Aun dentro de cada una de éstas hay muchas diferencias, y así en la oriental se suelen señalar las liturgias griegas, armenia, siríaca, copta; y en la occidental, si bien la romana lo lleva casi todo, y es la general, todavía se conservan la mozárabe  en una capilla de Toledo y en otra de Salamanca, la galicana en algunos puntos, de que va desapareciendo, y la ambrosiana, que se sigue en bastantes parroquias de Milán, Bérgamo, Novara y Ticino.

El centro de la liturgia.- El centro de la liturgia católica es, sin duda, la sagrada Eucaristía, y la liturgia por excelencia es la Misa; como que ella sola por antonomasia se llama con este nombre de liturgia. Pero alrededor de este centro se extiende toda la liturgia, como un árbol admirable de piedad y religión.

Lo que pertenece a la liturgia.- Al tratar de la liturgia y para comprender bien el espíritu del Culto católico, hemos de tratar brevemente: 1.- de las personas litúrgicas, o de los ministros del culto; 2.- de los sitios litúrgicos, como templos, oratorios etc,; 3.- de las cosas litúrgicas, como son: pan, vino, agua, aceite, sal, incienso, vestidos, etc,; 4.- de los tiempos litúrgicos: Adviento, Cuaresma, Pascua, etc,; 5.- de las acciones sagradas, Misa, administración de Sacramentos, bendiciones, etc,; gestos, movimientos, signos, etcétera; 6.- de las palabras, como son: oraciones, lecturas, cantos, etc.

La Sagrada Congregación de Ritos.- Es tal la importancia de la liturgia, que la Iglesia ha instituído toda una Sagrada Congregación, que se llama de Ritos, la cual está encargada de vigilar y regular todo lo concerniente al culto divino en la iglesia latina. Ella también entiende en todo lo concerniente a la beatificación y canonización de los Santos y en todo lo que se refiere al culto de las reliquias.

Personas litúrgicas.- Los liturgos de la Iglesia, es decir, los ministros  o funcionarios destinados oficialmente a prestar el culto oficial en la Iglesia, son los clérigos. Para ello, como se dice al tratar del sacramento del Orden, la Iglesia ordena con diversos oficios ministros especiales, por sus grados. Porque primero forma clérigos en general, a los cuales da la tonsura. Luego da las Ordenes menores, haciéndolos ostiarios o porteros, lectores, exorcistas, acólitos. Después, para que se acerquen más al servicio del altar, ordenas los diáconos y subdiáconos, y, en fin, los presbíteros o sacerdotes. Muy hermosa es la liturgia con que confiere todas estas Ordenes, y en ella se explica muy bien las cualidades del personal litúrgico. El que quiera entenderla tanto cuando se va a ordenar, como cuando se ordena a alguno de sus parientes, o desea recordar lo que recibió al ordenarse, lo puede  ver en el Enchiridion Ordinandorum, o “ Manual de Ordenandos”, que, en latín y castellano, contiene estas ceremonias. De suyo todo personal en las misas debería ser de clérigos. Y en las solemnes no puede servir ni de diácono, ni de subdiácono, ningún laico. Sólo de subdiácono, en caso de necesidad, podrá hacer uno que por lo menos está tonsurado. De acólitos se permite servir a laicos, niños o adultos, los cuales deben tener este favor de la Iglesia a mucha honra, y cuando puedan, procurar servir en este oficio tan santo. Pueden así ayudar a misa, ser turiferarios, que llevan el incensario; ceroferarios, que llevan los ciriales, etc.

El clérigo como ministro de la Iglesia.- Es muy de advertir por los fieles que el sacerdote y todos los ministros de la Iglesia, cuando funcionan como tales ministros, obran en nombre y representación de la Iglesia, y, por tanto, aunque ellos sean personas de poca importancia y aunque, lo que Dios no quiera, fuesen malos en su vida personal, la oración, la administración de los Sacramentos, las bendiciones y, en general, todas sus obras ministeriales son válidas y excelentes, y de más valor que las que pueda hacer otra persona, aunque más santa, pero sin representación oficial. Porque en el primer caso la oración, el culto, no es de Fulano de Tal, sino del ministro de la Iglesia Santa, o, lo que es lo mismo, de la Iglesia. Así como cuando un oficial gobernador, o ministro del Rey, manda en nombre del Rey, sus actos son de más validez, y mucha más importancia, que si mandase otro que no tuviese representación oficial, aun cuando fuese mucho más amigo del Rey. En cambio, cuando ese mismo ministro obra como particular, aun cuando ore, por ejemplo, en la Iglesia con todos los fieles, o en su casa, etc., sus oraciones y actos no tienen la representación de la Iglesia, ni su valor oficial. Siempre, sin embargo, aun en estos casos, un ministro del Señor será de suyo más aceptable a Dios que un simple particular en iguales circunstancias por su carácter sagrado.

Sitios litúrgicos.- Llámanse sitios santos o sagrados aquellos que permanentemente están destinados para ejercer el culto o las funciones litúrgicas. Tales son las Iglesias (y capillas y oratorios) y también los bautisterios cuando se edificaban aparte, y los cementerios, que hoy están separados.

San Pio V: Bula Quo Primum Tempore

San Pio V

Bula de San Pio V sobre el uso a perpetuidad de la Misa de siempre. Para descargar el archivo aqui:

BULA

QUO PRIMUM TEMPORE

DEL SUMO PONTÍFICE

PÍO PP. V

Sobre el uso a perpetuidad de la Misa Tridentina 

(14 de julio de 1570)

Desde el primer instante de nuestra elevación a la cima de la jerarquía Eclesiástica NOS hemos dirigido con agrado todo nuestro ánimo hacia aquellas cosas que por su naturaleza tienden a conservar la pureza del culto de la Iglesia, y con la ayuda de DIOS Nos hemos esforzado en realizarlas en plenitud, poniendo en ello todo nuestro cuidado. Como entre otras decisiones del Santo Concilio de Trento, Nos incumbe decidir la edición y reforma de los libros sagrados, el Catecismo, el Breviario y el Misal, después de haber ya, gracias a DIOS, editado el Catecismo, para la instrucción del pueblo y para que sean rendidas a DIOS las alabanzas que le son debidas; corregido completamente el Breviario, para que el Misal corresponda al Breviario (lo que es normal y natural, ya que es sumamente conveniente que no haya en la Iglesia de DIOS más que una sola manera de salmodiar, un solo rito para la Misa).

Nos pareció necesario pensar lo más pronto posible en lo que faltaba por hacer en este campo, a saber, editar el mismo Misal. Es por esto que Nos hemos estimado deber confiar este cargo a sabios escogidos; y de hecho son ellos, quienes, después de haber reunido cuidadosamente todos los manuscritos, no solamente los antiguos de nuestra Biblioteca Vaticana, sino también otros buscados en todas partes, corregidos y EXENTOS de alteración, así como las decisiones de los Antiguos y los escritos de autores estimados que no nos han dejado documentos relativos a la organización de estos mismos ritos, han restablecido el mismo Misal conforme a la regla y a los ritos de los Santos Padres.

Una vez éste revisado y corregido, después de madura reflexión, para que todos se aprovechen de esta disposición y del trabajo que hemos emprendido, Nos hemos ordenado que fuese impreso en Roma, lo más pronto posible, y que una vez impreso, fuese publicado, a fin de que los sacerdotes sepan con certeza qué oraciones deben utilizar, cuáles son los ritos y cuáles las ceremonias que deben, bajo OBLIGACIÓN, conservar en adelante en la celebración de las Misas: para que todos acojan por todas partes y observen lo que les ha sido transmitido por la Iglesia Romana, Madre y Maestra de todas las otras Iglesias y para que en adelante y para el tiempo futuro perpetuamente, en todas las iglesias, patriarcales, catedrales, colegiatas, y parroquiales, de todas las provincias de la cristiandad, seculares o de no importa qué Ordenes Monásticas, tanto de hombres como de mujeres, aún Ordenes Militares regulares y en las iglesias y capillas sin cargo de almas, en las cuales la celebración de la Misa conventual en voz alta con el coro, o en voz baja siguiendo el rito de la Iglesia Romana es costumbre u obligación, no se canten o no se reciten otras fórmulas que aquellas conformes al Misal que Nos hemos publicado, aún si estas mismas iglesias han obtenido una dispensa cualquiera por un indulto de la Sede Apostólica, por el hecho de una costumbre, de un privilegio o de un juramento mismo, o por una confirmación apostólica, o están dotados de otros permisos cualesquiera; a menos que después de que se hubiere establecido la costumbre, esta última o la institución misma hayan sido observadas sin interrupción en estas mismas iglesias por la celebración de Misas durante más de doscientos años. En este caso Nos no suprimimos a ninguna de estas iglesias su institución o costumbre de celebrar la Misa; pero si este Misal que Nos hemos hecho publicar les agrada más, con la aprobación y consejo del Obispo o del Prelado, o del conjunto del Capítulo, Nos permitimos que, no obstando nada en contrario, ellas puedan celebrar la Misa siguiendo éste.

Pero, ciertamente, al retirar a todas las iglesias antes mencionadas el uso de sus misales propios y dejarlos totalmente, determinamos que a este Misal justamente ahora publicado por Nos, nada se le añada, quite o cambie en ningún momento y en esta forma Nos lo decretamos y Nos lo ordenamos a PERPETUIDAD, bajo pena de nuestra indignación, en virtud de nuestra constitución, Nos hemos decidido para el conjunto y para cada una de las iglesias enumeradas arriba, … que ellos deberán, en virtud de la santa obediencia, abandonar en el futuro y enteramente todos los otros principios y ritos, por antiguos que sean, provenientes de otros misales, los cuales han tenido el hábito de usar, y cantar o decir la Misa según el rito, la manera y la regla que Nos enseñemos por este Misal y que ellos no podrán permitirse añadir, en la celebración de la Misa, otras ceremonias ni recitar otras oraciones que las contenidas en el Misal. Y aún, por las, disposiciones de la presente y en nombre de nuestra Autoridad Apostólica, Nos concedemos y acordamos que este mismo Misal podrá ser seguido en la totalidad en la Misa cantada o leída en todas las iglesias, sin ningún escrúpulo de conciencia y sin incurrir en ningún castigo, condenación o censura y que podrá válidamente usarse, libre y lícitamente y ESTO A PERPETUIDAD (etiam perpetuo). Y de una manera análoga, Nos hemos decidido y declaramos que los Superiores, Administradores, Canónigos, Capellanes y otros Sacerdotes o religiosos de una Orden cualquiera, no pueden ser obligados a celebrar la Misa de otra manera diferente a como Nos la hemos fijado y que JAMÁS NADIE, quienquiera que sea podrá contradecirles o FORZARLES A CAMBIAR DE MISAL o anular la presente instrucción o a modificarla, sino que ella estará siempre en vigor y válida con toda fuerza, no obstante las decisiones anteriores y las Constituciones Generales o Especiales emanadas de Concilios Provinciales o Generales, ni tampoco el uso de las iglesias antes mencionadas, confirmadas por una regla muy antigua e inmemorial, ni las decisiones ni las costumbres contrarias cualesquiera que sean.

Nos queremos, al contrario, y Nos lo decretamos con la misma autoridad, que después de la publicación de Nuestra presente constitución así como del Misal, todos los sacerdotes que están presentes en la Curia Romana estén obligados a cantar o a decir Misa según este Misal dentro de un mes. Aquellos que están de este lado de los Alpes en un término de tres meses; y en fin, los que viven del otro lado de las montañas en un término de los seis meses o desde que puedan obtener este Misal. Y para que en todo lugar de la tierra él sea conservado sin corrupción y exento de faltas y de errores. Nos prohibimos igualmente por Nuestra Autoridad Apostólica y por el contenido de instrucciones semejantes a la presente, a todos los impresores domiciliados en el dominio sometido directa o indirectamente a Nuestra autoridad y a la Santa Iglesia Romana, bajo pena de confiscación de libros y de una multa de 200 ducados de oro pagaderos al Tesoro Apostólico; y a los otros, que vivan en cualquier lugar del mundo, bajo pena de excomunión (latae sententiae) y de otras sanciones en Nuestro poder, el tomarse la libertad en ninguna forma o arrogarse el derecho de imprimir este Misal o de ofrecerlo o de aceptarlo sin Nuestro permiso o un permiso especial de un Comisario Apostólico que esté encargado por Nos de este asunto y sin que este Comisario haya comparado con el Misal impreso en Roma, siguiendo la gran impresión, un original destinado al mismo impresor para servirle de modelo para aquellos que el dicho impresor deba imprimir ni sin que no se haya primeramente bien establecido que concuerda con el dicho Misal y no presenta absolutamente ninguna divergencia en relación con este.

Por consiguiente, como será difícil transmitir la presente carta a todos los lugares de la Cristiandad y llevarla en seguida al conocimiento de todos, Nos ordenamos publicarla y colocarla, siguiendo la costumbre, en la Basílica del Príncipe de los Apóstoles, etcétera. Que absolutamente nadie, por consiguiente, pueda anular esta página que expresa Nuestro permiso, Nuestra decisión, Nuestro mandamiento, Nuestro precepto, Nuestra concesión, Nuestro indulto, Nuestra declaración, Nuestro decreto y Nuestra prohibición ni ose temerariamente ir en contra de estar disposiciones. Si, sin embargo, alguien se permitiesen una tal alteración, sepa que incurre en la indignación de Dios Todopoderoso y sus bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo.

Dado en Roma, en San Pedro, el año mil quinientos setenta de la Encarnación del Señor la víspera del idus de Julio, en el quinto año de nuestro pontificado.

Sermón del II Domingo después de Epifanía

Santisima Virgen

SE NOS MANIFESTÓ POR MEDIO DE MILAGROS.

De un Sermón de San Carlos Borromeo

El milagro.

Si la aurora de Cristo, cuando reflejó sus primeras luces, dejó estupefactos a las doctores en el templo, ¿Cuál no sería la gloria de su manifestación en el momento en que se dedicó a llevar a cabo la obra para la que bajó desde el cielo? Mas ¿qué medios escogería para demostrarse?

De muchas maneras fue anunciado Cristo. Manifestáronle los ángeles cantando el Gloria in excelsis; manifestáronle las estrellas que atrajeron a los Magos; lo mostró Juan, presentándole al pueblo y el mismo Padre en el día del bautismo habló de Él. Pero ¿cómo se nos presenta y manifiesta por sí mismo? Por medio de los milagros, que nos dio como prueba.

Vamos a presentar el primero. Roguémosle antes que nos manifieste en él bien clara su gloria, para que creamos firmemente.

La aldea de Caná: la humildad.

Escogió para su primer milagro una aldehuela oscura, bien lejos del esplendor de la capital. “¡Oh felices los pobres, y como os amó Cristo Rey, compañero y amigo vuestro! Apenas si ha nacido y ya se anuncia a unos pastores, entre otros motivos porque ha venido para evangelizar a los pobres. ¡Oh feliz pobreza, y que grata eres a Dios! ¡Oh altísima y riquísima pobreza, heredera del gran reino de os cielos! Dios no excluye a nadie de su gracia, pero se liga con un vínculo especial, como de parentesco, con los pobres, a quienes por eso prefirió siempre a los ricos y demostró como aprecia lo que nosotros despreciamos”.

Las bodas y en matrimonio cristiano.

¿Quién se imagina que Dios había de inaugurar su vida pública asistiendo a unas bodas? La Sabiduría infinita conocía muy bien como habían los hombres de corromper el matrimonio y quiso demostrar su santidad.

II Domingo después de Epifanía

Bodas de Caná

TEXTOS DE LA MISA EN ESPAÑOL

Introito.Salm. 65.4,1-2- 

Toda la tierra te adore, ¡oh Dios!, y cante tus loores; diga un salmo a tu nombre, ¡oh Altísimo! Ps. Cantad a Dios, ¡oh tierra toda!, cantad salmos a su nombre; dadle gloria y alabanzas. Gloria al Padre.


Colecta.-

Omnipotente y sempiterno Dios, que gobiernas a la par cielos y tierra, escucha clemente las súplicas de tu pueblo y concede la paz a nuestros días. Por nuestro Señor Jesucristo.

Epístola. Rom. 12.6-16.-

Hermanos: Tenemos dones diferentes según la gracia que se nos ha dado; unos la profecía, según la medida de la fe; otros, el ministerio para servir; otros, la enseñanza para enseñar; quién, el de exhortación, para exhortar; quién, el de dar con sencillez; el que preside, hágalo con solicitud; el que hace obras de misericordia, hágalas con alegría. Vuestra caridad sea sincera, aborreced lo malo, aplicaos a lo bueno, amaos mutuamente con fraternal amor, anticipándoos en honraros unos a otros. Sed diligentes sin flojedad, fervorosos de espíritu, pues servís al Señor; gozaos con la esperanza; en la tribulación sed sufridos; en la oración, perseverantes; socorred las necesidades de los fieles; ejerced la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis. Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran; vivid en armonía; no ansiéis grandezas, sino acomodaos a lo que sea más humilde.

Gradual. Salm. 106. 20-21.-

Envió el Señor su palabra y los sanó; y los arrancó de la muerte. V/ Alaben al Señor por sus misericor­dias y sus maravillas en favor de los hijos de los hombres.

Aleluya. Salm. 148.2.-

Aleluya, aleluya. Alabad al Señor, todos sus ángeles; alabadle, todos sus ejércitos. Aleluya

Evangelio. Juan 2.1-11.-

A los tres días, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino». Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él. Credo.

Ofertorio. Salm. 65.1-2,16.-

Canta a Dios, ¡oh tierra toda!, canta un himno a su nombre; venid y oíd todos los que teméis a Dios, y os contaré todo lo que ha hecho el Señor a mi alma, aleluya.

Secreta.-

Santifica, Señor, los dones ofrecidos, y límpianos las manchas de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo que contigo vive.

Prefacio de la Santísima Trinidad.-

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que con tu unigénito Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor, no en la individualidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Por lo cual, cuanto nos has revelado de tu gloria, lo creemos también de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De suerte, que confe­sando una verdadera y eterna Divinidad, adoramos la propiedad en las personas, la unidad en la esencia, y la igualdad en la majestad, la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar a diario, diciendo a una voz. Santo…

Comunión. Juan 2.7-11.-

Dice el Señor: Llenad de agua los cántaros, y llevad al maestresala. Habiendo gustado el maestresala el agua hecha vino, dijo al esposo: Tú has reservado el buen vino hasta ahora. Éste fue el primer milagro de Jesús en presencia de sus discípulos.

Poscomunión.-

Te rogamos, Señor, que aumente en nosotros la operación de tu poder; para que, alimentados con los sacramentos divinos, nos preparemos con tu gracia a conseguir tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo.

TEXTOS DE LA MISA EN LATÍN

Dóminica II Post Epiphaniam

II Classis

Introitus: Ps.cxv: 4

Omnis terra adóret te, Deus, et psallat tibi: psalmum dicat nómini tuo, Altíssime. [Ps. ibid., 1-2]. Jubiláte Deo, omnis terra, psalmum dícite nómini ejus: date glóriam laude ejus. Glória Patri. Omnis terra.

Oratio:

Omnípotens sempitérne Deus, qui cæléstia simul et térrena moderáris: supplicatiónes pópuli tui cleménter exáudi; et pacem tuam nostris concéde tempóribus. Per Dóminum.

Romans xii: 6-16

Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Romanos.


Fratres: Habéntes autem donatiónes secúndum grátiam quæ data est nobis, differéntes: sive prophetíam secúndum ratiónem fídei, sive ministérium in ministrándo, sive qui docet in doctrína, qui exhortátur in exhortándo, qui tríbuit in simplicitáte qui præest in sollicitúdine qui miserétur in hilaritáte. Diléctio sine simulatióne. Odiéntes malum, adheréntes bono: Caritátem fraternitátis ínvicem diligéntes: Honóre ínvicem præveniéntes: Sollicitúdine non pigri: Spíritu fervéntes: Dómino serviéntes: Spe gaudéntes: In tribulatióne patiéntes: Oratióni instántes: Necessitátibus sanctórum communicántes: Hospitalitátem sectántes. Benedícite persequéntibus vos: benedícite et nolíte maledícere. Gaudére cum gaudéntibus, flere cum fléntibus: Idípsum ínvicem sentiéntes: Non alta sapiéntes, sed humílibus consentiéntes.

Graduale Ps. cvi: 20-21

Misit Dóminus verbum suum, et sanávit eos: et erípuit eos de intéritu eórum. V. Confiteántur Dómino misericórdiæ ejus: et mirabília ejus fíliis hóminum.
Allelúja, allelúja. [Ps. cxlviii: 2] Laudáte Dóminum omnes Angeli ejus: laudáte eum, omnes virtútes ejus. Allelúja.

Sic dicitur «Allelúja» cum suo Versu post Graduale in omnibus Dóminicis minoribus post Epiphaniam, etiam si Missa Dominicæ in Feriis resumatur.

 Joann. ii: 1-11

    †  Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem.


In illo témpore: Núptiæ factæ sunt in Cana Galilǽæ: et erat mater Jesu ibi. Vocátus est autem et Jesus, et discípuli ejus ad núptias. Et deficiénte vino, dicit mater Jesu ad eum: «Vinum non habent.» Et dicit ei Jesus: «Quid mihi et tibi est, múlier? nondum venit hora mea.» Dicit mater ejus minístris: «Quodcúmque díxerit vobis, fácite.» Erant autem ibi lapídeæ hýdriae sex pósitæ secúndum purificatiónem Judæórum, capiéntes síngulae metrétas binas vel ternas. Dicit eis Jesus: «Impléte hýdrias aqua.» Et implevérunt eas usque ad summum. Et dicit eis Jesus: «Hauríte nunc, et ferte architriclíno.» Et tulerunt. Ut autem gustávit architriclínus aquam vinum factam, et non sciébat unde esset, ministri autem sciébant, qui háuserant aquam: vocat sponsum architriclínus, et dicit ei: «Omnis homo primum bonum vinum ponit: et cum inebriáti fúerint, tunc id quod detérius est. Tu autem servásti bonum vinum usque adhuc.» Hoc fecit inítium signórum Jesus in Cana Galilǽæ et manifestávit glóriam suam, et credidérunt in eum discípuli ejus.

Offertorium: Ps. cxv: 1-2 et 16.

Jubiláte Deo, univérsa terra: Psalmum dícite nómini ejus: veníte, et audíte, et narrábo vobis, omnes qui timétis Deum, quanta fecit Dóminus ánimæ meæ, allelúja.

Secreta:

Oblata, Dómine, múnera sanctífica: nosque a peccatórum nostrórum máculis emúnda. Per Dóminum.

Præfátio de Sanctíssima Trinitáte

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui cum unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es Deus, unus es Dóminus: non in uníus singularitáte persónæ, sed in uníus Trinitáte substántiæ. Quod enim de tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto, sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in confessióne veræ sempiternáeque Deitátis, et in persónis propríetas, et in esséntia únitas, et in majestáte adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque Archángeli, Chérubim quoque ac Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una voce dicéntes:  Sanctus, …

Communio: Joann. ii: 7, 8, 9, et 10-11.

Dicit Dóminus: «Impléte hýdrias aqua, et ferte architriclíno.» Cum gustásset architriclínus aquam vinum factam, dicit sponso: «Servásti bonum vinum usque adhuc.» Hoc signum fecit Jesus primum coram discípulis suis.

Postcommunio:

Augeátur in nobis, quǽsumus, Dómine, tuæ virtútis operátio: ut divínis vegetáti sacraméntis, ad eórum promíssa capiénda, tuo múnera præparémur. Per Dominum.

Sermón del Domingo infraoctavo de la Natividad del Señor

Presentación del Niño Jesús en el Templo

PURIFICACIÓN DE MARIA Y OFRECIMIENTO DE JESÚS.

Entre los judíos, al nacer un niño, sus padres pasados cuarenta días, lo presentaban en el Templo, con lo que cumplían dos prescripciones de la Ley Mosaica: una referente a la purificación de la madre, y otra a la presentación del hijo.

Transcurridos los días de purgación, las madres se libraban de la impureza legal, con la cual estaban manchadas, ofreciendo en el Templo un cordero de un año, en holocausto, y una tórtola, o bien dos tórtolas o dos palomas, en el caso de mucha pobreza. Esta ofrenda del indigente fue la que, por la ceremonia de la purificación, ofreció María, la más pura de las vírgenes, la reina de cielos y tierra, la madre de Jesús.

Durante las horas del sacrificio, los atrios del Templo rebosaban de piadosos judíos, que subían al Santuario, para hacer las oblaciones y rezar las preces llamadas de la redención. Nadie se enteró del dulcísimo misterio, que, en aquel lugar, se iba realizando. Por otra parte, nada exterior podía llamar la atención. Una mujer joven, nazarena, y su esposo, pobre como ella, acababan de cumplir una prescripción ordinaria de la Ley. Su aspecto bondadoso sólo denotaba una dulce paz y una exquisita tranquilidad de espíritu, que en nada era alterada por su pobreza e indigencia. Comenzaban a confundirse entre la multitud, cuando he aquí que un anciano llamado Simeón, venerable por sus años y por su piedad, se dio cuenta de la presencia de aquel Niño, e, iluminado por el Espíritu Santo, reconoció en él al Mesías Redentor. Su corazón saltó de gozo y su mirada se llenó de alegría. Con gran respeto y emoción se acercó a la madre, miró al Hijo, con ternura inefable, y, tomando al divino Niño en sus brazos, lo apretó, gozoso, contra su pecho. Y, como que en Oriente toda expresión de gozo es un canto de sus labios brotó el hermosísimo Nunc dimittis, tan sublime, que, por su elevación y gracia inimitable, lo recuerdan los sacerdotes, todos los días, en el rezo del oficio divino. Ahora, Señor, deja a tu siervo en paz, según tu palabra; porque mis ojos han visto tu Salud; han visto a Aquel que era el único por quien yo vivía en este mundo, sin que me haya sorprendido la muerte antes de poder ver en mis brazos a este divino Infante, que es Luz para iluminar a los gentiles y Gloria de Israel, tu pueblo. Y, en la efusión de su amor, acariciaba al divino Infante y bendecía al Altísimo.

José y María escuchaban extasiados el cántico improvisado de aquel anciano venerable. ¡Es tan natural a los espíritus sencillos, a los corazones de niño el respeto que inspira la vejez! Pero, de repente, la faz de aquel viejecito, a quien Dios reveló el porvenir, se inundó de tristeza. Miró compasivo a María, y, con acento dolorido, dejó oír estas palabras: He aquí que éste está constituido para la ruina y resurrección de muchos en Israel, y para señal que excitará contradicción. No porque Jesús haya venido al mundo para la ruina espiritual de hombre alguno, sino por su venida, la fundación de su reino, precicación de su Evangelio, serán motivos de confusión y de ruina para aquellos que, pérfidos o malvados, cierren voluntariamente sus ojos a la verdad. Será un signo de contradicción hasta tal punto que, todavía niño, será perseguido de muerte. Después, sus enemigos no cesarán de combatirlo, hasta hacerle morir en cruz. Esta señal de contradicción cada vez más atacada, triunfará cada vez más esplendorosamente.

María escuchó está revelación con resignación heroica. Y resolvió cooperar, con todas sus fuerzas, a la obra portentosa de la Redención, aunque para ello hubiese de ser mártir con Jesús; aunque su corazón, desde aquel momento, no hubiese de ser otra cosa que un eco fiel de los sufrimientos de su hijo.

MARIA MADRE EJEMPLAR Y GENEROSIDAD DE JESÚS.

María, modelo de madres cristianas lleva a su hijo al Templo e implora sobre Él la bendición del Altísimo. Al consagrar su hijo a Dios, atrae sobre Él todas las bendiciones del cielo y cumple un deber sagrado de gratitud. Es un magnífico modelo de lo que deberían hacer las madres cristianas, al tratarse de la educación de sus hijos: ofrecerlos al Señor y pedir gracia para saber cumplir las obligaciones de madre.

Jesús se ofrece generosamente al Padre celestial como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Cinco siclos de plata son el precio del rescate de Jesús, mientras su sangre preciosa será precio estipulado para el hombre, el valor de su rescate. Él es quien, con el precio inestimable de su sangre, ha querido redimir a la naturaleza humana y devolverle su nobleza y primitiva dignidad. Agradezcámosle de todo corazón tan gran merced, pues, cuanto mayor es la gracia que despreciamos, más terrible será el castigo de que nos hacemos merecedores. Agradezcámosle, sobre todo, la gracia que nos ha hecho, mayor todavía que la del santo viejo Simeón, de poderle recibir diariamente en nuestros corazones.

P. Ginebra, El Evangelio de los domingos y fiestas, Ed. Balmes, página 27 y ss

Domingo infraoctavo de la Natividad del Señor

La Presentación en el Templo

TEXTOS DE LA MISA EN ESPAÑOL

Introito. Sab. 18.14-15; 92.1.- 

Cuando un profundo silencio envolvía todos los seres, y la noche alcanzaba en su curso la mitad de su camino, tu omnipotente palabra, Señor, vino del cielo, desde el real trono.  Salmo–  Reina el Señor, vestido de majestad; vistióse el Señor de fortaleza, y se ciñó de poder. V/. Gloria al Padre, y al Hijo.

Colecta.-

Omnipotente y sempiterno Dios, dirige nuestras acciones según tu beneplácito, para que, en el nombre de tu amado Hijo, merezcamos abundar en buenas obras. El cual vive y reina.

Epístola.  Gál.4.1-7.-

Hermanos: Mientras el heredero es niño, en nada difiere del siervo, aunque sea señor de todo, pues está bajo la potestad de tutores y curadores hasta el tiempo determinado por su padre. Así también, nosotros, cuando éramos niños, estábamos sometidos a los elementos del mundo. Mas, al venir la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer y sujeto a la Ley, para liberar a los sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos. Y, por cuanto sois hijos, ha enviado Dios a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abba!, esto es: jPadre! y así, ya no es siervo, sino hijo. Y, siendo hijo, es también heredero de Dios.

Gradual. Salm. 44..3.2.- 

Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la gracia está derramada en tus labios. V/. Bullendo está en mi corazón un bello canto, que al rey voy a cantar. Sea mi lengua como el cálamo de veloz escriba.

Aleluya. Salm. 92.1.- Aleluya, aleluya. V/. Reina el Señor, vestido de majestad; vistió se el Señor de fortaleza y se ciñó de poder. Aleluya.

Evangelio. Luc.2.33-40.-

En aquel tiempo: José y María, madre de Jesús, estaban maravillados de lo que se decía de él. Y los bendijo Simeón y dijo a María, su madre: Sábete que éste está puesto para ruina y para resurrección de muchos en Israel, y será signo de contradicción, y una espada traspasará tu alma, para que queden patentes los pensamientos de muchos corazo­nes. Había allí una profetisa, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; ésta era ya muy anciana, y había vivido siete años con su marido desde su virginidad. Y esta viuda, que tenía ochenta y cuatro años, no se apartaba del templo, sirviendo en él día y noche con ayunos y oraciones. Ésta, pues, como viniese a la misma hora, alababa al Señor y hablaba del Niño a cuantos esperaban la redención de Israel. Y cumplidas todas las cosas conforme a la Ley del Señor, volviéronse a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el Niño crecía y se robustecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba en él.

CREDO.

Ofertorio. Salm.92.1-2.-

Dios asentó el mundo y no vacilará. Tu silla, ioh Dios!, está preparada desde, la eternidad; desde todos los siglos existes tú.

Secreta.- 

Te rogamos, ¡oh Dios omnipotente!, nos concedas que el don ofrecido a la vista de tu majestad nos alcance la gracia de una piadosa devoción y nos dé la posesión de una dichosa eternidad. Por nuestro Señor.

Prefacio de Navidad.- 

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, pues por el misterio del Verbo ha brillado a los ojos de nuestra alma un nuevo resplandor de tu gloria, para que, conociendo a Dios bajo una forma visible, seamos atraídos por él al amor de las cosas invisibles. Y por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial cantamos el himno de tu gloria, diciendo sin cesar.

Comunión. Mat.2.20.-

Toma el Niño y su madre y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que buscaban la muerte del Niño.

Poscomunión. –

¡Oh Señor!, haz que, por la virtud de este mis­terio, nos purifiquemos de nuestros vicios, y se cumplan nuestros justos deseos. Por nuestro Señor.

TEXTOS DE LA MISA EN LATIN

Dominica infra Octavam Nativitatis

II Classis

Introitus: Sap. xviii: 14-15

Dum médium siléntium tenérent ómnia,   et nos in suo cursu médium iter   habéret, omnípotens sermo tuus, Dómine, de cælis a regálibus sédibus venit. [Ps. xcii, 1]. Dóminus regnávit, decórem indútus est: indútus est Dóminus fortitúdinem, et præcínxit se. Glória Patri. Dum médium.

Oratio:

Omnípotens, sempitérne Deus, dirige actus nostros in beneplacito tuo: ut in nómine dilécti Fílii tui mereámur bonis opéribus abundáre: Qui tecum.

1 ad Galatas iv: 1-7

    Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Galatas.


Fratres: Quanto témpore heres párvulus est, nihil differt a servo, cum sit dóminus ómnium: sed sub tutóribus est et actóribus usque ad præfinítum tempus a patre: ita et nos cum essémus párvuli, sub eleméntis mundi erámus serviéntes. At ubi venit plenitúdo témporis, misit Deus Fílium suum, factum ex mulíere, factum sub lege, ut eos, qui sub lege erant, redímeret, ut adoptiónem filiórum reciperémus. Quóniam autem estis fílii, misit Deus Spíritum Fílii sui in corda vestra clamántem: Abba, Pater. Itaque jam non es servus, sed fílius quod: si fílius, et heres per Deum.

Graduale Ps. xliv: 3 et 2

Speciósus forma præ fíliis hóminum: diffúsa est grátia in lábiis tuis. V. .Eructávit cor meum verbum bonum, dico ego ópera mea Regi: lingua mea cálamus scribæ, velóciter scribéntis.
Allelúja, allelúja. [Ps. xcii] Dóminus regnávit, decórem índuit: índuit Dóminus fortitúdinem, et præcínxit se virtúte. Allelúja. 

Luc.ii: 33-40

    +    Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam.


In illo témpore: Erat Joseph et María mater Jesu, mirántes super his quæ dicebántur de illo. Et benedíxit illis Símeon, et dixit ad Maríam matrem eius: «Ecce pósitus est hic in ruínam et in resurrectiónem multorum in Israël: et in signum cui contradicétur: et tuam ipsíus ánimam pertransíbit gládius, ut reveléntur ex multis córdibus cogitatiónes.» Et erat Anna prophetíssa, fília Phánuel, de tribu Aser: hæc procésserat in diébus multis, et víxerat cum viro suo annis septem a virginitáte sua. Et hæc vídua usque ad annos octogínta quáttuor: quæ non discedébat de templo jejúniis et obsecratiónibus sérviens nocte ac die. Et hæc, ipsa hora supervéniens confitebátur Dómino, et loquebátur de illo ómnibus, qui expectábant redemptiónem Israël. Et ut perfecérunt ómnia secúndum legem Dómini, revérsi sunt in Galilǽam in civitátem suam Názareth. Puer autem crescébat, et confortabátur, plenus sapiéntia et grátia Dei erat in illo.

Credo.

Offertorium: Ps. xcii: 1-2.

Deus firmávit orbem terræ, qui non commovébitur: paráta sedes tua, Deus, ex tunc, sǽculo tu es.

Secreta:

Concede quǽsumus, omnípotens Deus: ut óculis tuæ majestátis munus oblátum, et grátiam nobis piæ devotiónis obtíneat, et efféctum beátæ perennitátis acquírat. Per Dóminum.

Præfátio de Nativitate Dómini

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Quia per incarnáti Verbi mystérium, nova mentis nostræ óculis lux tuæ claritátis infúlsit: ut dum visibíliter Deum cognóscimus, per hunc in invisibílium amórem rapiámur. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cæléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes: Sanctus, …

Communio: Matth ii: 20

Tolle púerum, et matrem ejus, et vade in terram Israël: defúncti sunt enim, qui quærébant ánimam púeri.

Postcommunio:

Per hujus, Dómine, operatiónem mystérii, et vítia nostra purgéntur. et justa desidéria compleántur. Per Dominum.