MARTIROLOGIO DE MAYO

1 de mayo

San José Obrero

La Iglesia cristianizó en otro tiempo las fiestas paganas, usando con soberana libertad de las fechas y de las ceremonias para dotarlas de un contenido cristiano enteramente nuevo.

Inspirándose en esa tradición, coloca ahora la fiesta civil del trabajo el 1 de mayo, bajo el poderoso patrocinio de San José, el humilde artesano escogido por Dios para velar sobre la infancia del Verbo encarnado.

¿Quién mejor que él, en su trabajo de cada día, dio gracias a Dios Padre por el Señor Jesús (epístola), aprendiz suyo dócil y obediente, a quien llamaban el hijo del carpintero (evangelio)?

Cubra San José con su vigilante protección a este mundo del trabajo, de cuya dura suerte participó; guíe y sostenga sus esfuerzos para que reine en el mundo la justicia y la caridad bajo la ley del amor de Cristo Jesús.

Oración: ¡Oh, Dios!, creador de todas las cosas, que has impuesto a los hombres la ley del trabajo; haz que, siguiendo el ejemplo de San José y bajo su patrocinio, realicemos con perfección la obra que nos mandas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Roma, el tránsito de san Pío V, de la Orden de Predicadores, Papa y Confesor; el cual, dedicándose con fortaleza y éxito feliz a restaurar la disciplina eclesiástica, extirpar las herejías y destruir los enemigos del nombre Cristiano, con la santidad de su vida y de las leyes, gobernó la Iglesia católica. Su fiesta se celebra el día 5 de este mes.

2.- En Egipto, san Jeremías, Profeta, el cual murió apedreado por el pueblo en Tainas, donde fue enterrado: a su sepulcro, según refiere san Epifanio, acostumbraban ir los fieles a hacer oración y recoger de aquel polvo, que cura las mordeduras de los áspides.

3.- En territorio de Vivares, en las Galias, san Andéolo, Subdiácono, al cual, junto con otros, envió san Policarpo. Obispo de Esmirna, desde el Oriente a la Galia a predicar la palabra de Dios. En el imperio de Severo, después de azotado con varas espinosas, por último, con una espada de madera le abrieron la cabeza en cuatro partes, a modo de cruz, y así consumó el martirio.

4.- En Huesca de España, los santos Mártires Oroncio y Paciencia.

5.- En la aldea de Coulmiers, en el territorio de Orleáns, en Francia, el martirio de san Segismundo, Rey de los Borgoñones, que murió sumergido en un pozo y después resplandeció con milagros. Su sagrado cuerpo, sacado finalmente del pozo, fue llevado a la Iglesia del monasterio de Agauno, situado en la diócesis de Sión, y allí honoríficamente colocado.

6.- En Auxerre, san Amador, Obispo y Confesor.

7.- En Auch de Francia, san Oriencio, Obispo.

8.- En Elvy de Inglaterra, san Asaf, Obispo, con cuyo nombre se honró más tarde la misma ciudad Episcopal.

9.- En Forli, san Peregrino, de la Orden de Siervos de la bienaventurada Virgen María.

10.- En Bérgamo, santa Grata, Viuda.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

2 de mayo

San Atanasio, Obispo, Confesor y Doctor    D.    –    Blanco

San Atanasio, obispo de Alejandría, por tres veces fue depuesto de su sede episcopal por los arrianos; fue calumniado, desterrado y perseguido por cuatro emperadores. Volvió no obstante, a Alejan dría habiendo triunfado sobre los enemigos de la fe y, algún tiempo después, se fue al cielo a recibir la recompensa de 46 años de persecución sufridas por Jesucristo. Murió en el año 373.

Oración: Os suplicamos, Señor, escuchéis las oraciones que os dirigimos en la solemnidad de vuestro confesor pontífice San Atanasio, a fin de que los méritos y la intercesión de quien dignamente os ha servido nos obtengan el perdón de nuestros pecados. Por J. C. N. S. Amén.

1.- Santa Zoe, Mártir

2.- Santa Mafalda o Matilde, Monja

3.-Beato Conrado de Seldemburem

4.- San Exuperio, Mártir

5.- San Waldeberto, Abad

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias

3 de mayo

Invención o Hallazgo de la Santa Cruz    D. 2ª. cl.    –     Rojo

En Jerusalén, la Invención de la Sacrosanta Cruz del Señor, en tiempo del Emperador Constantino.

El emperador Constantino había visto una cruz en el cielo, en la cual estaban escritas estas palabras: CON ESTE SIGNO VENCERÁS; en efecto, derrotó totalmente al tirano Majencio. Santa Elena, su madre, en agradecimiento de este favor, dispuso se hiciesen búsquedas en Jerusalén para dar con la verdadera cruz. Descubriéronse tres. Un milagro dio a conocer con certeza cuál era aquélla de la que pendiera el precio de nuestra redención. La santa hízole construir un templo magnífico. Hoy celebra la Iglesia el hallazgo o invención de este adorable tesoro.

Oración: Oh Dios, que en el hallazgo maravilloso de vuestra cruz salutífera, habéis renovado los milagros de vuestra Pasión, haced que adquiramos, por el valor de este árbol de vida, la recompensa de la vida eterna. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Roma, en la vía Nomentana, el suplicio de los santos Mártires Alejandro I Papa, Evencio y Teodulo Presbíteros. A Alejandro, en tiempo del Emperador Adriano y del Juez Aureliano, después de las prisiones y cárceles, el potro, las uñas aceradas y el fuego, apuñalaron con punzones águdísimos todos los miembros hasta que expiró; Evencio y Teodulo, después de larga prisión y del tormento del fuego, fueron por fin degollados.

2.- En Narni, san Juvenal, Obispo y Confesor.

3.- En el monte Senario de Toscana, los santos Sosteneo y Ugución, Confesores, de los siete Fundadores de Siervos de la bienaventurada Virgen María; los cuales, avisados del cielo, en el mismo día y hora, al rezar la salutación Angélica, pasaron de esta vida. Su fiesta y la de sus Compañeros se celebra el día 12 de Febrero.

4.- En Constantinopla, los santos Mártires Alejandro, soldado, y Antonina, Virgen; a ésta, en la persecución de Maximiano, condenada por el Presidente Festo a un lugar infame, la sacó secretamente Alejandro, cambiando los vestidos y quedándose allí por ella; por lo cual fue poco después atormentado con ella, y ambos juntos, cortadas las manos, fueron por la fe de Cristo arrojados en la hoguera y, consumado el glorioso combate, fueron coronados.

5.- En la Tebaida, los santos Mártires Timoteo y Maura, su mujer, a quienes el Prefecto Ariano, al cabo de muchos tormentos, mandó clavar en una cruz, en donde, pendiendo vivos por nueve días, y fortaleciéndose uno a otro en la fe, consumaron el martirio.

6.- En Afrodisia de Caria, los santos Mártires Diodoro y Rodopiano, que en la persecución del Emperador Diocleciano fueron apedreados por sus conciudadanos.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

4 de mayo

Santa Monica, Viuda    D.    –    Blanco

En Ostia, del Tíber, santa Mónica, madre de san Agustín, cuya preclara vida dejó atestiguada el mismo santo en el libro nono de sus Confesiones. n. 322 en Tagaste (Souk Ahras), Argelia; † 387 en Ostia, Italia.

Patrona de viudas; esposas; madres; amas de casa; víctimas de abusos; víctimas de adulterio; víctimas de abusos verbales; alcohólicos; madres con hijos problemáticos. Protectora contra el alcoholismo; dificultades en el matrimonio.

Santa Mónica, madre de San Agustín, derramó tantas lágrimas y oró a Dios con tanto fervor por la conversión de su hijo, que vio realizarse la palabra de San Ambrosio que le aseguró que un hijo de tantas lágrimas no podía perderse. Siguió a su hijo por todas partes para exhortarlo a que renunciara a sus desórdenes y a la herejía de los maniqueos. Cuando por fin lo vio convertido, exclamó: Ahora moriré contenta, hijo mío, porque ya nada me queda por desear en la tierra. Murió en el año 387.

Oración: Oh Dios, consuelo de los afligidos y salvación de los que en Vos esperan, que bondadosamente recibisteis las lágrimas que Santa Mónica vertió por la conversión de su hijo Agustín, concedednos, por la intercesión de ambos, la gracia de llorar nuestros pecados y gustar las verdaderas alegrías del espíritu. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En las minas de Fenón en Palestina, el triunfo de san Silvano, Obispo de Gaza; el cual, en la persecución del Emperador Diocleciano, por orden del César Galerio Maximiano, fue con muchísimos de sus Clérigos coronado del martirio.

2.- En Jerusalén, san Ciríaco, Obispo, que, visitando los Santos Lugares, fue allí muerto, imperando Juliano Apóstata.

3.- En Camerino, san Porfirio, Presbítero y Mártir, el cual, siendo Emperador Decio y Presidente Antíoco, por haber convertido a muchos (y entre ellos a san Venancio) a la fe de Cristo, fue decapitado.

4.- En las minas de Fenón, en Palestina, treinta y nueve santos Mártires, que, condenados a las dichas minas, después de sufrir las planchas de fuego y otros tormentos, fueron juntamente decapitados.

5.- En Lorch de la Nórica Ripense, san Florián, Mártir, el cual, imperando Diocleciano, por orden del Presidente Aquilino, fue arrojado al río Ems con una piedra atada al cuello.

6.- En Colonia, san Paulino, Mártir.

7.- En Tarso de Cilicia, santa Pelagia, Virgen y Mártir, que imperando Diocleciano, metida en un buey de bronce candente, consumió el martirio.

8.- En Nicomedia, el triunfo de santa Antonia, Mártir, la cual, después de sufrir varios y atroces tormentos, estuvo tres días colgada de un brazo, y dos años encarcelada; al fin, de orden del Presidente Prisciliano, mientras confesaba al Señor, fue quemada en la hoguera.

9.- En Milán, san Venerio, Obispo, cuyas virtudes atestigua san Juan Crisóstomo en una carta que le escribió.

10.- En el territorio de Perigord, san Sacerdote, Obispo de Limoges.

11.- En Hildesheim de Sajonia, san Godehardo, Obispo y Confesor, que fue canonizado por el Papa Inocencio II.

12.- En Auxerre, san Curcódomo, Diácono.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

5 de mayo

San Pío V, Papa y Confesor     D.    –    Blanco

San Pío V, de la Orden de Predicadores, Papa y Confesor, que el día primero de este mes durmió en el Señor. n. 17 de enero de 1504 en Bosco, Italia, como Antonio Ghisleri; † 1 de mayo de 1572 en Roma, Italia. Este santo Papa desplegó un celo constante por la propagación de la religión, una valentía infatigable por el restablecimiento de la disciplina eclesiástica, una vigilancia asidua para la extirpación de la herejía, una caridad inextinguible por el alivio de los pobres y una fuerza invencible en el sostenimiento de los derechos de la Santa Sede Apostólica. Por revelación conoció la victoria obtenida contra los turcos en Lepanto. En esta memorable ocasión fue cuando mandó añadir a las letanías de la Virgen, la invocación: Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.

Oración: Oh Dios, que para destruir a los enemigos de la Iglesia y restaurar el culto divino, elevasteis al bienaventurado Pío al sumo pontificado, haced que protegidos por su intercesión, de tal modo nos adhiramos a vuestro servicio que, triunfando de las emboscadas de todos nuestros enemigos, gocemos de inalterable paz. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Roma, san Silvano, Mártir.

2.- En Roma también, santa Crescenciana, Mártir.

3.- En Leucate de Sicilia, san Ángel, de la Orden de Carmelitas, Presbítero y Mártir, que por defender la fe católica fue cruelmente muerto por los herejes.

4.- En Alejandría, san Eutimio, Diácono, que murió en la cárcel por Cristo.

5.- En Auxerre, el martirio de san Joviniano, Lector.

6.- En Salónica, el triunfo de los santos Mártires Ireneo, Peregrino e Irene, los cuales, quemados en la hoguera, recibieron la palma del martirio.

7.- En Jerusalén, san Máximo, Obispo y Confesor, a quien el César Maximiano Galerio, después de sacarle un ojo y quemarle con un hierro candente uno de los pies, condenó a las minas. Más tarde, recobrada la libertad y puesto al frente de la Iglesia de Jerusalén, ilustre por la confesión de la fe, descansó allí finalmente en paz.

8.- En Edesa de Siria, san Eulogio, Obispo y Confesor.

9.- En Arlés de Francia, san Hilario, Obispo, insigne en santidad y doctrina.

10.- En Viena de Francia, san Niceto, Obispo, varón venerable en santidad.

11.- En Bolonia, san Teodoro, Obispo, esclarecido en méritos.

12.- En Milán, san Geroncio, Obispo.

13.- El mismo día, san Sacerdote, Obispo de Sagunto.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

6 de mayo

San Juan «junto a la Puerta Latina».    Dm.    –    Rojo

En Roma, san Juan, Apóstol y Evangelista, Ante-Portam-Latinam, el cual, llevado preso por orden de Domiciano desde Éfeso a Roma, por sentencia del Senado, ante dicha puerta fue echado en una caldera de aceite hirviendo, de donde salió más puro y vigoroso que había entrado.

Estas palabras de Jesucristo anunciando al discípulo muy amado que bebería, también él, el cáliz de dolor, cumpliéronse cuando Domiciano lo hizo venir de Éfeso a Roma para martirizarlo. Fue llevado fuera de la ciudad, frente a la puerta llamada Latina, y se lo sumergió en una caldera llena de aceite hirviendo; pero salió el santo de ella como de un baño refrescante, más fuerte y vigoroso de lo que entrara. Domiciano desterró al santo Apóstol a la isla de Patmos, donde compuso el Apocalipsis.

Oración: Oh Dios, que veis cuán turbados estamos por los males que nos rodean por todas partes, haced que seamos protegidos por la gloriosa intercesión de vuestro Apóstol y Evangelista San Juan. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Damasco, el tránsito de san Juan Damasceno, Presbítero, Confesor y Doctor de la Iglesia, célebre en santidad y doctrina; el cual, con la predicación y escritos, combatió valerosamente contra León Isáurico por el culto de las sagradas Imágenes. Por calumnias de aquel Emperador, el Príncipe de los Sarracenos le mandó cortar la mano derecha; pero encomendándose a la santísima Virgen María, cuyas imágenes había defendido, súbitamente la recuperó entera y sana. Su fiesta se celebra el 27 de Marzo.

2.- En Cirene de Libia, san Lucio, Obispo, de quien hace mención san Lucas Evangelista, en los Hechos de los Apóstoles.

3.- En Antioquía, san Evodio, el cual, como escribe san Ignacio a los Antioquenos, fue el primer Obispo, ordenado allí por el Apóstol san Pedro, y terminó la vida con glorioso martirio.

4.- En África, los santos Mártires Heliodoro y Venusto, con otros setenta y cinco.

5.- En Chipre, san Teódoto, Obispo de Cirinia, el cual, imperando Licinio, padeció gravísimamente y, por fin, vuelta la paz a la Iglesia, entregó su espíritu a Dios.

6.- En Carras de Mesopotamia, san Protógenes, Obispo y Confesor.

7.- En Inglaterra, san Eadberto, Obispo de Lindisfarne, insigne por su doctrina y piedad.

8.- En Roma, santa Benita, Virgen.

9.- En Salerno, la Traslación de san Mateo, Apóstol y Evangelista, cuyo sagrado cuerpo, transportado antes de Etiopía a diversas regiones y finalmente a esta ciudad, fue allí mismo sepultado con gran veneración en la Iglesia dedicada a su nombre. 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

7 de mayo

San Estanislao, obispo y Mártir    D.    –    Rojo

San Estanislao, Obispo de Cracovia y Mártir, que el día 8 de Mayo recibió la corona del martirio. n. 26 de julio de 1030 en Cracovia, Polonia; † 8 de mayo de 1079 en Cracovia, Polonia. Patrono de Cracovia, Polonia; soldados en batalla.

San Estanislao, obispo de Cracovia, reprendió valientemente al rey Boleslao por su mala vida. Este príncipe, para vengarse, sobornó a dos falsos testigos y los hizo declarar que el santo poseía un terreno que no le pertenecía. San Estanislao resucitó a quien se lo había vendido y con este testimonio irrecusable confundió a sus acusadores. Este milagro no convirtió a Boleslao; irritado éste porque el santo lo había excomulgado, le dio muerte con sus propias manos en momentos en que celebraba el Santo Sacrificio de la Misa. Sucedió en 1079.

Oración: Oh Dios, en cuyo honor sucumbió el glorioso obispo Estanislao bajo la espada de un impío, haced, os lo suplicamos, que todos los que imploren su socorro consigan el saludable efecto de su pedido. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Terracina de Campania, el triunfo de santa Flavia Domitila, hija de santa Plautila, que era hermana del santo Mártir el Cónsul FlavioClemente; y habiendo sido consagrada con el velo sagrado por el Pontífice san Clemente, en la persecución de Domiciano, fue primero desterrada con otros muchos a la isla Poncia, donde padeció un prolongado martirio. Volviéronla al cabo a Terracina, y allí, habiendo convertido a muchos con su doctrina y milagros a la fe de Cristo, por orden del Juez pusieron fuego al aposento en que moraba con dos Vírgenes, Eufrósina y Teodora, que la asistían, consumando así tan glorioso martirio. De santa Domitila, junto con los santos Nereo, Aquiles y Pancracio, se hace fiesta a 12 de Mayo.

2.- En el mismo día, san Juvenal, Mártir.

3.- En Nicomedia, los santos Hermanos Mártires Flavio, Augusto y Agustín.

4.- En el mismo lugar, san Cuádralo, Mártir, el cual, en la persecución del Emperador Decio, después de muchas veces atormentado, finalmente decapitado, consumó el martirio.

5.- En York de Inglaterra, san Juan, Obispo, esclarecido en vida y milagros.

6.- En Pavía, san Pedro, Obispo.

7.- En Roma, la Traslación del cuerpo de san Esteban, Protomártir, que en tiempo del sumo Pontífice Pelagio I, llevado de Constantinopla a Roma, y colocado en el sepulcro del Mártir san Lorenzo en el campo Verano, se venera allí con gran devoción de los fieles. 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

8 de mayo

Aparición de San Miguel Arcangel    Dm.    –    Blanco

En el monte Gargano, la Aparición de san Miguel Arcángel; a quien el Papa Pío XII constituyó Patrono y Protector de los Radiólogos y Radioterapéuticos.

San Miguel es honrado como protector especial de la Iglesia contra los ataques del demonio. La fiesta de hoy fue instituida en memoria de una aparición del santo Arcángel en el monte Gárgano, en el reino de Nápoles. Indicó el Arcángel, al obispo de Siponto, la existencia en ese lugar de una gruta en forma de iglesia, diciéndole que ese lugar debía ser consagrado al culto de Dios y de sus Ángeles. Rodeado de numerosa concurrencia, el obispo celebró misa en la gruta, que llegó a ser un centro de peregrinación, ilustre por gran número de milagros.

Oración: Oh Dios, que regís con orden admirable los ministerios de los Ángeles y de los hombres, haced, en vuestra bondad, que durante esta vida seamos protegidos por aquellos que en el cielo os ofrecen sin cesar el homenaje de sus servicios. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Cracovia de Polonia, el triunfo de san Estanislao, Obispo y Mártir, que fue muerto por el impío Rey Boleslao. Su fiesta se celebra el día de ayer.

2.- En Milán, el triunfo de san Víctor, Mártir, que era natural de Mauritania y desde su primera edad Cristiano; y militando en el campamento imperial, compelido por Maximiano a sacrificar a los ídolos, como perseverase inconmovible en la confesión de Cristo, fue primero duramente apaleado, sin que, por favor de Dios, sintiese dolor; luego le rociaron con plomo derretido, quedando asimismo ileso; por último, coitada la cabeza, completó la carrera de tan glorioso martirio.

3.- En Constantinopla, san Agacio, Centurión, el cual, en la persecución de Diocleciano y Maximiano, acusado de Cristiano por el tribuno Firmo, y cruelísimamente atormentado por el Juez de Perinto, Bibiano, fue últimamente condenado a muerte en Bizancio por el Procónsul Flacino. Su cuerpo fue más tarde llevado por milagro a la playa de Esquilache, en Calabria, donde honoríficamente se guarda.

4.- En Roma, san Bonifacio IV, Papa, que dedicó el Panteón en honor de la bienaventurada Virgen María ad Martyres.

5.- Allí mismo, san Benedicto II, Papa y Confesor.

6.- En Viena de Francia, san Dionisio, Obispo y Confesor.

7.- En Auxerre, san Heladio, Obispo.

8.- En el monasterio de Bellevaux, territorio de Besanzón, san Pedro, que de Monje Cisterciense fue hecho Obispo de Tarentasia, en Saboya.

9.- En Roermond de Güeldres, san Wirón, Obispo de Escoria.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

9 de mayo

San Gregorio Nacianceno, Obispo, Confesor y Doctor    D.  –  Blanco

En Nacianzo de Capadocia, el tránsito de san Gregorio, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia, llamado el Teólogo por su excelente doctrina de las cosas divinas; el cual, ejerciendo el Episcopado en la ciudad de Constantinopla, restableció en ella la fe católica que estaba decaída, y reprimió las herejías que se levantaban.

San Gregorio Nacianceno, yendo a Atenas a estudiar filosofía, fue sorprendido en el mar por una tempestad tan violenta que prometió a Dios abandonar el mundo si escapaba del naufragio. Su voto fue escuchado y Gregorio, en compañía de San Basilio, compañero suyo de estudios en Atenas, retiróse a la soledad. Dormía en el desnudo suelo, llevaba cilicio, mortificaba su cuerpo con continuos ayunos y vigilias. Fue arrancado de su retiro, nombrándoselo patriarca de Constantinopla. Murió alrededor del año 390, a edad muy avanzada.

Oración: Oh Dios, que disteis al bienaventurado Gregorio a vuestro pueblo para que lo instruyera acerca de los caminos de la salvación eterna, haced, os lo suplicamos, que después de haberlo contado en la tierra como doctor y guía, merezcamos tenerlo como intercesor en el cielo. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Roma, san Hermas, de quien hace mención el Apóstol san Pablo en la Epístola a los Romanos. Este santo, sacrificándose dignamente a sí mismo y hecho hostia aceptable a Dios, esclarecido en virtudes, subió al reino celestial.

2.- En Cagli, en la vía Flaminia, el martirio de san Geroncio, Obispo de Cervia.

3.- En Persia, trescientos diez santos Mártires.

4.- En Egipto, san Pacomio, Abad, que erigió en aquella región muchos monasterios y escribió para los Monjes una Regla dictada por un Ángel.

5.- En Vendôme de Francia, el tránsito de san Beato, Confesor.

6.- En Bolonia, san Nicolás Albérgato, Monje Cartujo, Obispo de aquella ciudad y Cardenal de la Santa Iglesia Romana, esclarecido en santidad y por sus Legaciones Apostólicas; cuyo cuerpo está sepultado en el templo de los Cartujos de Florencia.

7.- En Constantinopla, la Traslación de los santos Andrés, Apóstol, y Lucas, Evangelista, desde Acaya, y de Timoteo, uno de los discípulos del Apóstol san Pablo, desde Éfeso. El cuerpo de san Andrés fue, después de largo tiempo, llevado a Amalfi, donde se venera con devoto concurso de los fieles; de su sepulcro mana continuamente licor que sana a los enfermos.

8.- En Roma asimismo, la Traslación de san Jerónimo, Presbítero, Confesor y Doctor de la Iglesia, desde Belén de Judá a la Basílica de santa María ad Præsepe.

9.- También en Barí de la Pulla, la Traslación de San Nicolás, Obispo y Confesor, desde Myra, ciudad de Licia.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

10 de mayo

San Antonino (Antolin), Obispo y Confesor   D.    –    Blanco

San Antoninode la Orden de Predicadores, Obispo de Florencia y Confesor, de cuyo tránsito se hace conmemoración el 2 de este mes.

Antonino, que entró en la orden de Santo Domingo a la edad de doce años, fue un modelo de humildad, de recogimiento y de mortificación. Jamás comió carne y, enfermo o sano, dormía sobre una tabla. Fue menester que el Papa Eugenio IV lo amenazase con excomunión para hacerle aceptar el arzobispado de Florencia. No quiso mas riquezas que la virtud; todo lo que poseía dábalo a los pobres, llegando al extremo de vender, para socorrerlos, parte de los muebles y de la ropa. Murió en mayo de 1459, a los 70 años de edad.

Oración: Señor, haced que seamos ayudados por los méritos de San Antonino, vuestro confesor pontífice, a fin de que os encontremos misericordioso con nosotros, así como os reconocemos admirable en vuestro proceder con él. Por J. C. N. S. Amén.

El mismo día:

Santo Maestro Juan de Avila, Confesor    D.    –    Blanco

Memoria de san Juan de Ávila, presbítero, que falleció en Montilla, lugar de Andalucía, en España; había recorrido toda la región de la Bética predicando a Cristo, y después, habiendo sido acusado injustamente de herejía, fue recluido en la cárcel, donde escribió la parte más importante de su doctrina espiritual. Es el santo del patronazgo: patrono del clero español.

Oración: Oh Dios, que hiciste de san Juan de Ávila un maestro ejemplar para tu pueblo por la santidad de su vida y por su celo apostólico, haz que también en nuestros días crezca la Iglesia en santidad por el celo ejemplar de tus ministros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

1.- En Roma, en la vía Latina, el triunfo de los santos Mártires Gordiano y Epímaco; el primero, por confesar el nombre de Cristo, fue largamente azotado con plomadas en el imperio de Juliano Apóstata y, por último, decapitado; los Cristianos sepultaron de noche su cuerpo en una cripta de la misma vía, adonde poco antes habían sido trasladadas las reliquias del Mártir san Epímaco desde Alejandría, donde por la fe de Cristo había sido martirizado el 12 de Diciembre.

2.- En tierra de Hus, san Job, Profeta, varón de admirable paciencia.

3.- En Roma, san Calepodio, Presbítero y Mártir, a quien el Emperador Alejandro hizo degollar y que su cuerpo fuese arrastrado por la ciudad y arrojado al Tíber; mas hallolo el Papa Calixto y le dio sepultura. Fue también degollado el Cónsul Palmado con su mujer e hijos, y otros cuarenta y dos de su casa, de uno y otro sexo; asimismo Simplicio, Senador, con su mujer y sesenta y ocho de su familia; y últimamente Félix, con su esposa Blanda. Las cabezas de todos fueron expuestas en diversas puertas de Roma para escarmiento de los Cristianos.

4.- Allí también, en la vía Latina, junto a las Cien-Salas, el suplicio de los santos Mártires Cuarto y Quinto, cuyos cuerpos fueron trasladados a Capua.

5.- En Lentini de Sicilia, los santos Mártires Alfio, Filadelfo y Girino.

6.- En Esmirna, san Dioscórides, Mártir.

7.- En Tarento, san Cataldo, Obispo, esclarecido en milagros.

8.- En Madrid, san Isidro Labrador, a quien, ilustre en milagros, el Papa Gregorio XV puso en el número de los Santos juntamente con los santos Ignacio, Francisco Javier, Teresa y Felipe Neri.

9.- En Milán, la Invención de los santos Mártires Nazario y Celso; cuando el Obispo san Ambrosio halló el cuerpo de san Nazario bañado aún en sangre fresca, y lo trasladó a la Basílica de los Apóstoles junto con el cuerpo del niño san Celso, a quien el mismo Nazario había criado. Anolino, en la persecución de Nerón, hizo degollar a ambos juntos el 28 de Julio, día en que se celebra la festividad de su glorioso martirio.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

11 de mayo

Santos Felipe y Santiago, Apóstoles     D.    –    Rojo

El triunfo de los santos Apóstoles Felipe y Santiago. Felipe, después de convertir a la fe de Cristo casi toda la Escitia, finalmente, en Hierápolis, ciudad de Asia, crucificado y apedreado, descansó con glorioso fin. Santiago, que es llamado también hermano del Señor, y fue el primer Obispo de Jerusalén, precipitado desde el pináculo del templo, rotas las piernas y herido en el cerebro con el palo de un batanero, murió, y allí mismo, no lejos del templo, fue sepultado.

Tanto San Felipe cuanto Santiago tuvieron el honor de ser apóstoles de Jesucristo, de predicar su Evangelio y de morir por la fe. Felipe fue quien llevó a Natanael a Jesucristo. Después de la Ascensión trasladose a Escitia, donde fue crucificado después de haber convertido a gran número de bárbaros.

Santiago, primo del Señor, fue tan venerado entre los judíos, que se tenían éstos por dichosos con sólo tocar el borde de su manto. Fue precipitado desde lo alto del templo de Jerusalén porque predicaba a Jesucristo.

Oración: Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo en la festividad de San Felipe y Santiago, vuestros Apóstoles, haced, os lo suplicamos, que al mismo tiempo que nos regocijamos con sus méritos aprovechemos sus ejemplos. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Roma, en la vía Salaria, el triunfo de san Antimo, Presbítero, el cual, insigne por sus virtudes y predicación, en la persecución de Diocleciano fue precipitado en el Tíber, de donde le sacó un Ángel, restituyéndole a su oratorio; más tarde, decapitado, subió vencedor al cielo.

2.- Allí mismo, san Evelio, Mártir, que siendo de la familia de Nerón, a vista del martirio de san Torpetes, creyó en Cristo, y por Cristo fue también degollado.

3.- En Roma también, los santos Mártires Máximo, Basso y Fabio, que en tiempo de Diocleciano fueron martirizados en la vía Salaria.

4.- En Osimo del Piceno, los santos Mártires Sisinio, Diácono, Dioclecio y Florencio, discípulos del Presbítero san Antimo; los cuales, en tiempo de Diocleciano, apedreados, consumaron el martirio.

5.- En Camerino, los santos Anastasio y compañeros Mártires, los cuales en la persecución de Decio fueron muertos por sentencia del Presidente Antíoco.

6.- En Varennes de Francia, san Gangulfo, Mártir.

7.- En Viena de Francia, san Mamerto, Obispo, el cual, por una inminente calamidad, instituyó en aquella ciudad solemnes rogativas en los tres días antes de la Ascensión del Señor, rito que aprobó y recibió después la Iglesia universal.

8.- En Souvigny de Francia, el tránsito de san Mayolo, Abad de Cluny, cuya vida fue ilustre en santos méritos.

9.- En Nápoles de Campania, san Francisco de Jerónimo, natural de la ciudad de Grotalla, diócesis de Tarento, Sacerdote de la Compañía de Jesús y Confesor, varón de eximia caridad y paciencia en procurar la salvación de las almas, a quien el Papa Gregorio XVI puso en el catálogo de los Santos.

10.- En San Severino del Piceno, san Iluminado, Confesor.

11.- En Cagliari de Cerdeña, san Ignacio de Láconi, Confesor, de la Orden de Menores Capuchinos, preclaro por la humildad, caridad y milagros; al cual el Papa Pío XII enalteció con los honores de los Santos.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

12 de mayo

Santos Nereo, Domitila y Pancracio, Mártires    Sd.  –  Rojo

En Roma, en la vía Ardeatina, los santos Mártires Nereo y Aquiles, hermanos, los cuales, primero con Flavia Domitila, de quien eran pajes, sufrieron por Cristo prolongado destierro en la isla Poncia; después fueron bárbaramente azotados; por último, compeliéndoles Minucio Rufo, varón Consular, con el potro y el fuego, a sacrificar a los dioses, y respondiendo ellos que, bautizados por el Apóstol san Pedro, de ninguna manera podían ofrecer incienso a los ídolos, fueron decapitados. Sus sagradas reliquias, con las de Flavia Domitila, en tal día como ayer, fueron solemnemente trasladadas, por orden del Papa Clemente VIII, desde la Diaconía de san Adrián al antiguo templo de su nombre, donde anteriormente se custodiaban, y que a la sazón se había restaurado; y desde entonces, por decreto del mismo Papa, se celebra también en este día la fiesta de la misma santa Domitila, Virgen, cuyo martirio se conmemora el 7 de este mes.

Allí mismo, en la vía Aurelia, san Pancracio, Mártir que en el imperio de Diocleciano, contando catorce años de edad, consumó el martirio, siendo decapitado.

Oración: Señor, que la dichosa festividad de vuestros mártires Nereo, Aquileo, Domitila y Pancracio, nos sea siempre propicia y nos haga dignos de vuestras mercedes. Por J. C. N. S.

1.- En Salamina de Chipre, san Epifanio, Obispo, que, siendo esclarecido por su vasto saber y por su conocimiento de las sagradas Letras, fue también admirable por la santidad de vida, celo de la fe católica, munificencia con los pobres y don de milagros.

2.- En Constantinopla, san Germán, Obispo, insigne en santidad y doctrina, el cual reprendió con gran libertad a León Isáurico por el edicto que dio contra las sagradas Imágenes.

3.- En Tréveris, san Modoaldo, Obispo.

4.- En Roma, san Dionisio, que fue tío paterno de San Pancracio, Mártir.

5.- En Argirio de Sicilia, san Felipe, Presbítero, el cual, enviado por el Romano Pontífice a aquella isla, convirtió a Cristo gran parte de ella. Su santidad se manifiesta principalmente en librar energúmenos.

6.- En la Calzada de España, santo Domingo, Confesor.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

13 de mayo

San Roberto Belarmino, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia.  D.  –  Blanco

San Roberto Belarmino, de la Compañía de Jesús, Cardenal y un tiempo Obispo de Capua, Confesor y Doctor de la Iglesia, cuyo tránsito se conmemora a 17 de Septiembre. n. 4 de octubre de 1542 en Montepulciano (Toscana), Italia;  † 17 de septiembre de 1621 en Roma, Italia. Patrono de canonistas; catequistas; catecúmenos. Nació esta lumbrera e invicto campeón de la Iglesia en Montepulciano (Italia) el año de 1542, de una noble familia emparentada con el papa Marcelo II.

Habiendo ingresado desde su juventud en la Compañía de Jesús, fue pronto destinado a Lovaina, donde pudo conocer bien los errores, que más tarde había de refutar en sus incomparables Controversias, que son su obra maestra y sin precedente, en que desmenuza todas las argucias del protestantismo contra la verdadera y única Iglesia y arca de salvación, que es la romana.

Siendo luego en Roma maestro de coristas, tuvo como discípulo aventajado a San Luis Gonzaga, y ocupó en el Colegio Romano la cátedra de controversia teológica, en la que nunca tuvo rival.

Elevado contra su gusto al cardenalato y al obispado de Capua, a los tres años renunció a este último para servir en Roma a la santa Iglesia con una actividad multiforme, y sobre todo con la santidad de su vida, consagrada por entero al estudio, a la piedad y a la caridad con los prójimos.

San Francisco de Sales se declara discípulo suyo; el papa Benedicto XIV llamábale “martillo de herejes”, y decíase de él que la Iglesia de Dios no tenía en su tiempo otro hombre más aventajado en ciencia.

Murió en Roma en 1621 y fue inhumado junto a San Luis.

Oración: Oh Dios, que, para expeler las insidias de los errores y para defender los derechos de la Sede Apostólica, decorasteis con admirable sabiduría y fortaleza a vuestro santo Pontífice y Doctor Roberto: por sus méritos e intercesión concedednos crecer en el amor a la verdad, y que los corazones de los extraviados vuelvan a la unidad de vuestra Iglesia. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Roma, la Dedicación de la Iglesia de santa María ad Martyres, la cual san Bonifacio IV, Papa, en tiempo del Emperador Focas, después de purificado aquel antiguo templo de todos los dioses, que se llamaba Panteón, consagró en honor de la bienaventurada siempre Virgen María y de todos los Mártires. Más tarde el Papa Gregorio asimismo IV mandó que la solemnidad anual de esta Dedicación se celebrase en toda la Iglesia en honor de todos los Santos el día 1 de Noviembre.

2.- En Constantinopla, san Mucio, Presbítero y Mártir, que en tiempo del Emperador Diocleciano y del Procónsul Laodicio, primeramente padeció muchas penas y tormentos por la confesión de Cristo en Anfípoli de Macedonia y después, conducido a Bizancio, fue decapitado.

3.- En Alejandría, la conmemoración de muchísimos santos Mártires, que en odio a la fe católica fueron muertos por los Arrianos en el templo de san Teonás.

4.- En Heraclea de Tracia, santa Gliceria, Mártir Romana, la cual en el imperio de Antonino y presidiendo Sabino, atormentada con muchos y crueles suplicios, y saliendo de ellos por divino favor incólume, finalmente arrojada a las fieras y mordiéndole una de ellas el cuerpo, entregó a Dios el alma.

5.- En Utrecht, san Servacio, Obispo de la Iglesia de Tongres, cuyo mérito hizo Dios patente con este prodigio: que cubriéndose los inviernos todo alrededor de nieve, nunca cuajó sobre el sepulcro del Santo, por cuya causa edificaron sobre él una Basílica aquellos habitantes.

6.- En Palestina, san Juan Silenciario, el cual, renunciando el Episcopado Coloniense en Armenia, llevó vida monástica en la laura de san Sabas, donde murió santamente.

7.- En la Puye, Diócesis de Poitiers, san Andrés Huberto Fournet, párroco un tiempo, Fundador juntamente con santa Isabel Bichier des Ages del Instituto de Hijas de la Cruz; a quien el Papa Pío XI puso en el catálogo de los santos.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

14 de mayo

San Bonifacio, Mártir    S.    –    Rojo

En Tarso de Cilicia, el triunfo de san Bonifacio, Mártir, que padeció imperando Diocleciano y Maximiano; su cuerpo trasladado después a Roma fue sepultado en la vía Latina.

1.- En Francia, san Poncio, Mártir, que, después de convertir a la fe de Cristo, con su predicación y celo, a los dos Césares Filipos, en el imperio de Valeriano y Galieno, consiguió la palma del martirio.

2.- En Siria, los santos Mártires Víctor y Corona, en tiempo del Emperador Antonino: a Víctor atormentó el Juez Sebastián con diferentes y horrorosos suplicios; Corona, mujer de un soldado, como, maravillada de la constancia con que el Mártir sufría, lo aclamase por santo, vio dos coronas que bajaban del cielo, destinadas, una para Víctor y otra para ella misma; y como diese de ello público testimonio, la partieron entre dos árboles, y a Víctor cortaron la cabeza.

3.- En Cerdeña, las santas Mártires Justa, Justina y Henedina.

4.- En Ferento de Toscana, san Bonifacio, Obispo; el cual, según refiere san Gregorio Papa, resplandeció desde niño en santidad y milagros.

5.- En la aldea de Betarran, diócesis de Bayona, san Miguel Garicoïts, Confesor, Fundador de la Congregación de Sacerdotes Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, insigne por el celo apostólico, al cual el Papa Pío XII puso en el catálogo de los Santos.

6.- En Niza, al pie de los Alpes, santa María Dominica Mazzarello, Cofundadora del Instituto de María Auxiliadora, la cual, preclara por la humildad, prudencia y caridad, fue puesta por el Papa Pío XII en el catálogo de las santas Vírgenes. 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

15 de mayo

San Juan Bautista de la Salle, Confesor    D.    –    Blanco

San Juan Bautista de la Salle, Presbítero y Confesor, que fundó la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, y el día 7 de Abril descansó en el Señor. n. 30 de abril de 1651 en Reims, Francia; 
† 7 de abril de 1719 en Rouen, Francia. Patrono de educadores; maestros; directores de escuelas. Nació en Reims, el 30 de Abril de 1651, de una ilustre familia, y desde su infancia se captó las simpatías de todos por sus virtudes, su dulzura de carácter y viveza de ingenio. Dirigiose a París para estudiar teología en la Sorbona, llegando a ser canónigo de la Metrópoli a los 17 años. Ordenado sacerdote, ofrecía el Santo Sacrificio con vivísima fe y encendido amor. Dios le había suscitado «para enseñar cristianamente a los pobres»y con estas miras fundó una nueva Congregación religiosa, que llamó “Hermanos de las Escuelas Cristianas”, que se extendieron con prodigiosa rapidez por todo el mundo.

Oración: Oh, Dios, que suscitasteis a San Juan Bautista, Confesor, para la formación cristiana de los pobres, y afianzar a la juventud en el camino de la verdad, y que por él reunisteis en la Iglesia una nueva familia religiosa: concedednos propicio que, por su intercesión y ejemplos, ardiendo en el celo de vuestra gloria para la salvación de las almas, podamos en el cielo participar de su corona. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En España, los santos Torcuato, Tesifonte, Segundo, Indalecio, Cecilio, Esiquio y Eufrasio; los cuales, ordenados en Roma Obispos por los santos Apóstoles, fueron enviados a predicar en las Españas la palabra de Dios; y habiendo evangelizado en varias ciudades y convertido innumerables muchedumbres a la fe de Cristo, murieron santamente en diversos lugares de aquellas comarcas, a saber: Torcuato en Guadix, Tesifonte en Berja, Segundo en Ávila, Indalecio en Urci, Cecilio en Elvira, Esiquio en Carteya y Eufrasio en Andújar.

2.- En Fosina de Cerdeña, san Simplicio, Obispo y Mártir, el cual, en tiempo de Diocleciano, y siendo presidente Bárbaro, atravesado con una lanza consumó el martirio.

3.- En Evora de Portugal, san Mancio, Mártir.

4.- En la isla de Chío, el triunfo de san Isidoro, Mártir, en cuya Basílica existe el pozo donde es tradición fue arrojado, y cuya agua sana, muy de ordinario, a los enfermos que la beben.

5.- En Lámpsaco del Helesponto, el martirio de los santos Pedro, Andrés, Pablo y Dionisia.

6.- En Auvernia de Francia, los santos Mártires Casio, Victorino, Máximo y sus Compañeros.

7.- En Geel de Brabante, santa Dimpna, Virgen y Mártir, hija del Rey de Irlanda; la cual por conservar inconmoviblemente la fe de Cristo y la virginidad, de orden de su padre fue degollada.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

16 de mayo

San Ubaldo, Obispo y confesor    Sd.    –    Blanco

En Gubbio, san Ubaldo, Obispo y Confesor, esclarecido en milagros. n. Gubbio (Umbría), Italia; † 16 de mayo de 1160 en Gubbio (Umbría), Italia. Patrono los niños enfermos. Protector contra las posesiones demoníacas; migraña; neuralgia.

Tal fue la austeridad de este santo obispo de Gubbio, en Umbría, que puede decirse de él que sin cesar llevaba en su cuerpo la mortificación de Jesucristo. Este espíritu de penitencia, unido a un ardor insaciable por la oración, le hicieron adquirir una admirable dulzura. No sólo soportaba en silencio los ultrajes, sino que, a las injurias, respondía con una acrecentada benevolencia y caridad. Sabiendo que llegaba al término de su peregrinación redobló su celo por las almas que le habían sido confiadas. Enfermo ya de muerte, continuó instruyendo a su pueblo y el 16 de mayo de 1160 emprendió vuelo hacia la patria celestial.

Oración: Os suplicamos, Señor, que nos concedáis el auxilio de vuestra misericordia, y que, por la intercesión del bienaventurado Ubaldo, vuestro confesor pontífice, vuestra clemente mano nos ponga a cubierto de las emboscadas del demonio. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Auxerre, el martirio de san Peregrino, que fue el primer Obispo de aquella ciudad, a quien el Papa san Sixto II envió con otros Clérigos a las Galias, y, cumplido el ministerio de la predicación Evangélica, condenado a pena capital, mereció la corona eterna.

2.- En Persia, los santos Mártires Audas, Obispo, siete Presbíteros, nueve Diáconos y siete Vírgenes; los cuales, en el reinado de Isdegerdes, con varios géneros de suplicios consumaron su glorioso martirio.

3.- En Praga de Bohemia, san Juan Nepomuceno, Canónigo de aquella Iglesia Metropolitana, el cual solicitado en vano a revelar el sigilo sacramental, arrojado en el río Moldava, mereció la palma del martirio.

4.- En Isauria, el triunfo de los santos Mártires Aquilino y Victoriano.

5.- En Uzalí de África, los santos Mártires Félix y Genadio.

6.- En Palestina, el martirio de los santos Monjes, muertos por los Sarracenos en la laura de san Sabas.

7.- En Janovia, cerca de Pinsk en Polesia, san Andrés Borbola, Sacerdote de la Compañía de Jesús, el cual, habiendo padecido de parte de los cismáticos innumerables géneros de tormentos, fue coronado con ilustre martirio.

8.- En Amiéns de Francia, san Honorato, Obispo.

9.- En Mans de Francia, san Dómnolo, Obispo.

10.- En la Mirándula de Emilia, san Posidio, Obispo de Calama en Numidia, que fue discípulo de san Agustín y escribió la preclara vida de este Santo.

11.- En el Monasterio de Annadoun, en Irlanda, el tránsito de san Brendano, Presbítero y Abad de Clonfert.

12.- En Troyes de Fancia, san Fídolo, Confesor.

13.- En Frejus de Francia, santa Máxima, Virgen, que, esclarecida en muchas virtudes, descansó en paz.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

17 de mayo

San Pascual Bailón, Confesor    D.    –    Blanco

En Villarreal de España, san Pascual, de la Orden de Menores, Confesor, varón de maravillosa inocencia y penitencia, a quien el Papa León XIII declaró celestial Patrono de los Congresos eucarísticos y Asociaciones de la santísima Eucaristía. n. 24 de mayo de 1540 en Torre Hermosa, Aragón (España); † 17 de mayo de 1592 en Villarreal, España

Patrono de los Congresos y Organizaciones Eucarísticas (proclamado por el Papa León XIII); cocineros.

Nació San Pascual de padres piadosos, pero tan pobres, que no pudieron enviarlo a la escuela. Encargado de cuidar los rebaños, tomaba consigo un libro y rogaba a las personas que encontraba le enseñasen sus letras por amor a Dios. Por este medio, en poco tiempo llegó a leer y se perfeccionó así en el conocimiento de la religión. Después de haber consultado a Dios, creyose llamado al estado religioso; y como estaba resuelto, decía, a morir pobre como había nacido, entró en un convento franciscano, donde quiso, por humildad, ser admitido en calidad de hermano lego. La Santísima Virgen, por quien tenía tierna devoción, obtúvole varias señaladas gracias, pero fue célebre sobre todo por su amor al Santísimo Sacramento. Murió en Villarreal, cerca de Valencia, el 17 de mayo de 1592, alrededor de los 52 años de edad.

Oración: Oh Dios, que habéis adornado al bienaventurado Pascual, vuestro confesor, con un amor ardiente por los misterios adorables de vuestro cuerpo y de vuestra sangre, concedednos el vigor espiritual que él bebía en este banquete divino. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Noyón de Francia, los santos Mártires Heradio, Pablo y Aquilino, con otros dos.

2.- En Calcedonia, los santos Mártires Solocón y sus Compañeros soldados, en el imperio de Maximiano.

3.- En Alejandría, los santos Mártires Adrión, Víctor y Basila.

4.- El mismo día, santa Restituta, Virgen y Mártir, la cual, imperando Valeriano, fue de diversas maneras atormentada en África por el Juez Próculo; y metida en una barquilla, llena de pez y estopa, para quemarla en alta mar, cuando los verdugos pegaron fuego revolvió la llama contra ellos mismos, mientras la Santa, puesta en oración, entregó el alma a Dios. Su cuerpo, por disposición divina, arribó en la misma barca a la isla Isquia, cerca de Nápoles de Campania, donde fue con gran veneración recogido por los Cristianos; y más tarde Constantino Magno mandó edificar en su honor una Basílica en la ciudad de Nápoles.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

18 de mayo

San Venancio, Mártir    D.    –    Rojo

En Camerino, san Venancio, Mártir, que siendo de edad de quince años, en el imperio de Decio y presidencia de Antíoco, juntamente con otros diez, cortada la cabeza, terminó el curso de su glorioso combate. n. alrededor del año 233; † decapitado alrededor del año 250 en Camerino, Italia.

San Venancio, después de haber sufrido los tormentos más espantosos, fue arrojado a un estercolero. Curado milagrosamente por un ángel, se presentó nuevamente ante el juez que lo había condenado. Mientras el santo hablaba, cayó el juez boca arriba y expiró exclamando: “El Dios de Venancio es el solo Dios verdadero, destruid vuestros ídolos”. Los leones a los que fuera arrojado como alimento, enseguida posternáronse a sus pies, mientras el santo predicaba la fe a los espectadores. En fin, después de haber sido arrastrado por entre zarzales y precipitado desde lo alto de una roca sin que sufriese mal alguno, fue decapitado a la edad de 17 años.

Oración: Oh Dios, que habéis consagrado este día por el triunfo del bienaventurado Venancio, vuestro mártir, escuchad las plegarias de vuestro pueblo y haced que, honrando sus méritos, aprendamos a imitar su constancia. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Ravena, el triunfo de san Juan I, Papa y Mártir, el cual, llamado con engaño a dicha ciudad por el Rey de Italia Teodorico Arriano, y atormentado allí por él con dura y larga prisión por causa de la fe católica, acabó la vida. Pero su fiesta se celebra el 27 de Mayo, día en que su cuerpo, restituido a Roma, fue sepultado en la Basílica de San Pedro, Príncipe de los Apóstoles.

2.- En Espoleto, san Félix, Obispo, el cual, en tiempo del Emperador Maximiano, consiguió la palma del martirio.

3.- En Heraclea de Egipto, san Potamión, Obispo, que primeramente, en tiempo de Maximiano Galerio, confesó la fe; después, imperando Constancio, siendo Presidente el Arriano Filagrio, fue coronado del martirio. Los santos Padres de la Iglesia Atanasio y Epifanio celebraron a este santo varón con sus alabanzas.

4.- En Egipto, san Dióscoro, Lector, al cual probó el Presidente con muchas y varias torturas; porque le arrancó las uñas y le abrasó con hachas encendidas los costados; pero, aterrados los verdugos con el resplandor de una luz celestial, cayeron en tierra; por fin, el Santo, abrasado con planchas candentes, consumó el martirio.

5.- En Ancira de Galacia, san Teódoto, Mártir, y las siete santas Vírgenes y Mártires Teocusa su tía materna, AlejandraClaudiaFainaEufrasia, Matrona y Julita. Ellas primeramente condenadas por el Presidente a un lugar infame, pero libertadas por virtud divina, fueron después, con piedras atadas al cuello, sumergidas en una laguna; Teódoto, por haber recogido sus reliquias y sepultádolas con religiosidad, detenido por el Presidente, atormentado con extraña fiereza, y, por último, degollado, recibió la corona del martirio.

6.- En Upsala de Suecia, san Erico, Rey y Mártir.

7.- En Roma, san Félix, Confesor, de la Orden de Menores Capuchinos, conspicuo por su sencillez evangélica y caridad, a quien el Sumo Pontífice Clemente XI puso en el número de los Santos.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

19 de mayo

San Pedro Celestino (Celestino V), Papa y confesor    D.    –    Blanco

El tránsito de san Pedro de Morón, Confesor, el cual, de Anacoreta fue creado Papa con el nombre de Celestino V; pero poco después, renunció el Pontificado, y llevando en la soledad vida religiosa, esclarecido en virtudes y milagros, pasó al Señor. n. 1210 en Isneria (Abruzos), Italia; † 19 de mayo de 1296 Patrono de los encuadernadores.

San Pedro Celestino mostró desde su infancia que había nacido para el cielo, pues, desde entonces, decía a su madre: Quiero ser un buen servidor de Dios. Después de haber estudiado las ciencias humanas, se retiró a la soledad para conversar familiarmente con los habitantes del paraíso. Jesucristo, su Santa Madre y su buen Ángel a menudo se le aparecían. Su fama de santidad lo elevó al trono de San Pedro; pero su humildad hízole dejar la primera dignidad del mundo para volver a su querida soledad. Murió santamente, después de haber fundado la orden de los Celestinos.

Oración: Oh Dios, que habéis elevado al bienaventurado Pedro Celestino al sumo Pontificado, y le habéis enseñado a preferir una vida humilde al brillo de la dignidad suprema, concedednos la gracia de despreciar, siguiendo su ejemplo, todas las grandezas del mundo, y llegar felizmente a las recompensas prometidas a los humildes. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Roma, santa Pudenciana, Virgen, la cual, después de innumerables combates, y de haber devotamente dado sepultura a muchos Mártires y distribuido por Cristo todos sus bienes a los pobres, pasó de esta vida temporal a la eterna.

2.- Allí mismo, san Pudente, Senador, que fue padre de la misma santa Pudenciana y de santa Práxedes, Virgen; el cual, revestido de Cristo por los Apóstoles en el bautismo, custodió sin mancilla la estola de la inocencia hasta recibir la corona de la vida.

3.- También en Roma, en la vía Apia, el triunfo de los santos Calócero y Partenio palaciegos; aquél, camarero de la mujer del Emperador Decio, y éste sobrestante en otro oficio; ambos, por no querer sacrificar a los ídolos, de orden del mismo Emperador, fueron atormentados con varios y exquisitos suplicios, y al fin, machacadas con un hierro candente las cervices, entregaron su espíritu a Dios.

4.- En Nicomedia, san Filótero, Mártir, que fue hijo del Procónsul Paciano, y en el imperio de Diocleciano, después de muchos tormentos, recibió la corona del martirio.

5.- Allí mismo, seis santas Vírgenes y Mártires; la principal era Ciríaca, la cual, como reprendiese con entereza a Maximiano por su impiedad, fue atrozmente azotada y desgarrada, y por último, abrasada en la hoguera, consumó el martirio.

6.- En Cantórbery de Inglaterra, san Dustano, Obispo.

7.- En Lohanec de la Bretaña menor, san Ivón, Presbítero y Confesor, el cual, por amor de Cristo, defendía las causas de los huérfanos, viudas y pobres.

8.- En Fusecchio de Etruria, san Teófilo de Corte, Confesor, Sacerdote de la Orden de los Frailes Menores, propagador de los retiros espirituales, al cual el Papa Pío XI puso en el número de los Santos.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

20 de mayo

San Bernardino de Siena, Confesor    Sd.    –    Blanco

En Áquila de los Vestinos, san Bernardino de Sena, Sacerdote de la Orden de Menores y Confesor, que con la palabra y el ejemplo ilustró a Italia. n. 1380 en Massa di Carrara, Italia; † 1444 en Áquila, Italia Patrono de publicistas; publicidad; personal de comunicaciones; personal de relaciones públicas; pulmones. Protector contra los problemas pulmonares; problemas respiratorios; ronquera; juego compulsivo. La modestia y la pureza de San Bernardino eran tan continuas, que toda conversación indecente cesaba acercándose él. Todos los días visitaba una capilla de la Santísima Virgen, diciendo que iba a ver a su Madre. Abandonó el mundo para combatirlo y, durante dieciséis años, ni un día pasó sin predicar. La devoción que tenía al Nombre de Jesús hacía que lo llevara siempre sobre su corazón. Murió en el año 1444.

Oración: Señor Jesús, que habéis concedido a San Bernardino, vuestro confesor, un amor tan grande por vuestro Santo Nombre, dignaos, por sus méritos y su intercesión, difundir en nosotros el espíritu de vuestra divina caridad. Vos que, siendo Dios, vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.

1.- En Roma, santa Plautila, señora Consular, que fue hermana del santo Martín Flavio Clemente Cónsul, y madre de santa Flavia Domitila, Virgen y Mártir; y bautizada por el Apóstol san Pedro, resplandeciendo con la gloria de todas las virtudes, descansó en paz.

2.- Asimismo en Roma, en la vía Salaria, el triunfo de santa Basila, Virgen, la cual, siendo de sangre real y estando prometida a un personaje nobilísimo y rechazándole, él la acusó de Cristiana; entonces Galieno Augusto ordenó que, o recibiese al esposo o pereciese por la espada: interrogada la misma Virgen sobre esto y respondiendo que tenía por esposo al Rey de reyes, fue atravesada con la espada.

3.- En Nimes de Francia, san Baudelio, Mártir, el cual, siendo apresado por los paganos, como rehusase sacrificar a los ídolos, y en medio de los azotes y tormentos permaneciese firme en la fe de Cristo, recibió con preciosa muerte la palma del martirio.

4.- En Edesa de Cilicia, junto a Egas, los santos Mártires Taleleo, Asterio, Alejandro y sus Compañeros, que padecieron siendo Emperador Numeriano.

5.- En la Tebaida, san Áquila, Mártir, el cual fue por Cristo descarnado con peines de hierro.

6.- En Bourges de Aquitania, san Austregisilo, Obispo y Confesor.

7.- En Brescia, san Anastasio, Obispo.

8.- En Pavía, san Teodoro, Obispo.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

21 de mayo

San Valente, Obispo

San Valente, Obispo, que juntamente con tres niños fue martirizado.

1.- En Alejandría, la conmemoración de los santos Mártires Segundo, Presbítero, y otros; los cuales, imperando Constancio, en los días santos de Pentecostés, fueron cruelísimamente muertos de orden de Jorge, Obispo Arriano.

2.- En la Mauritania Cesariense, el triunfo de los santos Mártires Diáconos, Timoteo, Polio y Eutiquio, que diseminando por aquella región la palabra de Dios, merecieron ser juntamente coronados.

3.- En Cesarea de Capadocia, el triunfo de los santos Mártires Polieuto, Victorio y Donato.

4.- En Córdoba de España, san Secundino, Mártir.

5.- El mismo día, los santos Mártires Sinesio y Teopompo.

6.- En Cesarea de Filipo, el triunfo de los santos Mártires Nicóstrato y Antíoco, Tribunos, con otros soldados.

7.- En Alejandría, la conmemoración de los santos Obispos y Presbíteros, que, desterrados por los Arrianos, merecieron ser agregados a los santos Confesores.

8.- En Niza, junto al río Var, san Hospicio, Confesor, insigne por la virtud de la abstinencia y por el espíritu de profecía.

9.- En Recanati, en la región del Piceno, en Italia, beato Bienvenido Mareni, religioso de la Orden de los Hermanos Menores (1289).

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

22 de mayo

Santa Julia, Virgen y Mártir

En Córcega, santa Julia, Virgen, que en el suplicio de la cruz alcanzó la corona. n. s. VI o VII en Carthago Nova; † crucificada alrededor de los años 616-620 en Córcega.

Tuvo esta santa la prudencia de la serpiente, pues expuso su cuerpo a los tormentos para salvar su alma; tuvo también la sencillez de la paloma, pues, siendo esclava, servía a su dueño con la fidelidad y sencillez que San Pablo recomienda a los servidores. Aunque totalmente pagano como era su señor, admiraba su virtud y la instaba, aunque inútilmente, a que moderase sus ayunos y mortificaciones. Encarcelada en su carácter de cristiana, fue abofeteada, arrastrada de la cabellera y, finalmente, crucificada en la isla de Córcega. Se vio salir su alma del cuerpo en forma de paloma.

Oración: Que la bienaventurada Julia, virgen y mártir, implore por nosotros vuestra misericordia, Señor, ella que siempre os fue agradable por el mérito de la castidad y por su valentía en confesar vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Casia de Umbría, santa Rita, Viuda, Monja de la Orden de Ermitaños de san Agustín; la cual, muerto su marido, solamente amó al inmortal esposo Cristo.

2.- En Roma, los santos Mártires Faustino, Timoteo y Venusto.

3.- En África, los santos Mártires Casto y Emilio, los cuales, por el tormento del fuego, consumaron el martirio. A éstos, como escribe san Cipriano, vencidos en el primer combate, hizo el Señor vencedores en el segundo; pues los que antes cedieron a la vista del fuego, fueron más fuertes que el fuego.

4.- En Comana del Ponto, san Basilisco, Mártir, a quien, en el imperio de Maximiano y bajo la presidencia de Agripa, calzaron chinelas de hierro sembradas de clavos candentes, y después de otros muchos tormentos, al fin decapitado y arrojado a un río, consiguió la gloria del martirio.

5.- En España, santa Quiteria, Virgen y Mártir.

6.- En Ravena, san Marciano, Obispo y Confesor.

7.- En Pistoya de Toscana, san Atón, Obispo, de la Orden de Valleumbrosa.

8.- En una aldea de Auxerre, san Román, Abad, el cual sirvió a san Benito en la cueva; y pasando después a las Galias, edificó allí un monasterio, donde, dejando muchos aspirantes a la santidad, descansó en el Señor.

9.- En Aquino, san Fulco, Confesor.

10.- En Auxerre, santa Elena, Virgen.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

23 de mayo

Aparición del Apóstol Santiago    Rojo

Cuenta la tradición, que el rey Ramiro I de Asturias se niega a conceder el «Tributo de las Cien Doncellas» a Abderramán III, denunciando así el tratado que le obligaba al impuesto, lo que le abocaba al recomienzo de las hostilidades contra los moros. Reunidas las tropas salen derrotados de Albelda (Logroño) y todo lo más que consigue el diezmado ejército es esconderse en Clavijo. Apesadumbrado el rey se le aparece el Apóstol Santiago en sueños, prometiéndole que estaría en el campo de batalla, espada en ristre, con túnica, estandarte y caballo blancos.

El día siguiente, 23 de mayo de 844, al grito de «¡Dios ayuda a Santiago!», tal como había contado el rey, apareció el apóstol. La escabechina de moros es considerable. Santiago se convierte enSantiago Matamoros y da comienzo el «voto de Santiago», por el que convertía en el santo patrón de España y germen del Camino peregrino de Compostela.

Oración: ¡Oh Dios, que encargaste misericordiosamente la nación españo­la a la protección de tu Bienaventurado Apóstol Santiago, y que la libraste por él de la ruina que la amenazaba! Concédenos que, con la protección del mismo Santo Apóstol, lleguemos á gozar de la paz eterna. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Langres de Francia, el martirio de san Desiderio, Obispo, quien, viendo a su pueblo oprimido por el ejército de los Vándalos, se presentó al Rey de éstos pidiendo gracia para su rebaño; pero, mandando el tirano que al punto le degollasen, extendió gustoso su cuello por las ovejas a él encomendadas, y degollado pasó al Señor. Padecieron tambien con él otros muchos del número de su grey, que están sepultados en la misma ciudad.

2.- En España, los santos Mártires Epitacio, Obispo, y Basileo.

3.- En territorio de Lyon, san Desiderio, Obispo de Viena, que apedreado por orden del Rey Teodorico, fue coronado del martirio.

4.- En África, los santos Mártires Quinciano, Lucio y Julián; los cuales, padeciendo en la persecución Vandálica, merecieron las coronas eternas.

5.- En Capadocia, la conmemoración de los santos Mártires, a quienes en la persecución de Maximiano Galerio dieron muerte, quebrándoles las piernas. Asimismo de otros, que por el mismo tiempo en Mesopotamia, colgados de los pies cabeza abajo, sofocados por el humo y consumidos a fuego lento, consumaron el martirio.

6.- En Sínada de Frigia, san Miguel, Obispo.

7.- El mismo día, san Mercurial, Obispo.

8.- En Nápoles de Campania, san Eufebio, Obispo.

9.- En Roma, san Juan Bautista de Rossi, Presbítero y Confesor, insigne por su paciencia y caridad en evangelizar a los pobres.

10.- En Norcia, los santos Eutiquio y Florencio, Monjes, de quienes hace mención san Gregorio Papa.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

24 de mayo

Traslación de Santo Domingo de Guzmán, Confesor

En Bolonia, la Traslación de Santo Domingo de Guzmán, Confesor, en tiempo del Papa Gregorio IX.

Santo Domingo quiso ser sepultado en la iglesia de San Nicolás de las Viñas (San Nicoló delle Vigne) “bajo los pies de sus frailes”. Inmediatamente muchos enfermos testimoniaron haber sido curados en el sepulcro del santo, pero los frailes no fueron propensos a reconocer estos milagros y destruían todos los exvotos que les daban como acción de gracias por las curaciones. Finalmente por voluntad expresa del papa Gregorio IX, gran amigo del santo, dentro de la asamblea del capítulo general, presidido por el beato Jordán de Sajonia y en presencia del delegado pontificio: el arzobispo de Rabean, Teodorico, se hizo la traslación de su cuerpo a un sarcófago de mármol el día 24 de mayo de 1233, martes de la octava de Pentecostés, cuya antífona de entrada en la celebración eucarística, tomada del libro IV de Esdras (extracanónico), (2, 37) cantaba: Recibid el gozo de vuestra gloria, dando gracias a Dios que os ha llamado a los reinos celestiales, mientras un olor maravilloso se extendía desde el sepulcro del santo. Esto supuso el principio del proceso de canonización, que el mismo papa Gregorio IX haría desde Rieti un año después, el 3 de julio de 1234.

1.- En Antioquía, el tránsito de san Manahén, que fue hermano de leche de Herodes Tetrarca, y llegando a ser Doctor y Profeta del Nuevo Testamento, descansó en la misma ciudad.

2.- Asimismo, santa Juana, mujer de Cusa, mayordomo de Herodes, de la que hace mención san Lucas Evangelista.

3.- En el Puerto Romano, el triunfo de san Vicente, Mártir.

4.- En Nantes de la Bretaña Menor, los santos Mártires Donaciano y Rogaciano, hermanos; a quienes, en tiempo de Diocleciano, por su constancia en la fe, encarcelaron, suspendieron en el ecúleo y descarnaron con garfios; después les alancearon los soldados, y por último les cortaron la cabeza.

5.- En Istria, los santos Mártires Zoelo, Servilio, Félix, Silvano y Diocles.

6.- El mismo día, los santos Mártires Melecio, generar del Ejército, y doscientos cincuenta y dos soldadoscompañeros suyos, los cuales, con diverso género de muerte, consumaron el martirio.

7.- También las santas Mártires Susana, Marciana y Paladia, mujeres de los dichos soldados, que, junto con sus hijuelos, fueron descuartizadas.

8.- En Milán, san Robustiano, Mártir.

9.- En Brescia, santa Afra, Mártir, la cual padeció en tiempo del Emperador Adriano.

10.- En el monasterio de Lerín, en Francia, San Vicente, Presbítero, señalado en doctrina y santidad.

11.- En Marruecos de África, el beato Juan de Prado, Sacerdote de la Orden de Menores y Mártir, el cual, predicando el Evangelio, después de sufrir valerosamente, por Cristo, prisiones, cárceles, azotes y muchos otros tormentos, consumó el martirio por el fuego.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

25 de mayo

San Gregorio VII, Papa y Confesor    D.    –    Blanco

En Salerno, el tránsito de san Gregorio VII, Papa y Confesor, acérrimo propugnador y defensor de la libertad eclesiástica. n. alrededor del año 1020 en Soana, Italia; † 1085 en Salerno, Italia.

Este Papa fue poderoso en obras y en palabras. Con tanto celo trabajó en el restablecimiento de la disciplina eclesiástica, en la propagación de la fe, en la extirpación de los errores y abusos, que puede decirse que ningún Papa, desde los tiempos apostólicos, soportó más penurias y tribulaciones por el bien de la Iglesia, y combatió más valientemente por su libertad. Como muro de acero opúsose a las sacrílegas pretensiones del emperador Enrique IV. Sitió éste a Roma y forzó al Santo Pontífice a refugiarse en Montecasino primero y, después, en Salerno, donde sucumbió al exceso de sus fatigas, el 25 de mayo de 1085. Antes de expirar, pronunció las palabras del Salmista: “He amado la justicia y he odiado la iniquidad”; y agregó: “por ello muero en el exilio”.

Oración: Oh Dios, fortaleza de los que en Vos esperan, que habéis revestido al bienaventurado Gregorio, vuestro Pontífice, de constancia inquebrantable para la defensa de la libertad de la Iglesia, concedednos, por su ejemplo e intercesión, la gracia de superar valiente mente los obstáculos que se oponen a nuestra salvación. Por J. C. N. S.

1.- En Roma, en la vía Nomentana, el triunfo de san Urbano I, Papa y Mártir, por cuya predicación y doctrina muchos, entre ellos Tiburcio y Valeriano, recibieron la fe de Cristo, y por ella padecieron el martirio. Él también, en la persecución de Alejandro Severo, sufrido muchos trabajos por la Iglesia de Dios, finalmente cortada la cabeza, fue coronado del martirio.

2.- En Yarrow de Inglaterra, el tránsito de san Beda el Venerable, Presbítero, Confesor y Doctor de la Iglesia, en santidad y doctrina celebérrimo. Su fiesta se celebra el 27 de este mes.

3.- En Florencia, el tránsito de santa María Magdalena de Pazzis, Virgen de la Orden Carmelitana, ilustre en santidad de vida.Su fiesta se celebra el 29 de este mes.

4.- En Doróstoro de la Misia inferior, el triunfo de los santos Mártires Pasícrates, Valentión y de otros dos, juntamente coronados.

5.- En Milán, san Dionisio, Obispo, el cual, de orden de Constancio, Emperador Arriano, desterrado por la fe católica a Capadocia, entregó allí su espíritu al Señor con muerte la más parecida al martirio. Su santo cuerpo fué enviado por el Obispo Aurelio a Milán, a san Ambrosio Obispo, y se dice que a tan piadoso obsequio cooperó tambiérn san Basilio el Magno.

6.- En Florencia, la feliz muerte de san Zenobio, Obispo de la misma ciudad, ilustre por la santidad de vida y la gloria de los milagros.

7.- En Inglaterra, san Adelmo, Obispo de Sherborne.

8.- En el territorio de Troyes, San León, Confesor.

9.- En París, santa Magdalena Sofía Barat, Fundadora del Instituto de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús; la cual trabajó ardorosamente por la Cristiana educación de las niñas, y fue puesta en el catálogo de las santas Vírgenes por el Papa Pío XI.

10.- En Véroli de los Hérnicos, la Traslación de santa María de Santiago, cuyo sagrado cuerpo resplandece con muchísimos milagros.

11.- En Asís de Umbría, la Traslación de san Francisco, Confesor, en tiempo del Papa Gregorio IX.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

26 de mayo

San Felipe Neri, Confesor    D.    –    Blanco

En Roma, san Felipe Neri, Presbítero y Confesor; que fue Fundador de la Congregación del Oratorio, e insigne por la virginidad, el don de profecía y los milagros. n. 22 de julio de 1515 en Florencia, Italia; † 26 de mayo de 1595 en Roma, Italia.

La perfecta caridad que caracteriza a los verdaderos servidores de Dios, ha hecho de este santo una de las más brillantes luminarias de la Iglesia. Su celo por la gloria de Dios y por la salvación del prójimo lo movió a fundar la congregación de los Padres del Oratorio, de la que fue el primer superior general. Tan abundantes eran los consuelos que recibía del cielo, que le hacían exclamar:Señor, basta; moriré de dicha si no moderas mi gozo. Murió en 1595, a la edad de 80 años.

Oración: Oh Dios, que habéis elevado al bienaventurado Felipe, vuestro confesor, a la gloria de vuestros santos, haced, por vuestra bondad, que celebrando su fiesta con alegría, aprovechemos el ejemplo de sus virtudes. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Roma también, san Eleuterio, Papa y Mártir, el cual convirtió a la fe de Cristo muchos nobles Romanos, y envió a Inglaterra a los santos Damián y Fugacio, los cuales bautizaron al Rey Lucio con su esposa y casi todo el pueblo.

2.- En Cantórbery de Inglaterra, el tránsito de san Agustín, Obispo y Confesor, que enviado junto con otros por san Gregorio Papa, predicó el santo Evangelio de Cristo a la nación Inglesa; y glorioso en virtudes y milagros, durmió allí el sueño de los justos. Su fiesta se celebra el 28 de Mayo.

3.- En Atenas, el tránsito de san Cuadrato, discípulo de los Apóstoles, que en la persecución de Adriano, con su fe e industria juntó los fieles de aquella ciudad, despavoridos y dispersos, y presentó al mismo Emperador una apología de la Religión cristiana, muy provechosa y digna de la doctrina Apostólica.

4.- En Roma, los santos Mártires Simitrio, Presbítero, y otros veintidós, que padecieron en el imperio de Antonino Pío.

5.- En Viena de Francia, san Zacarías, Obispo y Mártir, que padeció en tiempo de Trajano.

6.- En África, san Cuadrato, Mártir, en cuya solemnidad predicó un sermón san Agustín.

7.- En Todi de Umbría, el triunfo de los santos Mártires Felicísimo, Heraclio y Paulino.

8.- En el territorio de Auxerre, el suplicio de san Prisco, Mártir, que con gran multitud de fieles de Cristo fue decapitado.

9.- En la ciudad de Quito, territorio del Ecuador, santa Mariana de Jesús de Paredes, Virgen, de la Orden tercera de San Francisco, preclara por la austeridad y por la caridad con el prójimo; a la cual el Papa Pío XII añadió al catálogo de las santas Vírgenes.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

27 de mayo

San Beda el Venerable, Confesor y Doctor de la Iglesia    D.    –    Blanco

San Beda el Venerable, Presbítero, Confesor y Doctor de la Iglesia, que se fue al cielo el 25 de Mayo n. 672 en Wearmouth, Inglaterra; † 25 de mayo de 735 en Yarrow, Inglaterra Patrono de los lectores.

San Beda, apodado el Venerable, desde la edad de siete años fue confiado a San Benito Biscopio para que él lo educara. Fuera del tiempo del Oficio divino, plúgole siempre estudiar, enseñar o escribir, dedicándose sobre todo a la composición de comentarios sobre las Sagradas Escrituras. El día de su muerte, el niño que le servía de secretario le recordó que aún le faltaba componer una frase para acabar su tratado sobre el Evangelio de San Juan. Dictóla el santo y, terminada su obra, recitando el Gloria Patri expiró. Corría el año 735.

Oración: Oh Dios, que ilustráis a vuestra Iglesia por la ciencia del bienaventurado Beda, vuestro confesor y doctor, conceded a vuestros servidores ser siempre ilustrados por sus méritos. Por J. C. N. S. Amén.

1.- San Juan I, Papa y Mártir, cuyo triunfo se conmemora el 18 de este mes, pero su fiesta se celebra el día de hoy, cuando fue trasladado su cuerpo.

2.- En Doróstoro de la Mysia inferior, el martirio de san Julio, el cual, en el imperio de Alejandro, siendo ya veterano y jubilado del ejército, fue preso por los ministros y llevado ante el Presidente Máximo, en cuya presencia abominó de los ídolos y confesó constantísimamente el nombre de Cristo, por lo cual fue sentenciado a pena capital.

3.- En una aldea de Arrás, san Ranulfo, Mártir.

4.- En Sora, santa Restituta, Virgen y Mártir, que, en tiempo del Emperador Aureliano, y siendo procónsul Agacio, triunfó, en sus combates por la fe, de los asaltos del demonio, de los halagos de sus propios padres y de la crueldad de los verdugos, y por fin, decapitada con otros Cristianos, alcanzó la honra del martirio.

5.- En Orange de Francia, san Eutropio, Obispo, esclarecido en virtudes y milagros.

6.- En Wurzburgo de Alemania, san Bruno, Obispo y Confesor.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

28 de mayo

San Agustín de Cantórbery, Obispo y Confesor    D.    –    Blanco

San Agustín, Obispo de Cantórbery y Confesor, cuyo tránsito se celebra el 26 de Mayo.

1.- En Cerdeña, los santos Mártires Emilio, Félix, Príamo y Luciano, los cuales, combatiendo por Cristo, fueron por él gloriosamente coronados.

2.- En Chartres de Francia, san Carauno, Mártir, que en el imperio de Domiciano, cortada la cabeza, consumó el martirio.

3.- Igualmente el martirio de los santos Crescente, Dioscórides, Pablo y Eladio.

4.- En Técua de Palestina, los santos Monjes Mártires, que fueron asesinados por los Sarracenos en tiempo de Teodosio el más joven; cuyas sagradas reliquias recogieron los moradores de la ciudad y las conservaron con suma veneración.

5.- En Corinto, santa Elcónida, Mártir, en tiempo del Emperador Gordiano. Atormentada primero bajo el Presidente Perennio con varios suplicios, y de nuevo torturada por su sucesor Justino, pero librada por un Ángel, por último cercenados los pechos, arrojada a las fieras, probada por el fuego y decapitada, consumó el martirio.

6.- En París, san Germán, Obispo y Confesor, cuya excelente santidad, grandes méritos y esclarecidos milagros consignó en sus escritos el Obispo Fortunato.

7.- En Milán, san Senador, Obispo, muy distinguido por sus virtudes y saber.

8.- En Urgel de la España Tarraconense, san Justo, Obispo.

9.- En Florencia, san Podio, Obispo y Confesor.

10.- En Novara, san Bernardo de Mentón, Confesor, el cual en el monte de Júpiter, sobre los Alpes, en el Valois, levantó un celebérrimo monasterio y hospicio. El Papa Pío XI le declaró celestial Patrono, no sólo de los pobladores y viajeros de los Alpes, sino también de los que se ejercitan en remontar las cumbres alpinas.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

29 de mayo

Santa María Magdalena de Pazzis, Virgen    Sd.    –    Blanco

Santa María Magdalena de Pazzis, de la Orden Carmelitana, Virgen, cuyo tránsito se celebra a 25 de este mes. n. 1566 en Florencia, Italia; † 25 de mayo de 1607. Patrona de los enfermos. Protectora contra las enfermedades y las tentaciones que atentan contra la virtud de la pureza.

Santa María Magdalena de Pazzi, aun en la flor de la edad, obtuvo, a fuerza de insistencia, de sus padres, el permiso para entrar en el monasterio de las carmelitas de Florencia. Mostró, desde el comienzo, una virtud consumada. Tan admirable era su oración, que pasaba a veces ocho días en éxtasis. Éstas y otras gracias extraordinarias fueron tachadas de ilusiones, y la santa fue sometida, durante cinco años enteros, a las más rudas pruebas. Finalmente, Dios devolviole la calma y la consoló con su divina presencia. Recibió el don de milagros y de profecía, y murió en el año 1607, a la edad de 41 años.

Oración: Oh Dios, amador de la virginidad, que habéis abrasado de vuestro amor y adornado con vuestros dones celestiales a vuestra bienaventurada virgen María Magdalena, haced que honrando su memoria, imitemos su pureza y su castidad. Por J. C. N. S. Amén.

1.- En Roma, en la vía Aurelia, el triunfo de san Restituto, Mártir.

2.- En Iconio de Licaonia. el triunfo de los santos Conón y un hijo suyo de doce años, los cuales, en tiempo del Emperador Aureliano, sufrieron constantes el ser extendidos en unas parrillas candentes sobre brasas rociadas con aceite, la suspensión en el ecúleo y la pena del fuego; y finalmente, desmenuzadas las manos con un mazo de madera, dieron el alma a Dios.

3.- En la campiña de Trento, el triunfo de los santos Mártires Sisinio, Martirio y Alejandro, los cuales, imperando Honorio, en el país de Anaunia, según escribe Paulino en la vida de san Ambrosio, perseguidos de los Gentiles, consiguieron la corona del martirio.

4.- En Camerino, el suplicio de mil quinientos veinticinco santos Mártires.

5.- En Cesarea de Filipo, las santas Mártires Teodosia, que fue madre de san Procopio, y otras doce nobles matronas, que, en la persecución de Diocleciano, acabaron decapitadas.

6.- En Tréveris, san Maximino, Obispo y Confesor, que acogió con grande honra al Obispo san Atanasio cuando andaba desterrado por la persecución de los Arrianos.

7.- En Verona, san Máximo, Obispo.

8.- En Arce del Lacio, san Eleuterio, Confesor.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

30 de mayo

San Félix I, Papa y Mártir    S.    –    Rojo

San Félix I, Papa y Mártir, cuyo triunfo se conmemora el día 30 de Diciembre.

San Félix I, papa es el más antiguo de los santos de este nombre. Se conoce la fecha de su muerte: el año 274. Pero se ignora la de su nacimiento. Su pontificado duró 15 años. Fue el sucesor del papa san Dionisio, el año en que éste sufrió martirio: el 269. Le tocó luchar en dos frentes: el de las persecuciones por parte de los romanos, y el de las herejías por parte de los cristianos. Tuvo que defender la fe en la santísima Trinidad (un solo Dios en tres Personas) y la Encarnación divina contra Pablo de Samosata. El concilio de Éfeso (año 431) lo cita en sus actas como mártir, aunque se desconocen las circunstancias de su muerte. Cabe la posibilidad de que tratándose de una ciudad de lengua griega, se diese a «mártir» el sentido original de «testigo», «el que da testimonio de su fe, el que no la oculta por temor a las persecuciones y los castigos». Nos informa el Liber Pontificalis de que el papa Félix mandó construir una basílica en la Vía Aurelia. Un calendario romano de las fiestas del siglo IV señala el 30 de mayo como fecha de la conmemoración de su muerte. Fue sepultado en el cementerio de san Calixto, en la vía Apia.

1.- En Torres de Cerdeña, los santos Mártires Gabino y Críspulo.

2.- En Antioquía, los santos Sico y Palatino, que por el nombre de Cristo padecieron muchos tormentos.

3.- En Ravena, san Exuperancio, Obispo y Confesor.

4.- En Pavía, san Anastasio, Obispo.

5.- En Cesárea de Capadocia, los santos Basilio y Emelia su esposa, padres de los santos Obispos Basilio Magno, Gregorio Niseno y Pedro de Sebaste y de santa Macrina Virgen. Desterrados estos santos esposos en tiempo de Galerio Maximiano, vivieron en las soledades del Ponto; y pasada la persecución, dejando a sus hijos herederos de sus virtudes, descansaron en paz.

6.- En Sevilla de España, san Fernando III, Rey de Castilla y de León, llamado el Santo por la excelencia de sus virtudes; el cual, esclarecido por el celo de propagar la fe, después de vencer a los Moros, dejando el reino temporal, voló felizmente al eterno.

7.- En Ruan, santa Juana de Arco, Virgen, llamada la Doncella de Orleáns; la cual, habiendo peleado valientemente en defensa de la patria, al fin entregada al poder de sus enemigos, fue condenada en inicuo juicio y quemada en la hoguera. El Sumo Pontífice Benedicto XV la puso en el catálogo de las Santas.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

31 de mayo

La fiesta de la bienaventurada Virgen María, Reina, Medianera de todas las gracias

Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Reina, que engendró al Hijo de Dios, Príncipe de la paz, cuyo reino no tendrá fin, y que es saludada por el pueblo cristiano como Reina del cielo y Madre de misericordia.

Oración: Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el Reino de los Cielos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

1.- En Roma, santa Petronila, Virgen, hija del Apóstol san Pedro, la cual, desdeñando el enlace con el noble varón Flaco, y aceptando para deliberar el plazo de tres días, en que se dio a la oración y al ayuno, al tercer día, apenas recibió el Sacramento de Cristo, expiró.

2.- En Aquilea, los santos Mártires Cancio, Canciano y Cancianila, hermanos; los cuales, siendo de la ilustre estirpe de los Anicios, imperando Diocleciano y Maximiano, por su constancia en la fe cristiana, juntamente con su ayo Proto, fueron decapitados.

3.- En Torres de Cerdeña, san Crescenciano, Mártir.

4.- En Comana del Ponto, san Hérmias, soldado, que en el imperio de Antonino, saliendo victorioso, por el divino favor, de innumerables y atroces torturas, convirtió el verdugo a Cristo y le hizo partícipe de la misma corona del martirio, que él recibió primero, siendo degollado.

5.- En Verona, san Lupicino, Obispo.

6.- En Roma, san Pascasio, Diácono y Confesor, de quien hace mención san Gregorio Papa.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

INTRODUCCIÓN A LA REGLA DE SAN BENITO.

Iniciamos una nueva categoría de entradas del presente blog que van a tratar de la Regla de San Benito. En los tiempos que estamos viviendo, no teniendo reglas seguras de vida, dada la confusión actual en la Iglesia Católica, la regla de San Benito es camino seguro de vida. Vamos a comenzar con una introducción a la Vida de San Benito. San Benito vivió en una época muy similar a la nuestra. La Iglesia estaba postrada por la herejía arriana, la corrupción de costumbres, la inmoralidad y la caída del Imperio Romano. Todo parecía destruído. Pero un hombre sólo, Benito, decide, tomar la única decisión sensata que se podía tomar: Decidirse por una vida de total santidad, rompiendo con todo lo humano. Y con esa decisión cambió la faz del mundo y salvó el Catolicismo en toda Europa.

SAN B E N I TO

ABAD Y FUNDADOR (480 – 543)

Santa Brígida, en sus Revelaciones, habla del patriarca de los monjes de Occidente, en estos términos: ≪San Benito hubiera podido santificarse en el mundo; pero el Señor lo llamo a la cima del monte, para que con su ejemplo se animaran otros a abrazar la perfección. La Providencia adjunto a San Benito numerosos compañeros para que formasen un hogar; el Santo les trazo tal Regla de vida que pudiera guiar adecuadamente a cada uno por el camino de la santidad según la propia disposición: ora fuese confesor, ora ermitaño, ora doctor y aun mártir; de suerte que al observarla con fidelidad, numerosos monjes alcanzaron la perfección de su Padre Fundador≫.

Benito, cuyo nombre significa ≪Bendecido o bendito≫, nació hacia el año 480 en la ciudad de Nursia, situada en el centro de Italia. Las únicas referencias ciertas que de su infancia poseemos, nos las dan los Dialogos de San Gregorio Magno, quien al referirse en ellos a los padres del Santo, solo dice que descendía de la antigua nobleza sabina. Pero su santidad precoz, y casi innata en el, y en su esclarecida hermana Santa Escolástica, nos dan a entender, bien a las claras, que uno y otra respiraron en el hogar familiar densa atmosfera de virtudes cristianas.

Hacia el año 497, Benito, gallardo y bien apuesto joven de 17 años, fue a terminar los estudios a Roma. El libertinaje y la inmoralidad de sus compañeros, produjeron en el verdadero espanto, y, en lugar de abandonarse a las nacientes pasiones de la edad, resolvió poner a cubierto la virtud huyendo de la gran urbe con el ama que le había criado. Pusieron en practica su proyecto y, a instancias de algunos habitantes, ambos se detuvieron en Enfide, hacia las colinas de Tibur, y allí habrían fijado definitivamente su morada, si la reputación de santidad de Benito, que le ganara el milagro que hizo con una criba rota e instantáneamente reparada en virtud de una fervorosa plegaria, no hubiera determinado al estudiante a adentrarse solo en la espesura de un monte.

VIDA EREMITICA

Al llegar al desierto de Subiaco, a cincuenta millas al sureste de Roma, el joven encontró un cenobita llamado Román, cuyo monasterio estaba situado en la cúspide del monte Taleo. El aspirante a la vida eremítica, manifestó, bajo secreto, a aquel religioso varón sus deseos de perfección. El monje juro guardárselo y le indico en las abruptas laderas de la roca una gruta inaccesible, en la que penetro con animo resuelto.

Desde el fondo de esta solo se veía el cielo. En determinados días, desde lo alto del peñasco, le bajaba su maestro un pan colgado de una cuerda: al toque de campanilla advertía Román a Benito que era llegado el momento de dejar la oración y de tomar el frugal alimento.

Tres años permaneció el joven recluido en aquel retiro, hasta que unos pastores lo descubrieron, tomándolo al pronto por bestia montaraz; pero, oyéndole hablar, reconocieron en el a un gran siervo de Dios y escucharon dócilmente sus instrucciones.

Satanás quiso aniquilar desde los comienzos la acción sobrenatural de aquel a quien miraba ya como temible adversario. Tomando, pues, la apariencia de un mirlo se puso a revolotear tan cerca de el, que para lanzar al importuno volátil el solitario tuvo que acudir a la señal de la cruz. Vencido ya por este medio, se le representó con toda viveza la imagen de una joven a quien había tratado en Roma, y surgió en el acto la sugestión diabólica:

≪Estoy bien cierto de que debo continuar llevando un genero de vida que tan por encima de las fuerzas de la naturaleza esta?≫ Pero en esta lucha que le redujo a terrible congoja, la gracia divina intervino oportunamente, y a su impulso el Santo se lanzo a unas zarzas de espinas que había ,en las cercanías de la gruta y se revolcó en ellas, desgarrando su cuerpo lastimosamente, hasta que el dolor ahogo en el la rebeldía de los sentidos. Desde aquel momento nunca mas Tos ardores de la concupiscencia hicieron mella en el.

Murió el abad de Vicovaro, cuyos solitarios fueron a suplicar al ermitaño de Subiaco que tomara el cargo que quedaba vacante; aunque resistió al principio, consintió al fin y se fue con ellos.

Empero, el gobierno del Santo les pareció pronto demasiado austero y llego a tal punto su descontento que, para librarse de el, envenenaron el vino. Pero Dios velaba por su Siervo: antes de beberlo, el piadoso ermitaño lo bendijo según costumbre, y al instante el vaso se hizo pedazos en sus manos.

—Dios os perdone, Hermanos —dijo el abad levantándose de la mesa—, por lo que habéis querido hacer. .No os había dicho de antemano, cuando a toda fuerza quisisteis hacerme vuestro Superior, que entre mi vida y la vuestra no habría armonía? Buscad a otro Padre que os convenga, porque yo no viviré mas con vosotros. Y se volvió a su amada soledad de Subiaco.

SUBIACO, ESCUELA DE VIDA

La reputación de santidad de Benito se había extendido por toda la comarca. Las familias de la alta aristocracia acudían a el para consultarle.

El noble Equicio le confió su hijo Mauro para que lo educara y dirigiera, y el patricio Tértulo hizo otro tanto con su pequeñuelo Placido, niño de corta edad. Pronto concurrieron discípulos de todas partes.

Así fue iniciándose y desenvolviéndose la llamada ≪Escuela de Vida≫ de Subiaco, que comprendía los doce monasterios esparcidos en las fragosidades de aquellas rocas, integrados por doce monjes cada uno con un abad al frente. Benito desempeñaba el cargo de Abad general, ya que por sus manos había pasado la formación religiosa de cada uno de los monjes. Reservose, además, el derecho de continuarla con los nuevos aspirantes que ingresaban en sus monasterios.

Entre esos conventos había tres instalados en las partes mas altas de aquellas rocas áridas. Los monjes que los habitaban veíanse obligados a bajar por agua al lago que habia en el fondo del barranco, teniendo que seguir una bajada muy peligrosa a causa de lo resbaladizo de la pendiente.

Al cabo de algún tiempo se cansaron de los esfuerzos que esa labor suponía.

≪Padre —dijeron a Benito—, .no podriamos construir nuestra vivienda en un lugar mas cómodo? Es muy penoso subir el agua cada día.≫

Benito los consoló paternalmente y les dijo que pensaría en ello. A la noche siguiente tomo consigo a Placido y escalo silenciosamente la montaña, detúvose al llegar cerca de los monasterios de aquella cima, arrodillose sobre la dura roca y oro largo rato. Luego, señalo con tres piedras el lugar preciso en que había estado orando y bajo a su monasterio.

Al otro día acudieron los Hermanos a saber su decisión. ≪Volved —les dijo— a vuestros monasterios, hasta un sitio en que veréis tres piedras puestas sobre otras y cavad alli un poco; el Dios poderosísimo a quien servimos podría escucharos haciendo brotar el agua que tanto necesitáis.≫

Con absoluta y pronta obediencia los monjes tomaron el sendero que conducía al lugar indicado, y que se hallaba a las puertas mismas de sus monasterios; !cual no seria su sorpresa cuando al llegar vieron que la roca, árida y seca hasta entonces, destilaba hilitos de agua que, en pocos momentos, formaran un riachuelo que llego hasta el lago del valle!

Aconteció que por aquel entonces, Italia se hallaba en poder de los godos. Uno de aquellos bárbaros, hombre de extraordinaria talla y robustez, pero sin letras, se había convertido y fuese a solicitar el honor de servir a Dios entre los monjes. Benito lo recibió con gran bondad y lo destino a ocupaciones en armonía con sus aptitudes. Un día le entrego un hacha y le encargo que limpiase de matorrales y arbustos las orillas del lago, para transformarlo en huerto; se puso al instante a la obra con ardor, y tan recios hachazos daba que acabo por saltar el hacha, que saliéndose del mango fue a parar al lago, precisamente a uno de los lugares mas profundos, por lo que era imposible sacarla.

Grandemente apenado, el pobre novicio fue a contar su desventura a Mauro, que era el discípulo predilecto y brazo derecho de Benito, pidiéndole que le impusiera una penitencia. Mauro contó el caso a su santo maestro.

Este al oírlo dirigiose al lugar del accidente, tomo el mango del hacha, sumergió la punta en las aguas y al instante viose que el hierro subía y que por si mismo se metía en el mango. El godo, que contemplaba estupefacto lo que pasaba, recibió el instrumento de manos de Benito, quien le dijo paternalmente: ≪Sigue trabajando, hijo, y cesa ya de estar triste≫.

Otro milagro conmovedor tuvo lugar por aquellos días en Subiaco. Una vez que había ido Placido a llenar un cántaro al lago, perdió el equilibrio y cayose al agua. Benito, que se hallaba en su celda, sintió una voz interior que le advertía de lo que sucedía.

—Hermano Mauro —exclamo dando fuertes voces—, corre al lago; el niño ha caído al agua y se lo lleva la corriente.

El Hermano al oírse llamar acude presuroso, recibe la bendición de. Su Padre y se dirige a todo correr a la orilla, desde donde ve al joven Placido hundido en el agua y arrastrado por la corriente. Sin reparar en el peligro, llegase hasta el, lo coge por su larga cabellera y lo saca sano y salvo a la orilla. Solamente entonces se dio cuenta del milagro; el abad recibió al niño, cuyos vestidos chorreaban agua, mientras que Mauro no se había mojado lo mas mínimo.

—Tu obediencia, Hermano Mauro, te ha merecido este prodigio —dijo Benito—; yo no tengo parte alguna en el.

—Menos la tengo yo —replico el discípulo— , lo he hecho todo en estado de inconsciencia, sin darme cuenta de lo que hacia.

—Pues yo —exclamo Placido— veía sobre mi cabeza el habito de mi Padre abad y sentía que era el quien me sacaba del agua.

Para apagar el fulgor de aquella verdadera ≪escuela de vida≫ de Subiaco, Satanás suscito el odio de un acolito suyo, llamado Florencio, que habitaba en el valle. El desventurado envió un pan emponzoñado a Benito, quien al recibirlo, aunque entendió lo que había en el, sin mas alteración ordeno con naturalidad a un cuervo que fuera a arrojar aquel presente homicida a un lugar inaccesible. Viendo Florencio que no podía matar los cuerpos, trato de perder las almas; envió junto al jardín donde jugaban los jóvenes monjes, a siete muchachas de vida licenciosa para que a vista de ellos ejecutaran bailes lascivos.

Benito comprendió en el acto el peligro que corría la inocencia de sus discípulos. Y como el que se había declarado enemigo suyo mortal solo odiaba a su persona, determino ausentarse para siempre y asegurar a los suyos los bienes de la paz. Así que, despidiéndose de sus doce queridos monasterios, se puso en marcha con algunos Hermanos, en busca de otra soledad.

Florencio contemplaba el caso desde el terrado de su casa, gozándose en su triunfo al ver partir a Benito; pero de repente la casa se estremeció, se derrumbo y le sepulto entre sus escombros. El joven Mauro, que había salido mas tarde y fue testigo del hecho, corrió jubiloso a llevar la noticia a Benito. El hombre de Dios afligiose profundamente, tanto por la muerte desventurada de su enemigo, como por la alegría de su discípulo, a quien castigo y dio grave penitencia; y sin mas, continuo su viaje. Benito había pasado en Subiaco, según la tradición, cerca de treinta años.

MONTE CASINO. — LUCHAS CONTRA SATANÁS

Siguiendo hacia el sur la ruta que le señalaban los montes, Benito llego al Monte Casino, en el que encontró las ruinas de la antiquísima ciudad romana Cassinum. Se conservan aun los restos de un anfiteatro y el templo de Apolo.

Fue su primer cuidado levantar la cruz del Salvador sobre los escombros del ídolo; consagro el templo pagano para el culto del verdadero Dios y lo transformo en basílica del Monasterio, bajo el patrocinio de San Juan Bautista y de San Martín.

Corría el ano 529 cuando el Patriarca de los monjes de Occidente llegaba al Monte Casino. Catorce años había de vivir en aquella altura destinada a ser, en expresión del papa Víctor III, ≪el Sinai de las Ordenes Monasticas≫.

Benito levanto el .monasterio con sus mismos discípulos, no sin la oposición del demonio. Cuéntase que un día, los monjes no podían mover una piedra que parecía estar fuertemente sujeta al suelo por invisibles raíces; pero la bendijo el Santo y se pudo entonces remover con la mayor facilidad.

El demonio rabiaba de coraje contra el santo patriarca que se instalaba, a pesar suyo, en un monte en que había reinado como soberana la mas grotesca idolatría. A veces se le aparecía en pleno día en figura horribilísima, lanzando torbellinos de llamas por ojos, boca y narices, y le llamaba por su nombre; ≪!Benito!, !Benito! (en latin: Benedicte! Benedicte! ). Este nombre, como es sabido, significa Bendecido o Bendito; por lo cual el demonio, como si quisiera retractarse de su palabra, repetía: ≪No, no Bendito; !Maldito!, !Maldito! .Que has venido a hacer aquí? .Que tienes tu que ver conmigo? ¿Por qué te gozas persiguiéndome?≫ Benito le dejaba gritar sin hacerle el menor caso y se entregaba con todo sosiego a sus ocupaciones.

Uno de los religiosos que, cediendo a ocultas sugestiones del tentador, se había disgustado de su vocación, se presento al abad pidiéndole licencia para retirarse al siglo. Trato Benito de hacerle ver lai locura de su proyecto, le recordó los días de su primitivo fervor y cuan razonable era la resolución tomada en tiempos anteriores de abrazar la vida religiosa. En su paternal amonestación le hablo de la decisiva importancia de la salvación del alma y de la excelencia sin igual de la vida dedicada al amor y servicio de Dios. Le aconsejó finalmente que orara y esperara con paciencia el fin de aquella tentación. Pero el religioso nada quería oír ni saber de razones, pues ya su imaginación se hallaba en el mundo y no en el claustro. Como el abad difiriera concederle el permiso que el desventurado solicitaba, turbaba el orden general con escándalo de los Hermanos, hasta el punto que Benito se vio obligado a despacharle.

El pobre iluso salio contentísimo; pero estaba aun a corta distancia del convento, cuando vio que se le venia enfrente un furioso dragón con la boca abierta para devorarle. Horrorizado el fugitivo, principio a dar grandes voces, a cuyo eco acudieron presurosos los monjes. Estos le hallaron temblando de pies a cabeza y, compadecidos de el, le volvieron al monasterio. El pobre apostata, que se daba perfecta cuenta del peligro que había corrido, prometió ser fiel a su vocación y mantuvo integra su palabra, profesando toda su vida vivísima gratitud al santo abad, a cuyas oraciones se reconocía deudor de la gracia que le había obtenido de ver al dragón infernal que quería devorarle.

RESURRECCIÓN OBRADA POR SAN BENITO

Un día, Benito había salido al campo a trabajar con sus Hermanos. Entretanto, cierto campesino embargado por el dolor, llego al monasterio con el cadáver de su hijo en los brazos, preguntando .por el Padre Benito. Al decirle que el abad estaba trabajando en el campo, el infortunado padre dejo el cuerpo del hijo tendido delante de la puerta y se fue precipitadamente en busca del Santo. Dio con el en los precisos momentos en que volvía del trabajo y, sin mas preámbulo, exclamo:

—!Padre, devuélvame a mi hijo!

—Pero, ¿soy yo quien te lo he quitado?

—Ha muerto; venga en seguida a resucitarlo — insistió con viveza el pobre padre.

—!Vamos, hombre! Eso no es asunto nuestro; lo que tu pides es cosa de los santos Apóstoles —le respondió Benito con aparente brusquedad— ¿Cómo quieres tu imponernos lo que esta sobre nuestras fuerzas?

El campesino, entretanto, reiteraba, embargado por el dolor, que no se iría mientras el Santo no le resucitase al hijo.

—¿Dónde esta ese muerto? — pregunto el abad.

—Ahi tiene usted su cuerpo a la entrada del monasterio —le contesto el padre entre suspiros.

Llegado a el Benito con todos los religiosos, se puso en oración y luego se extendió sobre el cadáver, como en otro tiempo San Pablo cuando resucito a Eutiquio. Poniéndose después en pie y elevando al cielo los brazos, exclamo: ≪Señor, no mires mis pecados, sino la fe de este hombre, y devuelve a este cuerpo el alma que le has quitado. Apenas hubo terminado esta oración, un fuerte temblor se apodero del cadáver. Benito tomo al niño por la mano y lo devolvió a su padre rebosante de vida y salud.

TOTILA Y SAN BENITO

EL rey godo Totila se había apoderado de casi toda Italia, desde el norte hasta Nápoles. Como oyera hablar del abad de Monte Casino en tonos ponderativos y particularmente de su espíritu profético, quiso probar la verdad de lo que se decía, y, al efecto, hizo que su escudero Riggo se vistiera de las insignias reales, y así disfrazado le envío, con brillante sequito de oficiales, al Monte Casino.

—Hijo mío —exclamo Benito apenas lo diviso—, quítate esos vestidos e insignias, que no son tuyos.

Sobrecogido Riggo por lo inesperado del caso y espantado por haber pretendido engañar a tal hombre, se postro a sus pies. Sin tardanza se presento Totila en persona y, sintiéndose acometido por un terror súbito, cayo humildemente a las plantas del Santo. El siervo de Dios, dirigiéndose a el, clamo por tres veces: ≪!Levantate!≫, y a la tercera tuvo que levantarlo el mismo.

—Muchas malas obras haces —le dijo Benito—, muchas malas obras has hecho; cesa ya en la maldad. Tornaras a Roma, pasaras el mar, vivirás nueve años y al décimo morirás.

El rey, con muestras de visible espanto, se encomendó a sus oraciones y desde aquel instante se mostró menos cruel. Sucumbió efectivamente en 552, a consecuencia de una herida recibida en la batalla de Jagina, con lo que se cumplió exactamente la profecía del Santo.

MUERTE DE SAN BENITO. — SU CULTO

Cuando Benito pasaba ya de los sesenta anos, tuvo el dolor de perder a su hermana Santa Escolástica, a la que enterró en el Monte Casino, en el mismo sepulcro que tenia preparado para si. Pocas semanas después cayo enfermo con fiebre muy elevada y ordeno se abriera nuevamente su sepulcro. El sexto día hízose conducir a la iglesia de San Martín para recibir el Sagrado Viático. Luego, puesto en pie y apoyado en los monjes que sostenían sus miembros debilitados, entregado el espíritu a una oración suprema, exhalo el ultimo suspiro en aquella reverente actitud.

Se cree que fue el 21 de marzo del año 543. En el momento mismo de su muerte, dos monjes que habitaban respectivamente en Monte Casino y en Subiaco, vieron por el lado de Oriente una deslumbradora ruta triunfal que, partiendo de la celda del siervo de Dios, se perdía en lo alto de los cielos, a la vez que lucían en ellos con esplendor inenarrable, multitud de brillantes lámparas. Mientras contemplaban embelesados aquel portento, un ángel, irradiando a su vez fulgurantes resplandores de luz, les dijo: ≪Esa es la via por la cual Benito, el amadísimo del Señor, acaba de subir al cielo≫.

La Regla promulgada por Benito hacia el año 540, es aun hoy un monumento admirable que, a diferencia de la primitiva casa de Monte Casino donde nació, ha resistido a todos los embates y vicisitudes de los tiempos.

San Benito cuenta entre sus innumerables hijos espirituales con una multitud de santos, muchos papas y un inmenso número de obispos, celosísimos todos de la conservación del espíritu de su Fundador en el mundo. León XIII elevó la fiesta de San Benito al rito de doble mayor el 5 de abril de 1883.


DOMINGO IN ALBIS O DE QUASIMODO

Vimos ayer a los neófitos clausurar su Octava de la Resurrección. Antes que nosotros habían participado del admirable misterio del Dios resucitado, y antes que nosotros debían acabar su solemnidad. Este día es, pues, el octavo para nosotros, que celebramos la Pascua el Domingo y no la anticipamos a la tarde del Sábado. Nos recuerda las alegrías y grandezas del único y solemne Domingo que reunió a toda la cristiandad en un mismo sentimiento de triunfo. Es el día de la luz que oscurece al antiguo Sábado; en adelante el primer día de la semana es el día sagrado; le señaló dos veces con el sello de su poder el Hijo de Dios. La Pascua está, pues, para siempre fijada en Domingo y como dejamos dicho en la «mística del Tiempo Pascual», todo domingo en adelante será una Pascua.

Nuestro divino resucitado ha querido que su Iglesia comprendiese así el misterio; pues, teniendo la intención de mostrarse por segunda vez a sus discípulos reunidos, esperó, para hacerlo, la vuelta del Domingo. Durante todos los días precedentes dejó a Tomás presa de sus dudas; no quiso hasta hoy venir en su socorro, manifestándose a este Apóstol, en presencia de los otros, y obligándole a renunciar a su incredulidad ante la evidencia más palpable. Hoy, pues, el Domingo recibe de parte de Cristo su último título de gloria, esperando que el Espíritu Santo descienda del cielo para venir a iluminarle con sus luces y hacer de este día, ya tan favorecido, la era de la fundación de la Iglesia cristiana.

LA APARICIÓN A SANTO TOMÁS. —

La aparición del Salvador al pequeño grupo de los once, y la victoria que logró sobre la infidelidad de un discípulo, es hoy el objeto especial del culto de la Santa Iglesia. Esta aparición que se une a la precedente, es la séptima; por ella Jesús entra en posesión completa de la fe de sus discípulos. Su dignidad, su prudencia, su caridad, en esta escena, son verdaderamente de un Dios.

Aquí también, nuestros pensamientos humanos quedan confundidos a la vista de esa tregua que Jesús otorga al incrédulo, a quien parecía debía haberle curado sin tardanza de su infeliz ceguera o castigarle por su insolencia temeraria. Pero Jesús es la bondad y sabiduría infinita; en su sabiduría, proporciona, por esta lenta comprobación del hecho de su Resurrección, un nuevo argumento en favor de la realidad de este hecho; en su bondad, procura al corazón del discípulo incrédulo la ocasión de retractarse por sí mismo de su duda con una protesta sublime de dolor, de humildad y de amor. No describiremos aquí esta escena tan admirablemente relatada en el trozo del Evangelio que la Santa Iglesia va en seguida a presentarnos. Limitaremos nuestra instrucción de este día a hacer comprender al lector la lección que Jesús da hoy a todos en la persona de santo Tomás. Es la gran enseñanza del Domingo de la Octava de Pascua; importa no olvidarla, por que nos revela, más que ninguna otra, el verdadero sentido del cristianismo; nos ilustra sobre la causa de nuestras impotencias, sobre el remedio de nuestras debilidades.

LA LECCIÓN DEL SEÑOR. —

Jesús dice a Tomás: «Has creído porque has visto; dichosos los que no vieron pero creyeron». Palabras llenas de divina autoridad, consejo saludable dado no solamente a Tomás, sino a todos los hombres que quieren entrar en relaciones con Dios y salvar sus almas. ¿Qué quería, pues, Jesús de su discípulo? ¿No acababa de oírle confesar la fe de 1a cual estaba ya penetrado? Tomás, por otra parte, ¿era tan culpable por haber deseado la experiencia personal, antes de dar su adhesión al más asombroso de los prodigios? ¿Estaba obligado a creer las afirmaciones de Pedro y de los otros, hasta el punto de tener que, por no darlas asentimiento, faltaba a su Maestro? ¿No daba prueba de prudencia absteniéndose de asentir hasta que otros argumentos le hubiesen revelado a él mismo la realidad del hecho? Sí, Tomás era hombre prudente, que no se fiaba demasiado; podía servir de modelo a muchos cristianos que juzgan y razonan como él en las cosas de la fe. Y con todo eso, ¡cuán abrumadora, aunque llena de dulzura, es la reprensión de Jesús! Se dignó prestarse, con condescendencia inexplicable, a que se verificase lo que Tomás había osado pedir: ahora que el discípulo se encuentra ante el maestro resucitado, y que grita con la emoción más sincera: «¡Oh, tú eres mi Señor y mi Dios!» Jesús no le perdona la lección que había merecido. Era preciso castigar aquella osadía, aquella incredulidad; y el castigo consistirá en decirle: «Creíste, Tomás, porque viste.»

LA HUMILDAD Y LA FE. —

Pero ¿estaba obligado Tomás a creer antes de haber visto? Y ¿quién puede dudarlo? No solamente Tomás, sino todos los Apóstoles estaban obligados a creer en la resurrección de su maestro, aun antes de que se hubiera mostrado a ellos. ¿No habían vivido ellos tres años en su compañía? ¿No le habían visto confirmar con numerosos prodigios su título de Mesías y de Hijo de Dios? ¿No les había anunciado su resurrección para el tercer día después de su muerte? Y en cuanto a las humillaciones y a los dolores de su Pasión, ¿no les había dicho, poco tiempo antes, en el camino de Jerusalén, que iba a ser prendido por los judíos, que le entregarían a los gentiles; que sería flagelado, cubierto de salivas y matado? (San Luc., XVIII, 32, 33.)

Los corazones rectos y dispuestos a la fe no hubieran tenido ninguna duda en rendirse, desde el primer rumor de la desaparición del cuerpo. Juan, nada más entrar en el sepulcro y ver los lienzos, lo comprendió todo y comenzó a creer. Pero el hombre pocas veces es sincero; se detiene en el camino como si quisiera obligar a Dios a dar nuevos pasos hacia adelante. Jesús se dignó darlos. Se mostró a la Magdalena y a sus compañeras que no eran incrédulas, sino distraídas por la exaltación de un amor demasiado natural. Según el modo de pensar de los Apóstoles, su testimonio no era más que el lenguaje de mujeres con imaginación calenturienta. Fue preciso que Jesús viniese en persona a mostrarse a estos hombres rebeldes, a quienes su orgullo hacía perder la memoria de todo un pasado que hubiese bastado por sí solo para iluminarles el presente. Decimos su orgullo; pues la fe no tiene otro obstáculo que ese vicio. Si el hombre fuese humilde, se elevaría hasta la fe que transporta las montañas.

Ahora bien, Tomás ha oído a la Magdalena y ha despreciado su testimonio; ha oído a Pedro y no ha hecho caso de su autoridad; ha oído a sus otros hermanos y a los discípulos de Emaús y nada de todo eso le ha apartado de su parecer personal. La palabra de otro, grave y desinteresada, produce la certeza en un espíritu sensato, mas no tiene esta eficacia ante muchos, desde que tiene por objeto atestiguar lo sobrenatural. Es una profunda llaga de nuestra naturaleza herida por el pecado. Muy frecuentemente quisiéramos, como Tomás, tener la experiencia nosotros mismos; y eso basta para privarnos de la plenitud de la luz. Nos consolamos como Tomás porque somos siempre del número de los discípulos; pues este Apóstol no había roto con sus hermanos; sólo que no gozaba de la misma felicidad que ellos. Esta felicidad, de la que era testigo, no despertaba en él más que la idea de debilidad; y gustaba en cierto grado de no compartirla.

LA FE TIBIA. —

Tal es aún en nuestros días el cristiano infectado de racionalismo. Cree, porque su razón le pone como en la necesidad de creer; con la inteligencia y no con el corazón es como cree. Su fe es una conclusión científica y no una aspiración hacia Dios y hacia la verdad sobrenatural. Por eso esta fe, ¡cuán fría e impotente es! ¡cuán limitada e inquieta!, ¡cómo teme avanzar creyendo demasiado! Al verla contentarse tan fácilmente con verdades disminuidas (Ps., XI) pesadas en la balanza de la razón, en vez de navegar a velas desplegadas como la fe de los santos, se diría que se avergüenza de sí misma. Habla bajo, teme comprometerse; cuando se muestra, lo hace cubierta de ideas humanas que la sirven de etiqueta. No se expondrá a una afrenta por los milagros que juzga inútiles, y que jamás habría aconsejado a Dios que obrase. En el pasado como en el presente, lo maravilloso la espanta; ¿no ha tenido que hacer ya bastante esfuerzo para admitir a aquel cuya aceptación la es estrictamente necesaria? La vida de los santos, sus virtudes heroicas, sus sacrificios sublimes, todo eso la inquieta. La acción del cristianismo en la sociedad, en la legislación, la parece herir los derechos de los que no creen; piensa que debe respetarse la libertad del error y la libertad del mal; y aun no se da cuenta de que la marcha del mundo está entorpecida desde que Jesucristo no es Rey sobre la tierra.

VIDA DE FE. —

Para aquellos cuya fe es tan débil y tan cercana al racionalismo, Jesús añade a las palabras severas que dirigió a Tomás, esta sentencia, que no sólo se dirigía a él sino a todos los hombres de todos los siglos: «Dichosos los que no vieron y creyeron.» Tomás pecó por no haber tenido la disposición de creer. Nosotros nos exponemos a pecar como él si no alimentamos en nuestra fe esa expansión que la impulsa a mezclarse en todo, y a hacer el progreso, que Dios recompensa con rayos de luz y de alegría en el corazón. Una vez entrados en la Iglesia nuestro deber es considerar en adelante todas las cosas a las luces de lo sobrenatural; y no temamos que esta situación regulada por las enseñanzas de la autoridad sagrada, nos lleve demasiado lejos. «El justo vive de la fe» (Rom., I, 17); es su alimento continuo. La vida natural se transforma en él para siempre, si permanece fiel a su bautismo. ¿Acaso creemos que la Iglesia tomó tantos cuidados en la instrucción de sus neófitos, que les inició con tantos ritos que no respiran sino ideas y sentimientos de la vida sobrenatural, para dejarlos sin ningún pesar al día siguiente a la acción de ese peligroso sistema que coloca la fe en un rincón de la inteligencia, del corazón y de la conducta, a fin de dejar obrar más libremente al hombre natural? No, no es así. Reconozcamos, pues, nuestro error con Tomás; confesemos con él que hasta ahora no hemos creído aún con fe bastante perfecta. Como él digamos a Jesús: «Tú eres mi Señor y mi Dios; y he pensado y obrado frecuentemente como si no fueses en todo mi Señor y mi Dios. En adelante creeré sin haber visto; pues quiero ser del número de los que tú has llamado dichosos

Este Domingo, llamado ordinariamente Domingo de «Quasimodo», lleva en la Liturgia el nombre de Domingo «in albis», y más explícitamente «in albis depositis», porque en este día los neófitos se presentaban en la Iglesia con los hábitos ordinarios.

En la Edad Media, se le llamaba «Pascua acabada»; para expresar, sin duda, que en este día terminaba la Octava de Pascua. La solemnidad de este Domingo es tan grande en la Iglesia, que no solamente es de rito «Doble mayor», sino que no cede nunca su puesto a ninguna fiesta, de cualquier grado elevado que sea.

En Roma, la Estación es en la Basílica de San Pancracio, en la Vía Aurelia. Los antiguos no nos dicen nada sobre los motivos que han hecho designar esta iglesia para la reunión de los fieles en este día. Puede ser que la edad del joven mártir de catorce años al cual está dedicada, haya sido causa de escogerla con preferencia por una especie de relación con la juventud de los neófitos que son aún hoy el objeto de la preocupación maternal de la Iglesia.

M I S A

El Introito recuerda las cariñosas palabras que San Pedro dirigía en la Epístola de ayer a los nuevos bautizados. Son tiernos niños llenos de sencillez, y anhelan de los pechos de la Santa Iglesia la leche espiritual de la fe, que los hará fuertes y sinceros.

INTROITO

Como niños recién nacidos, aleluya: ansiad la leche espiritual, sin engaño. Aleluya, aleluya, aleluya. — Salmo: Aclamad a Dios, nuestro ayudador: cantad al Dios de Jacob. V. Gloria al Padre. En este último día de una Octava tan grande, la Iglesia da, en la Colecta, su adiós a las solemnidades que acaban de desarrollarse, y pide a Dios que su divino objeto quede impreso en la vida y en la conducta de sus hijos.

COLECTA

Te suplicamos, oh Dios omnipotente, hagas que, los que hemos celebrado las fiestas pascuales, las conservemos, con tu gracia, en nuestra vida y costumbres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

EPISTOLA

Lección de la Epístola del Apóstol San Juan (I Jn., V, 4-10).

Carísimos: Todo lo que ha nacido de Dios, vence al mundo: y ésta es la victoria, que vence al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesucristo es el Hijo de Dios? Este, Jesucristo, es el que vino por el agua y la sangre: no sólo por el agua, sino por el agua y por la sangre. Y el Espíritu es el que atestigua que Cristo es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio de ello en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son una sola cosa. Y tres son los que dan testimonio de ello en la tierra: el Espíritu, y el agua, y la sangre: y estos tres son una sola cosa. Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor. Ahora bien, este testimonio de Dios, que es mayor, es el que dio de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene en sí mismo el testimonio de Dios.

MÉRITO DE LA FE. —

El Apóstol San Juan celebra en este pasaje el mérito y las ventajas de la fe; nos la muestra como una victoria que pone a nuestros pies al mundo, al mundo que nos rodea, y al mundo que está dentro de nosotros. La razón que ha movido a la Iglesia a elegir para hoy este texto de San Juan, se echa de ver fácilmente, cuando se ve al mismo Cristo recomendar la fe en el Evangelio de este Domingo. «Creer en Jesucristo, nos dice el Apóstol, es vencer al mundo»; no tiene verdadera fe, aquel que somete su fe al yugo del mundo. Creamos con corazón sincero, dichosos de sentirnos hijos en presencia de la verdad divina, siempre dispuestos a dar pronta acogida al testimonio de Dios. Este divino testimonio resonará en nosotros, en la medida que nos encuentre deseosos de escucharlo siempre en adelante. Juan, a la vista de los lienzos que habían envuelto el cuerpo de su maestro, pensó y creyó; Tomás tenía más que Juan el testimonio de los Apóstoles que habían visto a Jesús resucitado, y no creyó. No había sometido el mundo a su razón, porque no tenía fe.

Los dos versículos aleluyáticos están formados por trozos del santo Evangelio que se relacionan con la Resurrección. El segundo describe la escena que tuvo lugar tal día como hoy en el Cenáculo.

ALELUYA

Aleluya, aleluya. El día de mi resurrección, dice el Señor, os precederé en Galilea. Aleluya, y. Después de ocho días, cerradas las puertas, se presentó Jesús en medio de sus discípulos, y dijo: ¡Paz a vosotros! Aleluya.

EVANGELIO

Continuación del santo Evangelio según San Juan (XX, 19-31).

En aquel tiempo, siendo ya tarde aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas de donde estaban reunidos los discípulos por miedo de los judíos, llegó Jesús y se presentó en medio, y díjoles: ¡Paz a vosotros! Y, habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se alegraron al ver al Señor. Entonces les dijo otra vez: ¡Paz a vosotros! Como me envió a mí el Padre, así os envío yo a vosotros. Y, habiendo dicho esto, sopló sobre ellos, y les dijo: Recibid del Espíritu Santo: a quienes les perdonareis los pecados, perdonados les serán: y, a los que se los retuviereis, retenidos les serán. Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Dijéronle, pues, los otros discípulos: Hemos visto al Señor. Pero él les dijo: Si no viere en sus manos el agujero de los clavos y metiere mi dedo en el sitio de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Y, después de ocho días, estaban otra vez dentro sus discípulos: y Tomás con ellos. Vino Jesús, las puertas cerradas, y se presentó en medio, y dijo: ¡Paz a vosotros! Después dijo a Tomás: Mete tu dedo aquí, y ve mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado: y no seas incrédulo, sino fiel. Respondió Tomás y díjole: ¡Señor mío, y Dios mío! Díjole Jesús: Porque me has visto. Tomás, has creído: bienaventurados los que no han visto, y han creído. E hizo Jesús, ante sus discípulos, otros muchos milagros más, que no se han escrito en este libro. Mas esto ha sido escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que, creyéndolo, tengáis vida en su nombre.

EL TESTIMONIO DE SANTO TOMÁS. —

Hemos insistido lo suficiente sobre la incredulidad de santo Tomás; y es hora ya de glorificar la fe de este Apóstol. Su infidelidad nos ha ayudado a sondear nuestra poca fe; su retorno ilumínenos sobre lo que tenemos que hacer para llegar a ser verdaderos creyentes. Tomás ha obligado al Salvador, que cuenta con él para hacerle una de las columnas de su Iglesia, a bajarse a él hasta la familiaridad; pero apenas está en presencia de su maestro, cuando de repente se siente subyugado. Siente la necesidad de retractar, con un acto solemne de fe, la imprudencia que ha cometido creyéndose sabio y prudente, y lanza un grito, grito que es la protesta de fe más ardiente que un hombre puede pronunciar: ¡»Señor mío y Dios mío»! Considerad que no dice sólo que Jesús es su Señor, su Maestro; que es el mismo Jesús de quien ha sido discípulo; en eso no consistiría aún la fe. No hay fe ya cuando se palpa el objeto. Tomás habría creído en la Resurrección, si hubiese creído en el testimonio de sus hermanos; ahora, no cree, sencillamente ve, tiene la experiencia. ¿Cuál es, pues, el testimonio de su fe? La afirmación categórica de que su Maestro es Dios. Sólo ve la humanidad de Jesús, pero proclama la divinidad del Maestro. De un salto, su alma leal y arrepentida, se ha lanzado hasta el conocimiento de las grandezas de Jesús: ¡»Eres mi Dios»!, le dice.

PLEGARIA. —

Oh Tomás, primero incrédulo, la santa Iglesia reverencia tu fe y la propone por modelo a sus hijos en el día de tu fiesta. La confesión que has hecho hoy, se parece a la que hizo Pedro cuando dijo a Jesús: «¡Tú eres el Cristo, Hijo de Dios vivo!» Por esta profesión que ni la carne ni la sangre habían inspirado, Pedro mereció ser escogido para fundamento de la Iglesia; la tuya ha hecho más que reparar tu falta: te hizo, por un momento, superior a tus hermanos, gozosos de ver a su Maestro, pero sobre los que la gloria visible de su humanidad había hecho hasta entonces más impresión que el carácter invisible de su divinidad.

El Ofertorio está formado por un trozo histórico del Evangelio sobre la resurrección del Salvador.

OFERTORIO

El Angel del Señor bajó del cielo, y dijo a las mujeres: El que buscáis ha resucitado, según lo dijo. Aleluya.

En la Secreta, la santa Iglesia expresa el júbilo que la produce el misterio de la Pascua; y pide que esta alegría se transforme en la de la Pascua eterna.

SECRETA

Te suplicamos, Señor, aceptes los dones de la Iglesia que se alegra: y, ya que la has dado motivo para tanto gozo, concédela el fruto de la perpetua alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Al distribuir a los neófitos y al resto del pueblo fiel el alimento divino, la Iglesia recuerda, en la Antífona de la Comunión, las palabras del Señor a Tomás. Jesús, en la santa Eucaristía, se revela a nosotros de una manera más íntima aún que a su apóstol; mas para aprovecharnos de la condescendencia de un maestro tan bueno, necesitamos tener la fe viva y valerosa que él recomendó.

COMUNION

Mete tu mano, y reconoce el lugar de los clavos, aleluya; y no seas más incrédulo, sino fiel. Aleluya, aleluya.

La Iglesia concluye las plegarias del Sacrificio pidiendo que el divino misterio, instituido para sostener nuestra debilidad sea, en el presente y en el futuro, el medio eficaz de nuestra perseverancia.

POSCOMUNION

Te suplicamos, Señor, Dios nuestro, hagas que estos sacrosantos Misterios, que nos has dado para alcanzar nuestra reparación, sean nuestro remedio en el presente y en el futuro. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

(Extraído del Año Liturgico de Dom. Gueranger)

INTRODUCCIÓN AL BREVIARIO ROMANO

¿Pueden los fieles usar el Breviario Romano?

Cuando el Papa Pio X, de inmortal memoria, por medio de su Motu proprio del dia 22 de Noviembre de 1903 trazaba el programa de su pontificado en sus relaciones con el culto de la santa Iglesia, y a cuya realización había de dirigir las energías todas de su grande alma, se expresaba de esta suerte: “Nuestro mas vivo deseo es que el verdadero espíritu cristiano reflorezca en todas sus formas y se mantenga en todos los fieles. Es, pues, necesario atender, ante todo, a la santidad y a la dignidad del templo, donde todos los fieles se congregan precisamente para beber este espíritu en su fuente primera e indispensable, a saber, la participación activa en los sagrados misterios y en la oración publica y solemne de la Iglesia” .

Fijando nuestra atención en las palabras del Soberano Pontífice, vemos que son dos los medios que propone para que el espíritu cristiano anime a los fieles: “1° su participación en los sagrados misterios, y 2ª  en la oración publica y solemne de la Iglesia”. En cuanto al primero de estos medios, o sea en lo relativo a la participación de los fieles en los sagrados misterios, en la santa Misa, es innegable que actualmente muchos asisten al santo sacrificio conociendo mucho mejor que antes la naturaleza del mismo, su excelencia, sus relaciones con la vida cristiana y las gracias de santificación que del altar santo manan constantemente para purificar, elevar y dignificar las almas. Es verdad que no podemos contentarnos con lo realizado; no obstante, los frutos conseguidos deben estimularnos a no cesar en un apostolado tan necesario y el mas provechoso para el bien espiritual de los hijos de la Iglesia.

Quiere este Santo Papa Pío X que los fieles participen activamente en los sagrados misterios (La Santa Misa); pero además nos propone otro medio, o sea la participación de los mismos en la oración publica y solemne de la Iglesia. Ahora bien, ¿de esta participación podemos afirmar lo mismo que hemos dicho de la primera? Es innegable que muy poco se ha realizado a fin de que los fieles puedan tomar parte la oración oficial de la santa Iglesia, en el Oficio divino. El rezo del Breviario Romano nos aportará un gran tesoro de espiritual formación cristiana, solidez en nuestra vida, regularidad en la oración, uniéndonos íntimamente con Jesucristo. El Oficio Divino nos ayudará a resistir valerosamente a todas las adversidades y todas las pruebas en defensa de la fe ante las que nos encontramos.

¿Que es el Breviario Romano?

El Breviario Romano es el libro de la Oración oficial de la Iglesia. La Iglesia debe orar, y debe orar siempre, porque tal es la voluntad formal, expresa y decisiva de su divino Fundador. He aquí sus palabras explicitas y terminantes: “ Es necesario orar siempre y no desfallecer” . La realización de esta voluntad de Jesucristo, nos la afirman las siguientes palabras iluminadoras y elocuentes de nuestro Santísimo Padre el Papa Pío XI en su Encíclica Caritate Christi compulsi: ¡Qué espectáculo mas hermoso ofrece al Cielo y a la tierra la Iglesia orante, cuando sin interrupción, día y noche, en todas las regiones del mundo, entona los salmos divinamente inspirados! No hay hora del día que no este santificada por su liturgia especial: no hay edad de la vida humana que no tenga su lugar en los cultos de acción de gracias, en las alabanzas, en las preces, en los actos de reparación comunes al cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia”. Esto supuesto, la Iglesia para orar tiene un libro en el que se contiene su plegaria, y este libro no es otro que el Breviario Romano. Toda alabanza, todo encomio, toda ponderación de este libro es insuficiente para expresar su verdadero valor. El Breviario es obra de la Iglesia, y es una obra tan excelsa y tan sublime, que ella sola constituye un monumento perenne de su sabiduría, de su celo por el culto con que debe ser honrado el Altísimo, y de su solicitud por el bien espiritual de sus hijos. Cuando la santa Iglesia pone en manos de sus hijos el Breviario, les dice de una manera practica y la mas elocuente: “Ahí tenéis el libro clásico de la plegaria, el libro que compendia vuestra instrucción religiosa, y el libro que os servirá admirablemente para mantener vivo el fervor divino en vuestras almas mediante la meditación de las verdades y los misterios de nuestra fe”.

Por lo mismo, si tuviésemos necesidad de dar una definición del Breviario, diríamos que es: “El libro clásico de la plegaria, de la instrucción y de la meditación”.

Lugar que ocupa el Oficio divino en la Liturgia.

Después del santo sacrificio de la Misa, centro de todo el culto católico, y de los Sacramentos, por los cuales se comunica la vida sobrenatural a las almas, la parte más culminante de la Liturgia la constituye el Oficio divino. Con el la Iglesia ha enriquecido a sus hijos con uno de los medios mas poderosos para la practica de la virtud de la religión. Esta tiene por objeto el culto de Dios, es decir, el honor que le es debido por su excelencia infinita. Ahora bien, este honor debido al Altísimo lo procuramos por medio de los actos de adoración, de acción de gracias, de impetración y de propiciación.

Examinando el contenido del Oficio divino, estudiando sus plegarias, sus himnos, sus alabanzas, sus cánticos, nos vemos obligados a reconocer que con el se confiesa y reconoce a Dios por supremo autor de todo lo creado; con el le damos gracias por los beneficios recibidos; le pedimos cuanto necesita la Iglesia, y procuramos aplacarles por las ofensas que se le hacen.

Por lo mismo, debemos reconocer que después del santo Sacrificio, el primer lugar de la liturgia lo ocupa el Oficio divino. No solo ocupa el lugar inmediato al santo Sacrificio, sino que el mismo es el sacrificium laudis, el sacrificio de alabanza, de que nos habla el Profeta Rey en los salmos. Y, dado que es verdadero-sacrificio de alabanza, esta de tal suerte unido con el sacrificio de la Santa Misa, que sin el, la misma función sacrificial, misión primera de la Iglesia, no podría realizarse. “El mismo sacrificio exterior, tal como lo regulan la ley natural y positiva, no puede consumarse sin la oración vocal. Esta dice con palabras lo que el sacrificio expresa con hechos: Adiungitur vocalis oratio quasi ad redd itionem d eb iti, dice santo Tomas. Como el rayo de luz blanca se descompone, al atravesar el prisma, en sus siete elementos primitivos, y manifiesta en el espectro su variada belleza, así las palabras de la oración explican a los sentidos la razón del sacrificio, y descomponen el acto único, de suerte que en todos los componentes pueda el ojo del alma y el corazón verle y considerarle en su profundo contenido’’.

Añádase a esto que la Iglesia es el mismo Cristo; es su cuerpo real y místico; es su plenitud: “Diole (a Cristo) el ser Cabeza de toda la Iglesia, que es su cuerpo y plenitud”. Y la vida de Cristo fue vida de oración; san Pablo nos lo presenta como Pontífice que, en su vida mortal, eleva su plegaria, que es oída. Misión de la Iglesia debía ser continuar la oración de su Cabeza, Cristo Jesús; al realizarla a través de los siglos, no ha hecho mas que cumplir los reiterados mandamientos de su Maestro y Fundador. Estas razones ponen ya de manifiesto lo que la oración representa en el campo de la Liturgia. Es la expresión publica y oficial del sentimiento religioso en la sociedad de los redimidos; la elevación colectiva de la espiritualidad de la Iglesia a su Dios. Es la alabanza, la acción de gracias, la petición de dones, que salen de los profundos senos de la sociedad cristiana y que cristalizan en formas que la Iglesia ha registrado en sus formularios de preces. La oración litúrgica es parte esencial de la Liturgia misma, puesto que es manifestación esencial del culto. En cierto sentido toda la Liturgia es oración, porque toda ella es una elevación continua a Dios; es el magnifico epitalamio en que se celebra la unión de la Esposa y el Esposo; unión de alabanza, de gratitud, de dones. Es la misma vida sobrenatural de la Iglesia que le viene de Dios por su Cabeza, Cristo, que hace vibrar lo mas profundo de sus entrañas, y que a Dios vuelve, exteriorizada en una forma oral, por la misma Cabeza: Per Christum Dominum nostrum.

Y como el Espíritu de Dios es el que vivifica la Iglesia, y El es quien fecunda su pensamiento, y pone en juego los resortes de su vida espiritual, y da elocuencia y sentido de Dios a sus palabras, podemos decir, aun prescindiendo de aquellas partes de la oración litúrgica que, tomadas de las divinas Escrituras, son la obra directa del Espíritu Santo, que la oración de la Iglesia es el divino formulario que el Espíritu de Dios ha puesto en boca de la Esposa del Cordero; y que este formulario no es mas que la traducción al lenguaje oral, de aquel “ espíritu de plegaria” que había prometido Dios difundiría entre los hijos de su reino” .

                                                              (Extracto del Oficio Divino de Gubianas)

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

SECUENCIA

A la victima pascual alabanzas inmolen los cristianos.

El Cordero redimió a las ovejas: Cristo, inocente, reconcilió con el Padre a los pecadores.

La muerte y la vida lucharon en duelo sublime; muerto el Rey de la vida, reina vivo.

Dinos, tú, María: ¿qué viste en el camino?

El sepulcro de Cristo viviente: y la gloria vi del resurgente.

Los testigos angélicos, el sudario y los vestidos.

Resucitó Cristo, mi esperanza; precederá a los suyos en Galilea.

Sabemos que Cristo ha resucitado realmente de entre los muertos; tú, victorioso Rey, ten piedad de nosotros. Amén. Aleluya.

EVANGELIO

Continuación del Santo Evangelio según San Marcos (XVI, 1-7).

En aquel tiempo María Magdalena y María, madre de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a ungir a Jesús. Y muy de mañana, al día siguiente del sábado, fueron al monumento salido ya el sol. Y decían entre sí: ¿Quién nos separará la piedra de la puerta del sepulcro? Y, mirando, vieron separada la piedra, que era muy grande. Y, entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con traje blanco, y se asustaron. Pero él las dijo: No os asustéis: buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí, he ahí el sitio donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro, que os precederá en Galilea; allí le veréis, como os lo dijo.

DOMINGO SEGUNDO DE PASION O DOMINGO DE RAMOS

SALIDA DE BETANIA. —

Jesús, dejando en Betania a su madre María, a Marta y a María Magdalena con su hermano Lázaro, se dirige, este día, muy de mañana, hacia Jerusalén, acompañado de sus discípulos. María se estremece al ver acercarse su hijo a sus enemigos que pretenden derramar su sangre; con todo eso no va hoy Jesús a Jerusalén a buscar la muerte sino el triunfo. Es necesario que el pueblo proclame rey al Mesías antes que éste sea crucificado; que, ante las águilas romanas, en presencia de los Pontífices y Fariseos, mudos de rabia y de estupor, resuenen las voces infantiles, confundidas entre los gritos de los ciudadanos en alabanza del Hijo de David.

CUMPLIMIENTO DEL VATICINIO. —

El Profeta Zacarías había predicho esta ovación preparada en la eternidad para el Hijo del hombre en vísperas de su humillación. «Alégrate con grande alegría, hija de Sión. Salta de júbilo, hija de Jerusalén; mira que viene a ti tu Rey, justo y salvador, humilde, montado en un asno, en un pollino hijo de asna». Viendo Jesús que había llegado la hora de cumplirse este oráculo manda a dos de sus discípulos que vayan y le traigan una asna y un pollino que encontrarán no lejos de allí. El Salvador se encontraba en Betíagé, situado en el monte de los Olivos. Los discípulos ponen inmediatamente en ejecución el mandato de su Maestro.

DOS PUEBLOS. —

Los Santos Padres nos han proporcionado la clave del misterio de estos dos animales. El asna representa el pueblo judío sometido al yugo de la Ley; «el pollino en el que, según el Evangelio, no había montado nadie todavía», representa a la gentilidad a quien nadie había subyugado aún. La suerte de ambos pueblos se decidirá dentro de unos días. El pueblo judío será desechado por no haber recibido al Mesías; en su lugar Dios elegirá al pueblo gentil, indómito hasta entonces, pero que se convertirá en dócil y fiel.

CORTEJO TRIUNFAL. —

Dos discípulos aparejan al pollino con sus vestidos; Jesús entonces, queriendo realizar el vaticinio del profeta, monta sobre el animal2 y se prepara de este modo a entrar en la ciudad. Mientras tanto en Jerusalén corre el rumor de que Jesús se aproxima. Inspirados por el Espíritu divino la turba de judíos reunidos en la ciudad de toda Palestina para celebrar en ella la Pascua, sale a recibirle con palmas y gritos clamorosos. El cortejo que iba acompañando a Jesús desde Betania, se confunde con esta multitud ferviente de entusiasmo; unos tienden sus vestidos por el camino, otros enarbolan ramos de palmera a su paso. Resuena el grito de «Hosanna» y recorre la ciudad la noticia de que Jesús, hijo de David entra en ella como Rey.

EL REINO MESIÁNICO. —

Así fue cómo Dios, ejerciendo su poder sobre los corazones, preparó, en la ciudad en que pocos días después sería pedida su sangre a gritos, un triunfo para su Hijo. Este día Jesús tuvo un momento de gloria y la Iglesia quiere que renovemos cada año el recuerdo de este triunfo del Hijo del hombre. Cuando nacía el Emmanuel, vimos llegar del lejano oriente a Jerusalén a los Magos en busca del Rey de los judíos, para adorarle y ofrecerle sus presentes; hoy es la misma Jerusalén la que sale a recibirle. Ambos acontecimientos tienen un mismo fin: reconocer a Jesucristo como Rey; el primero por parte de los gentiles, el segundo por parte de los judíos. Era menester que el Hijo  de Dios recibiese ambos tributos antes de su Pasión. La inscripción que Pilatos pondrá dentro de poco sobre la cabeza del Redentor: Jesús Nazareno, Rey de los judíos, será el carácter indispensable de su mesianismo. Inútiles serán los esfuerzos de los enemigos de Jesús para cambiar los términos del escrito; no lograrán su fin. «Lo que he escrito, escrito está», respondió el gobernador romano. Su mano confirmó, sin saberlo, las profecías. Israel proclama hoy a Jesús por su Rey; bien pronto será disperso en castigo de su perjurio; pero ese Jesús, a quien ha proclamado, permanecerá siempre Rey. De este modo se cumplió a Ja letra aquel mensaje del Angel que dijo a María anunciándole la grandeza del hijo que iba a concebir: «El Señor le dará el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob eternamente'». Jesús comienza en este día su reinado sobre la tierra; y como el primer Israel va a sustraerse de su cetro, un nuevo Israel, nacido del grupo fiel del antiguo, va a nacer, formado de gentes de todas las partes del mundo, y ofrecerá a Cristo el imperio más extenso que jamás ha ambicionado un conquistador. Tal es el misterio glorioso de este día en medio del duelo de la Semana de Pasión. La Iglesia en un momento de alegría en el que saludamos a Jesús como Rey. Ha organizado la liturgia de este día de tal forma que encierre en sí juntamente alegría y tristeza; la alegría al unirse a las aclamaciones con que resonó la ciudad de David; la tristeza volviendo en seguida al curso de su gemidos por los dolores de su Esposo divino. Todo el drama está dividido como en tres actos distintos, cuyos misterios e intenciones vamos a explicar uno tras otro.

LA BENDICION DE  LAS PALMAS.–

La bendición de las palmas o de los ramos, como vulgarmente se dice, es el primer rito que se desarrolla ante nuestra vista; y podemos juzgar de su importancia por la solemnidad que la Iglesia despliega en su celebración. Durante largos siglos diríase que iba a celebrarse la santa Misa sin otra intención que la de celebrar el aniversario de la entrada de Jesús en Jerusalén: Introito, Colecta, Epístola, Gradual, Evangelio, incluso el Prefacio, se sucedían como se hace para preparar la inmolación del Cordero sin mancha; pero después del triple Sanctus la Iglesia suspendía estas solemnes fórmulas y su ministro procedía a la santificación de los ramos que tenía delante. Ahora, después de la reciente reforma, después del canto de la antífona Hosanna, estas ramas de árbol, objeto de la primera parte de la función, reciben con una sola oración, acompañada de la incensación y de la aspersión del agua bendita, una virtud que los eleva al orden sobrenatural y los hace a propósito para ayudar a la santificación de nuestras almas y a la protección de nuestros cuerpos y de nuestras casas. Los fieles deben tener con respeto estos ramos en sus manos durante la procesión y colocarlos con honor en sus casas, como un signo de su fe y una esperanza en la ayuda divina.

ANTIGÜEDAD DEL RITO. —

No es necesario explicar al lector que las palmas y los ramos de olivo, que reciben en este momento la bendición de la Iglesia, se llevan en memoria de aquellos con que el pueblo de Jerusalén honró la marcha triunfal del Salvador, pero no está mal decir unas palabras sobre la antigüedad de esta costumbre.

Comenzó pronto en oriente y probablemente en Jerusalén desde que la Iglesia gozó de paz. En el siglo IV San Cirilo, obispo de esta ciudad, creía que la palmera que había suministrado sus ramos al pueblo que vino al encuentro de Cristo, existía todavía en el valle del Cedrón; nada más natural que tomar ocasión de esto para instituir un aniversario conmemorativo de este suceso. En el siglo siguiente se establece esta ceremonia, no solamente en las Iglesias orientales, sino también en los monasterios de que estaban llenos los desiertos de Egipto y de Siria. Al principio de cuaresma, muchos santos monjes obtenían de su Abad el permiso de internarse en lo más recóndito del desierto para pasar este tiempo en profundo retiro; pero debían volver al monasterio el domingo de Ramos, como se colige de la vida de San Eutimio escrita por su discípulo Cirilo. En occidente tardó bastante en establecerse este rito; el primer rastro que encontramos se halla en el Sacramentarlo Gregoriano que se remonta al final del siglo VI o principios del VII. A medida que la fe penetraba en el norte no era posible solemnizar esta ceremonia en toda su integridad pues la palmera y el olivo no arraigan en nuestro clima. Fue necesario reemplazarlas por ramos de otros árboles; mas la Iglesia no permitió cambiar nada de las oraciones prescritas para la bendición de estos ramos, pues los misterios expuestos en estas hermosas oraciones, tienen su fundamento en el olivo y la palma del relato evangélico, representados por nuestros ramos de boj y de laurel.

LA PROCESION.–

El segundo rito de este día es la célebre procesión que sigue a la bendición de los ramos.

Tiene por objeto representar la marcha del Salvador a Jerusalén y su entrada en esta ciudad; y, para que nada falte en la imitación del relato del Santo Evangelio, los Ramos que acaban de ser bendecidos son llevados por todos los que toman parte en esa procesión. Entre los judíos era una señal de regocijo llevar en la mano ramos de árboles; y la ley divina les autorizaba esta costumbre. Dios había dicho en el Levítico al establecerla festividad de los Tabernáculos: «El primer día tomaréis gajos de frutales hermosos, ramos de palmera, ramas de árboles frondosos, de sauces de la ribera, y os regocijaréis ante Yavé, vuestro Dios» Para testimoniar su entusiasmo por la llegada de Jesús ante los muros de la ciudad, los habitantes de Jerusalén, incluso los niños, recurrieron a esta gozosa demostración. Vayamos nosotros también delante de nuestro Rey y cantemos el Hosanna a este vengador de la muerte y liberador de su pueblo.

Durante la Edad Media, en muchas iglesias, se llevaba en esta procesión el libro de los Evangelios que representaba a Jesucristo cuyas palabras contenía. Designado de antemano un lugar y preparado para la estación, la Procesión se detenía: el diácono abría entonces el sagrado libro y cantaba el relato de la entrada de Jesús en Jerusalén. En seguida descubríase la Cruz que había permanecido velada hasta aquel momento; todo el clero se postraba ante ella solemnemente y cada uno depositaba a sus pies un fragmento del ramo que tenía en su mano. Se reanudaba la procesión precedida de la Cruz, descubierta, hasta que el cortejo entra en la iglesia. En Inglaterra y Normandía, desde el siglo XI, se practicaba un rito altamente representativo de la escena que tuvo lugar en este día en Jerusalén. En la procesión se llevaba triunfalmente la Sagrada Eucaristía. La herejía de Berengario que negaba la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía acababa de manifestarse en esta época. Y este triunfo de la Sagrada Forma era preludio lejano de la Institución de la festividad y procesión del Santísimo Sacramento. Siempre con la misma intención de renovar la costumbre evangélica, existe en Jerusalén otra costumbre en la procesión de Ramos. Toda la comunidad de Franciscanos que custodia los santos Lugares marchan de mañana a Betfagé. Allí el P. Guardián de Tierra Santa, vestido de pontifical, sube sobre un asno revestido con mantos, acompañado por los religiosos y católicos de Jerusalén, que llevan todos palmas, ingresa en la ciudad y baja hasta la puerta de la iglesia del Sto. Sepulcro donde se celebrará la Misa con toda pompa. Hemos reunido aquí, como de costumbre, los diferentes hechos con que puede elevarse la mente de los fieles en los variados misterios litúrgicos; estas manifestaciones de fe les ayudarán a comprender por qué la Iglesia quiere que, en la procesión de los Ramos, sea honrado Jesucristo como presente al triunfo que ella le otorga en este día. Busquemos por medio del amor «a este humilde y dulce Salvador que viene a visitar a la hija de Sión», como dice el profeta. Aquí está en medio de nosotros; a él se dirige el tributo de nuestros ramos; unámosle también el de nuestros corazones. Se presenta para ser nuestro Rey; acojámosle y digamos: Hosanna al hijo de David.

LA ENTRADA EN LA IGLESIA. —

Antiguamente, hasta la última reforma, el ñn de la procesión iba acompañado de una ceremonia llena de un profundo simbolismo. Al momento de entrar en la iglesia, el cortejo se hallaba con las puertas cerradas. La marcha triunfal se detenía; pero los cantos de alegría no se suspendían. Un himno especial a Cristo Rey resonaba a la puerta de la iglesia, con su alegre estribillo, hasta que el subdiácono golpeando con el asta de la cruz las puertas, conseguía que se abriesen, y el pueblo, precedido del clero, entraba aclamando al único que es la Resurrección y la vida. El fin de esta escena era rememorar la entrada del Salvador en otra Jerusalén, de la que la de la tierra no era sino figura. Esta Jerusalén es la patria celestial cuya entrada Jesucristo nos ha procurado. El pecado del primer hombre había cerrado sus puertas; pero Jesús, el Rey de la gloria, las abrió por la virtud de su Cruz, ante la cual no pudieron resistir. Este mismo canto, en honor de Cristo Rey, se ha conservado, pero la parada a la puerta de la iglesia ha quedado suprimida. Prosigamos, pues, tras los pasos del Hijo de David, puesto que él es el Hijo de Dios y nos invita a tomar parte en su reino. Así es como la Iglesia en la procesión de los Ramos que no es otra cosa que la conmemoración de los acontecimientos de aquel día, eleva nuestra mente al misterio de la Ascensión por el que se pone fin, en el cielo, a la misión del Hijo de Dios en la tierra. Pero ¡ay! los días intermedios entre ambos triunfos no son todos días de alegría, y antes que termine la procesión la Iglesia, que se ha levantado unos momentos de su tristeza, vuelve a gemir continuamente.

LA MISA.–

La tercera parte de la función de hoy es el santo sacrificio. Todas sus melodías están rebosantes de desaliento; la lectura de la Pasión, que va a tener lugar en seguida, señala el punto culminante de la jornada. En el siglo V o VI la Iglesia adoptó para el relato un recitado especial que se convirtió en un verdadero drama. Primeramente el Cronista que relata los hechos de un modo grave y patético; Cristo, en cambio, tiene un acento noble y suave que contrasta vivamente con el tono elevado de los demás interlocutores y con los gritos del pueblo judío. En el momento en que El se deja pisotear por los pecadores, llevado del amor que nos tiene, entonces es cuando nosotros debemos gritar que es nuestro Dios y nuestro Rey soberano. Estos son los ritos generales de este gran día; parala completa inteligencia de las oraciones y lecturas insertamos, como solemos, todos los detalles necesarios.

NOMBRES DADOS A ESTE DÍA. —

Este domingo, además de su nombre litúrgico y popular de Domingo de Ramos o de Palmas, tiene el de Domingo del Hosanna, a causa del grito triunfal con que los judíos saludaron la llegada de Jesús. Nuestros padres le llamaron Domingo de Pascua florida, porque Pascua que se celebrará dentro de ocho días, está hoy como en flor y los fieles pueden empezar el cumplimiento pascual de la comunión anual desde este momento. Los españoles, al descubrir el Domingo de Ramos de 1513 el vasto territorio vecino de México le dieron el nombre de Florida en recuerdo de esta denominación. También se llama a este domingo Capitilavium, es decir lava-cabezas porque en los siglos medievales, los padres lavaban la cabeza de sus hijos nacidos en los meses anteriores cuyo bautismo podían retrasar sin peligro hasta el Sábado Santo, con el fin de que este día estuvieran decentes para ser ungidos con el Santo Crisma. En épocas anteriores este domingo recibió, en algunas iglesias, el nombre de Pascua de los Competentes. Se llamaba competentes a los catecúmenos admitidos al bautismo. Se reunían hoy en la Iglesia y se les explicaba detenidamente el símbolo que les habían explicado en el precedente escrutinio. En la Iglesia mozárabe española se les explicaba sólo este día. Por fin, los griegos le designaron con el nombre de Baiphore, es decir Porta-Palma.

MISA.—

La Estación, en Roma, se celebraba en la Basílica de Letrán, madre y maestra de todas las demás iglesias; con todo, hoy, la función papal se realiza en San Pedro. Esta derogación no va en perjuicio de los derechos de la Archi-Basílica que antiguamente, recibía el honor de la presencia del Sumo Pontífice, y que ha conservado las indulgencias concedidas a aquellos a quienes la visitan hoy.

INTROITO

Señor, no alejes tu auxilio de mí: atiende a mi defensa: líbrame de la boca del león, y salva mi vida del cuerno de los unicornios. — Salmo: Oh Dios, Dios mío, mira hacia mí: ¿por qué me has desamparado? Las voces de mis delitos me alejan de mi salud. — Señor, no alejes…

En la colecta la Iglesia pide para todos la gracia de imitar la paciencia y la humildad del Salvador. Jesucristo sufre y se abaja por el hombre pecador; es justo que el hombre se aproveche de este ejemplo y procure su salvación por los medios que le da a conocer la conducta del Salvador.

En la misa solemne el preste se acerca al altar y, omitiendo el salmo Iúdicame , Deus, y el Confíteor, sube inmediatamente al altar, lo besa en el centro y lo inciensa.

COLECTA

Omnipotente y sempiterno Dios, que, para ofrecer al género humano un ejemplo de humildad, hiciste que nuestro Salvador tomase carne y padeciese la cruz: concédenos propicio la gracia de comprender las lecciones de su paciencia y de participar de su resurrección. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

EPISTOLA

Lección de la Epístola del Apóstol San Pablo a los Filipenses (II, 5-11).

Hermanos: Sentid de vosotros como Cristo Jesús de sí mismo: el cual, siendo de la misma naturaleza de Dios, no creyó que era una rapiña el ser igual a Dios: y, a pesar de ello, se despojó de sí mismo, tomando la forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres, y hallado en lo exterior como hombre. Se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, hasta la muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó, y le dio un nombre, que es sobre todo nombre: (aquí se arrodilla) para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los infiernos, y toda lengua confiese que el Señor, Jesucristo, está en la gloria de Dios Padre.

HUMILLACIÓN Y GLORIA DE JESÚS. —

La Iglesia prescribe que doblemos la rodilla en el trozo de esta Epístola en que el Apóstol dice que todo ser creado debe humillarse al pronunciar el nombre de Jesús. Acabamos de cumplir esta prescripción. Comprendamos que si hay alguna época en el año en que el Hijo de Dios tenga derecho a nuestras más profundas adoraciones, es justamente esta en que su Majestad es violada y en que le vemos pisoteado por los pecadores. Nuestros corazones deben necesariamente enternecerse y compadecerse al contemplar los dolores que sufre por nosotros. Pero no debemos sentir menos los ultrajes y las indignidades de que es colmado aquel que es igual al Padre y Dios como él. Démosle, al menos mientras estamos unidos a él, por medio de nuestras humillaciones, la gloria de que se ha despojado para reparar nuestro orgullo y nuestra rebeldía y unámonos a los santos ángeles que, testigos de todo lo que ha aceptado por amor al hombre, se anonadan profundamente tanto más cuanto ven la ignominia a la que se redujo.

En el Gradual la Iglesia se sirve de las palabras del Real Profeta que predice la grandeza futura de la víctima del Calvario pero que, al mismo tiempo, confiesa cómo había desgarrado su alma la seguridad con que los judíos cometerían el deicidio.

GRADUAL

Tuviste mi mano derecha: y me guiaste según tu voluntad: y me recibiste con gloria. V. ¡Qué bueno es el Dios de Israel para los rectos de corazón! Mis pies casi vacilaron, casi se extraviaron mis pasos: porque envidié a los pecadores, al ver la paz de los malvados.

El Tracto lo constituye una parte considerable del Ps. XXI de cuyas primeras palabras Jesucristo se sirvió en la Cruz y que es más una historia de la Pasión que una profecía; tan claras y evidentes son sus alusiones.

TRACTO

Oh Dios, Dios mío, mira hacia mí: ¿por qué me has desamparado? V. Las voces de mis delitos me alejan de mí la salud. V. Oh Dios mío, clamaré durante el día, y no me oiréis: y durante la noche, y no habrá para mí descanso. V. Pero tú habitas en el santuario, eres la alabanza de Israel. V. En ti esperaron nuestros padres: esperaron, y los libertaste. V. A ti clamaron, y se salvaron: en ti confiaron, y no fueron confundidos. V. Pero yo soy un gusano, y no un hombre: el oprobio de los hombres, y la abyección de la plebe. V. Todos los que me ven, me desprecian: estiran los labios, y mueven la cabeza (diciendo): V.  Ha esperado en el Señor, líbrele ahora: sálvele, si es que le quiere. V. Ellos me observaron y contemplaron, dividieron entre sí mis vestiduras, echaron a suertes mi túnica. V. Líbrame de la boca del león: y salva mi vida del cuerno de los unicornios. V. Los que teméis al Señor, alabadle: raza toda de Jacob, engrandécele. V. Pertenecerá al Señor la generación venidera: y pregonarán los cielos su justicia. V. Al pueblo que nacerá, que hizo el Señor.

Ya es hora de oír el relato de la pasión de nuestro Salvador. La Iglesia lee la narración de los cuatro evangelios en cuatro días diferentes de esta semana. Comienza hoy con la de San Mateo, el primero que escribió la narración de la vida y muerte del Salvador. A. causa de su extensión no ponemos el texto de los cuatro relatos de la Pasión que todos pueden encontrar en su Misal.

El Ofertorio es una nueva profecía de David. Anuncia el abandono del Mesías en medio de sus congojas y la ferocidad de sus enemigos que para saciar su hambre le darán a beber hiel y vinagre. De este modo fue tratado aquel que nos da su cuerpo para comida y su sangre para bebida.

OFERTORIO

Improperio y miseria sufrió mi corazón: y esperé a que alguien se contristase conmigo, y no le hubo: busqué a uno, que me consolara, y no le hallé: y medieron de comida hiel, y en mi sed me abrevaron con vinagre.

En la Secreta se pide a Dios el doble fruto de la Pasión para sus siervos: la gracia en esta vida y la gloria en el cielo.

SECRETA

Te suplicamos, Señor, hagas que el don ofrecido a los ojos de tu Majestad nos obtenga la gracia de la devoción, y nos adquiera el efecto de la dichosa perennidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

En la antífona de la Comunión, la Iglesia, que acaba de sumir con el cáliz de la salud, la vida de Cristo, hace alusión a aquel otro cáliz que Cristo bebió para hacernos partícipes de la bebida de la inmortalidad.

COMUNION

Padre, si no puede pasar este cáliz sin que yo le beba, hágase tu voluntad.

La Iglesia pone fin a las súplicas del sacrificio que acaba de ofrecer implorando el perdón de los pecados para todos sus hijos, y el cumplimiento del deseo que tienen de tomar parte en la gloriosa resurrección del Hombre Dios.

POSCOMUNION

Haz, Señor, que, por la virtud de este Misterio, sean purificados nuestros pecados y se cumplan nuestros anhelos. Por el Señor.

LÁGRIMAS DE JESÚS. —

Pongamos fin a esta jornada del Redentor en la ciudad de Jerusalén recordando algunos otros hechos de importancia.San Lucas nos enseña que durante la marcha triunfal de Jesús hacia la ciudad ocurrió que antes de entrar en ella Cristo comenzó a llorarsobre Jerusalén, y desahogó su dolor en estos términos: «¡Oh si al menos en este día conocieseslo que podría darte la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos, porque días vendrán sobre ti,y te rodearán de trincheras tus enemigos, y te cercarán y te estrecharán por todas partes y te echarán por tierra a ti y a los hijos que tienes dentro, y no dejarán piedra sobre piedra por no haber conocido el tiempo de tu visita»‘. Hace unos días el santo Evangelio nos mostró a Jesús llorando ante la tumba de Lázaro; hoy vuelve a derramar lágrimas al contemplar a Jerusalén.En Betania lloraba al pensar en la muerte del  cuerpo, castigo del pecado; pero esta muerte tiene remedio. Jesús es «la resurrección y la vida,y aquel que cree en él no morirá para siempre» El estado de Jerusalén en cambio, es una figura de la muerte espiritual; y esta muerte no tiene remedio, si el alma no viene a tiempo al autor de la vida. He aquí por qué las lágrimas que Jesús derrama hoy se hacen tan amargas.En medio de las aclamaciones de que es objeto al entrar en la ciudad de David, su corazón está oprimido por la tristeza; porque sabe él mejor que nadie «que no conocieron el tiempo de su visita». Consolemos al corazón del Redentor y hagámonos su ciudad fiel.

                                                    (Del año litúrgico de Dom Prosper Gueranger)

MARTIRES DE LA IGLESIA

7 DE ABRIL

BEATOS ALEJANDRO RAWLINS y ENRIQUE WALPOLE,

MÁRTIRES (1595 P.C.)

Alejandro Rawlins, sacerdote diocesano y Enrique Walpole, jesuita, sufrieron juntos el martirio en 1595. Ambos eran de buena familia; el primero había nacido entre Worcestershire y Gloucestershire; el segundo en Norfolk. Según parece, Rawlins entró directamente al Colegio Inglés de Reims con intención de prepararse para el sacerdocio. Walpole estudió leyes en Cambridge y vivió en Gray’s Inn. Dándose cuenta de que las autoridades sospechaban de él y sintiéndose llamado al sacerdocio, fue primero a Reims y luego a Roma, donde ingresó en la Compañía de Jesús. Después de sus últimos votos, fue como misionero a Lorena y más tarde a los Países Bajos; ahí los calvinistas le tuvieron prisionero durante un año. Cuando salió de la prisión, pidió a sus superiores que le mandasen a la misión de Inglaterra, pero éstos le nombraron profesor de inglés en los seminarios de Sevilla y de Valladolid. Después fue nuevamente a misionar en Flandes. Finalmente, recibió de sus superiores la autorización de partir a Inglaterra. Desembarcó en Flamborough Head, el 4 de diciembre de 1593; menos de veinticuatro horas más tarde, fue arrestado y trasladado a York.

En los interrogatorios el P. Walpole confesó abiertamente que era sacerdote de la Compañía de Jesús y que había ido a Inglaterra a salvar almas. De York fue enviado a la Torre de Londres, donde le torturaron catorce veces. Según denunció a nadie ni abjuró de la fe. La crueldad del verdugo Topcliffe era tan grande, que uno de los carceleros, compadecido del beato, le dio un colchón de paja y avisó a sus amigos que el P. Walpole no tenía ni cama, ni cobertores, a pesar del frío del invierno. Al cabo de un año de prisión, el P. Walpole fue nuevamente trasladado a York. El juicio tuvo lugar a mediados de la cuaresma, y el beato fue condenado a muerte por delito de traición. Los jueces condenaron al mismo tiempo al P. Rawlins, quien había ejercido el ministerio sacerdotal en Inglaterra desde marzo de 1590, inmediatamente después de su ordenación y había sido arrestado por la época en que el P. Walpole volvió de la Torre de Londres al castillo de York. Fueron conducidos al sitio de la ejecución en el mismo carro; pero, para que no tuviesen el consuelo de hablarse, los verdugos coloraron la cabeza del uno entre las piernas del otro. El Beato Alejandro Rawlins fue ejecutado primero. Aunque los verdugos le obligaron a presenciar el bárbaro martirio de su compañero, el Beato Enrique Walpole demostró el mismo valor que su hermano en el sacerdocio.

BEATOS EDUARDO OLDCORNE y RODOLFO ASHLEY,

MÁRTIRES (1606 P.C.)

Eduardo Oldcorne había nacido en York. Hizo sus estudios eclesiásticos primero en Reims y después en Roma. Seis años después de su llegada a la Ciudad Eterna, fue ordenado sacerdote para ir a la misión de Inglaterra. Como tenía gran deseo de entrar en la Compañía de Jesús, el P. Aquaviva, teniendo en cuenta lo peligroso de su misión, le admitió sin los dos años de noviciado. El P. Oldcorne desembarcó en Inglaterra con el P. Gerard. Inmediatamente después se separaron, y el P. Oldcorne se dirigió a Worcester. Ahí trabajó diecisiete años con el nombre de Hall; escapó varias veces, casi milagrosamente, de los perseguidores, reconcilió con la Iglesia a muchos católicos y convirtió a numerosos protestantes. Entre éstos se contaba a Dorotea Abington, dama de honor de la reina Isabel y hermana de un caballero católico, en cuya casa vivió el P. Oldcorne durante su estancia en Worcestershire. La «conspiración de la pólvora» levantó una ola de hostilidad contra los católicos; las autoridades publicaron un decreto contra el P. Garnet, superior de los jesuitas ingleses, a quien consideraban envuelto en la conspiración. El P. Garnet se refugió en Henlip, junto con el P. Oldcorne. Con la esperanza de salvar la vida, un prisionero católico denunció el escondite de los dos sacerdotes. El P. Oldcorne fue conducido a Worcester y después a la Torre de Londres. Aunque le torturaron cinco veces en el potro, el mártir declaró firmemente que no había participado en la «conspiración de la pólvora» ni había estado al tanto de ella. A pesar de eso, los  jueces le condenaron a ser colgado, arrastrado y descuartizado. Junto con él, fue martirizado su criado, Rodolfo Ashley, hermano lego de la Compañía de Jesús, cuya única acusación era haber estado al servicio del P. Oldcorne.

Lillleton, el hombre que había denunciado al P. Oldcorne y por cuyo testimonio se condenó al mártir, pidió públicamente perdón de su traición y murió con los dos jesuitas. El Beato Eduardo fue descuartizado vivo; sus miembros fueron expuestos al público en las puertas de la ciudad.

Fuente: La vida de los Santos de Butler

PRIMER DOMINGO DE PASIÓN

DOMINGO DE PASION

«Si oís, hoy, la voz del Señor, no endurezcáis vuestros corazones.»

ENSEÑANZA DE LA LITURGIA. —

La Iglesia da comienzo hoy en el oficio de la noche por estas graves palabras del Rey profeta. Antiguamente, los fieles consideraban un deber el asistir a los oficios nocturnos al menos los domingos y días festivos; tenían en mucho el no perder las enseñanzas que encierra la Liturgia. Pero los siglos pasaron y la casa de Dios no era frecuentada con la asiduidad que constituía el gozo de nuestros padres. Poco a poco se fueron perdiendo las costumbres y el clero dejó de celebrar públicamente los oficios que no eran concurridos.

Fuera de los cabildos y monasterios no se oye ya el conjunto tan armonioso de la alabanza divina, y las maravillas de la Liturgia sólo son conocidas de una manera incompleta.

LLANTO DEL SEÑOR. —

Por esta razón nos hemos movido a poner ante la consideración de nuestros lectores ciertos rasgos de algunos ofi cios que de otro modo quedarían para ellos como si no existiesen. ¿Qué más propio hoy para movernos que este aviso, tomado de David, que la Iglesia nos dirige y que repetirá en todos los maitines hasta el día de la Cena del Señor? Pecadores, nos dice, este día en que se deja oír la voz lastimera del Redentor, no seáis enemigos de vosotros mismos, dejando vuestros corazones endurecidos. El Hijo de Dios os da la última y la más viva muestra del amor por el cual descendió del cielo; su muerte está cercana; ya se prepara el madero en el que será inmolado el nuevo Isaac; entrad en vosotros mismos y no permitáis, que vuestro corazón conmovido, tal vez, un momento, vuelva a su dureza ordinaria. Habría en ello el mayor de los peligros. Estos aniversarios tienen la virtud de renovar a las almas cuya fidelidad coopera a la gracia que les ha sido ofrecida; mas acrecienta la insensibilidad en aquellos que los pasan sin arrepentirse. «Si, pues, oís hoy la voz del Señor no endurezcáis vuestros corazones.«

ULTIMOS DÍAS DE LA VIDA PÚBLICA DE JESÚS. —

Durante las semanas precedentes hemos visto crecer cada día la malicia de los enemigos del Salvador. Su presencia, su vista les irrita y se siente que este odio reprimido aguarda el momento propicio para estallar. La bondad, la dulzura de Jesús continúa seduciendo las almas puras y rectas; al mismo tiempo la humildad de su vida y la inflexible pureza de doctrina humilla más y más al judío soberbio que sueña con un Mesías conquistador, y al fariseo que no tiene escrúpulos en traspasar las leyes para hacer de ellas un instrumento de sus pasiones. Sin embargo, Jesús continúa el curso de sus milagros; sus discursos están llenos de energía desconocida; sus profecías amenazan a la ciudad y al templo famoso de los que no quedarán piedra sobre piedra. Los doctores de la ley deberían, al menos reflexionar, examinar sus obras maravillosas que dan testimonio al Hijo de David, y releer tantos oráculos divinos cumplidos hasta ahora con la más absoluta fidelidad. ¡Ay! estos oráculos se deben cumplir hasta la última tilde. David e Isaías no hicieron sino predecir las humillaciones y los dolores del Mesías, que estos hombres ciegos no durarán en realizar.

OBSTINACIÓN DE LA SINAGOGA Y DEL PECADOR. —

En ellos se cumple esta palabra: «al que blasfema contra el Espíritu Santo, no se le perdonará el pecado ni en esta vida ni en la otra'». La Sinagoga corre a la maldición. Obstinada en su error, no quiere escuchar, ni ver nada; ha torcido su juicio a su gusto; ha apagado en sí misma la luz del Espíritu Santo y vamos a verla descender por todos los grados de la aberración hasta el abismo. Triste espectáculo que se encuentra todavía, con mucha frecuencia, en nuestros días, en los pecadores que a fuerza de resistir a la luz de Dios, ¡acaban por encontrar reposo en las tinieblas! Y no nos extrañemos de encontrar en otros hombres la conducta que observamos en los actores del drama que se va a cumplir. La historia de la Pasión del Hijo de Dios nos proporcionará más de una lección sobre los secretos del corazón humano y sus pasiones.

No puede ser de otra manera; porque lo que ocurre en Jerusalén se renueva en el corazón del pecador. Este corazón es un Calvario, sobre el que según el Apóstol, Jesucristo es sacrificado con frecuencia. La misma ingratitud, la misma ceguera, el mismo furor; con la diferencia de que el pecador, cuando es iluminado por la fe, conoce a quien crucifica, mientras que los judíos, como dice San Pablo, no conocían como nosotros al Rey de la gloria 1a quien clavamos en la Cruz. Siguiendo los relatos evangélicos que de día en día, van a ponerse ante nuestros ojos, deben indicarnos que nuestra indignación contra los judíos debe tornarse también contra nosotros y nuestros pecados. Lloremos los dolores de nuestra víctima, a la que nuestros pecados han obligado a soportar, tal sacrificio.

LA OCULTACIÓN DE JESÚS. —

En este momento todo convida al duelo. Sobre el altar, ha desaparecido hasta la Cruz bajo un velo y las imágenes de los santos están cubiertas; la Iglesia está a la expectativa de la más grande desgracia. Sólo nos recuerda en este tiempo la penitencia del Hombre-Dios; y tiembla pensando en los peligros de que está rodeado. Muy pronto leeremos en el Evangelio que el Hijo de Dios ha estado apunto de ser lapidado como un blasfemo; pero su hora no había llegado aún. Tuvo que huir y esconderse. ¡Todo un Dios se esconde para huir de la cólera de los hombres! ¡Qué contraste! ¿Será por debilidad o por miedo a la muerte? Sólo pensarlo sería una blasfemia; no tardaremos en verle presentarse ante sus enemigos. Si ahora evita el furor de los judíos es por no haberse cumplido aún lo que dijeron los profetas sobre El. Por otra parte no debe morir a pedradas sino sobre el madero maldito que, en adelante, se convertirá en el árbol de la vida.

ADÁN Y JESÚS. —

Humillémonos, al ver que el Creador del cielo y de la tierra tiene que substraerse a las miradas de los hombres, para huir de su cólera. Pensemos en el día del primer crimen en el que Adán y Eva, pecadores, se escondieron también por que se vieron desnudos. Jesús ha venido para darles la seguridad del perdón: y he aquí que se oculta; no por que esté desnudo, El que es para sus Santos el vestido de santidad y de inmortalidad, sino por que se ha hecho débil, para darnos fortaleza. Nuestros primeros padres quisieron esconderse de la mirada de Dios; Jesús se oculta ante los hombres; pero no será siempre así. Día vendrá en que los pecadores, ante quienes parece que huye hoy, suplicarán a las rocas y montañas, que caigan sobre ellos y les sustraigan de su vista; pero su petición será estéril. «Verán al Hijo del hombre sentado sobre las nubes del cielo, con poderosa y soberana majestad».

Este Domingo se llama Domingo de Pasión porque la Iglesia comienza hoy a ocuparse especialmentede los sufrimientos del Redentor.Se le llama también Domingo Júdica, por comenzarcon esta palabra el Introito de la Misa; finalmenteDomingo de la Neomenia es decir de laluna nueva pascual por que siempre cae despuésde la luna nueva que sirve para fijar la fiestade la Pascua.En la iglesia griega, este Domingo, no tieneotro nombre que el Domingo V de los Santos Ayunos.

MISA

En Roma la estación se celebra en la basílica de S. Pedro. La importancia de este Domingo, que no cede su puesto a ninguna otra fiesta, por solemne que sea, exigía que la reunión de los fieles tuviese lugar en uno de los más augustos santuarios de la ciudad eterna.

El Introito está compuesto del Salmo XLII. El Mesías implora el juicio de Dios y protesta contra la sentencia que los hombres van a dictar contra él. Demuestra al mismo tiempo su esperanza en el socorro de su Padre, que después de la prueba le admitirá triunfante en su gloria.

INTROITO

Júzgame tú, oh Dios, y separa mi causa de la de un pueblo no santo: líbrame del hombre inicuo y falaz: porque tú eres mi Dios y mi fortaleza.-—Salmo: Envía tu luz, y tu verdad: ellas me guiarán, y conducirán hasta tu santo monte, y hasta tus tabernáculos.— Júzgame tú…

En adelante sólo se dice Gloria Patri en las Misas de las fiestas; pero se repite el Introito. En la Colecta, la Iglesia pide para sus fieles la completa reforma que el santo tiempo de Cuaresma está llamado a reproducir, y que debe someter a la vez los sentidos al espíritu y preservar a éste de las ilusiones y seducciones a que ha estado muy sujeto hasta ahora.

COLECTA

Te suplicamos, oh Dios omnipotente, mires propicio a tu Familia: para que, con tu ayuda, sea regida en el cuerpo y, con tu protección sea custodiada en el alma. Por el Señor.

Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Hebreos.

Hermanos: Cristo el es Pontífice de los bienes futuros, el cual penetró una vez en el santuario a través de un tabernáculo más amplio y perfecto, no hecho a mano, es decir, no de creación humana, y no con la sangre de cabritos y toros, sino por medio de su propia sangre, después de haber obrado la Redención eterna. Si, pues, la sangre de cabritos y de toros, y la aspersión de la ceniza de la ternera (sacrificada) santifican con la limpieza de la carne a los manchados: ¿cuánto más la Sangre de Cristo, que se ofreció a sí mismo inmaculado a Dios, por medio del Espíritu Santo, purificará nuestra conciencia de las obras muertas, para servir al Dios viviente? Por eso es El el Mediador del Nuevo Testamento: a fin de que, por su muerte, ofrecida en redención de las prevaricaciones cometidas bajo el Viejo Testamento, reciban los llamados la prometida y eterna herencia en Jesucristo. Nuestro Señor.

LA SALVACIÓN EN LA SANGRE DE UN DIOS. •—

El hombre sólo puede ser rescatado, por la sangre. La divina majestad ultrajada sólo se aplacará por el exterminio de la criatura rebelde cuya sangre derramada sobre la tierra con su vida dará testimonio de su arrepentimiento y de su completa sumisión ante aquel contra quien se rebeló. De otro modo la justicia de Dios se compensará por el suplicio eterno del pecador. Todos los pueblos así lo han entendido, desde la sangre de los corderos de Abel hasta la que corría a torrentes en las hecatombes de Grecia, y en las innumerables inmolaciones con que Salomón inauguró la dedicación del templo. Sin embargo, dice Dios: «Escucha, Israel, yo soy tu Dios. No te reprendo por tus sacrificios: pues tengo siempre ante mí tus holocaustos; yo no tomo de tu casa el recental, ni de tus rebaños tus carneros. ¿Acaso no son míos todos estos animales? Si tuviera hambre no acudiría a ti, porque mío es el mundo y todo lo que contiene. ¿Es que tengo que comer carne de tus toros, o tendré que beber sangre de tus cabritos?’.» Así Dios ordena los sacrificios sangrientos, y declara que no son nada a sus ojos. ¿Hay contradición? No: Dios quiere a la vez que el hombre entienda que no puede ser rescatado más que por la sangre, y que la sangre de los animales es muy grosera para obrar este rescate. ¿Será la sangre del hombre la que aplaque la justicia divina? De ningún modo: la sangre del hombre es impura y está manchada; además es incapaz de compensar el ultraje hecho a Dios. Es necesaria la sangre de un Dios. Y Jesús se ofrece a derramar la suya. En El va a cumplirse la mayor figura de la ley antigua. Una vez al año, el sumo Sacerdote entraba en el Santa-Santorum, a orar por el pueblo. Se ponía detrás del velo, de cara al Arca Santa; se le otorgaba este favor con la condición de que entrase en este sagrado recinto llevando en sus manos la sangre de la víctima que acababa de inmolar. Estos días, el Hijo de Dios Sumo Sacerdote por antonomasia, va a hacer su entrada en el cielo, y nosotros iremos en pos de El; mas se necesita para esto que se presente con sangre, y esta sangre no puede ser otra que la suya. Vamos a ver cumplir esta prescripción divina. Abramos pues, nuestros corazones, a fin de que «los purifique de las obras muertas, como nos acaba de decir el Apóstol, y sirvamos en lo sucesivo al Dios vivo.»

El Gradual está tomado del Salterio; el Salvador pide verse libre de sus enemigos y apartado de la rabia de un pueblo amotinado contra El; pero al mismo tiempo acepta cumplir la voluntad de su Padre, por quien será vengado.

GRADUAL

Líbrame, Señor, de mis enemigos: enséñame a cumplir tu voluntad. Tú, Señor, que me has librado de las gentes iracundas, me exaltarás sobre los que se levanten contra mí: me librarás del hombre inicuo.

En el Tracto, sacado del mismo texto, el Mesías, con el nombre de Israel, se queja del furor de los judíos que le han perseguido desde su juventud, y se apresuran a hacerle sufrir cruel flagelación. Anuncia a la vez los castigos que el deicidio atraerá sobre ellos.

TRACTO

Mucho me han angustiado desde mi juventud. V. Dígalo ahora Israel: mucho me han angustiado desdemi juventud. V. Mas no prevalecieron contra mí:sobre mis espaldas araron los pecadores. V. Prolongaronsus iniquidades: pero el Señor cortó las cervicesde los pecadores.

EVANGELIO

Continuación del santo Evangelio Según S. Juan.

En aquel tiempo, decía Jesús a las turbas de los judíos: ¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Si os digo la verdad, ¿por qué no me creéis? El que es de Dios, oye las palabras de Dios. Pero vosotros no las oís, porque no sois de Dios. Respondieron entonces los judíos, y dijéronle: ¿No decimos con razón que eres un samaritano, y que tienes el demonio? Respondió Jesús: Yo no tengo el demonio, sino que glorifico a mi Padre, y vosotros le deshonráis. Pero yo no busco mi gloria: hay quien la busque, y la juzgue. En verdad, en verdad os digo: Si alguien observare mis palabras, no morirá eternamente. Dijéronle entonces los judíos: Ahora conocemos que tienes el demonio. Abraham murió, y también los Profetas: y tú dices: Si alguien observare mis palabras, no morirá eternamente. ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Abraham, que murió? Y los profetas también murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo? Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no es nada: es mi Padre quien me glorifica, el que vosotros llamáis Dios vuestro, y no le habéis conocido: pero yo le he conocido: y, si dijera que no le he conocido, sería semejante a vosotros, mentiroso. Pero yo le conozco, y observo sus palabras. Abraham, vuestro Padre, anheló ver mi día: lo vió, y se alegró. Dijéronle entonces los judíos: ¿Aun no tienes cincuenta años, y viste a Abraham? Díjoles Jesús: En verdad, en verdad os digo: Antes de que Abraham existiera, ya existía yo. Tomaron entonces piedras, para lanzarlas contra El: pero Jesús se escondió, y salió del templo.

ENDURECIMIENTO DE LOS JUDÍOS. —

El furor de los judíos ha llegado al colmo, y Jesús se ve obligado a huir ante ellos. Pronto le matarán; mas ¡qué diferente es su suerte de la suya! Por obediencia a los decretos de su Padre celestial, por amor a los hombres, se entregará en sus manos, y le darán muerte, pero saldrá victorioso del sepulcro; subirá a los cielos, e irá a sentarse a la diestra de su Padre. Ellos, por el contrario, después de saciar su furor dormirán sin remordimientos hasta el terrible despertar que les está preparado. Se palpa que la reprobación de estos hombres será eterna. Ved con qué severidad les habla el Salvador: «Vosotros no escucháis la palabra de Dios porque no sois de Dios.» No obstante esto hubo un tiempo en que fueron de Dios: porque el Señor da a todos su gracia; pero ellos han hecho estéril esta gracia; se agitan en las tinieblas y ya no verán la luz que han rechazado. «Decís que Dios es vuestro Padre; pero no le conocéis.» A fuerza de desconocer al Mesías, la Sinagoga ha llegado a no conocer también al mismo Dios único y soberano, cuyo culto la enorgullece; en efecto, si conociese al Padre, no rechazaría al Hijo. Moisés, los Salmos, los Profetas, son para ella letra muerta, y estos libros divinos pasarán muy pronto entre las manos de los pueblos, que sabrán leerlos y comprenderlos. «Si yo dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros.» Por la dureza del lenguaje de Jesús se adivina ya la cólera del juez que bajará el último día para estrellar contra la tierra la cabeza de los pecadores. «Jerusalén no conoció el tiempo de su visita; el Hijo de Dios salió a su encuentro y tiene ella la desvergüenza de decirle que está poseído del demonio.»

Echa en cara al Hijo de Dios al Verbo eterno, que prueba su origen por los prodigios más evidentes, que Abrahán y los Profetas son mayores que El. ¡Extraña ceguera que procede del orgullo y de la dureza de corazón! La Pascua está próxima; estos hombres comerán religiosamente el cordero simbólico; saben que este cordero es una figura que debe realizarse. El cordero verdadero será inmolado por sus manos sacrílegas y no lo reconocerán. La sangre derramada por ellos no les salvará. Su desgracia nos lleva a pensar en tantos pecadores endurecidos para los cuales la Pascua de este año será tan estéril de conversión como los años precedentes; redoblemos nuestras oraciones por ellos, y pidamos que la sangre divina que pisan con los pies no clame contra ellos delante del trono del Padre celestial.

En el Ofertorio, el cristiano, lleno de confianza en los méritos de la sangre que le ha rescatado hace suyas las palabras de David para alabar a Dios, y para reconocerle como autor de la vid a nueva cuya fuente inagotable es el sacrificio de Jesucristo.

OFERTORIO

Te alabaré, Señor, con todo mi corazón: retribuye a tu siervo: viva yo, y guarde tus palabras: vivifícame, según tu palabra, Señor. El sacrificio del Cordero sin mancilla ha producido en el pecador dos efectos; ha roto sus cadenas y le ha hecho objeto de las complacencias del Padre celestial.

La Iglesia pide en la secreta, que el sacrificio que va a ofrecer para reproducir el de la Cruz, obtenga en nosotros los mismos resultados.

SECRETA

Te suplicamos, Señor hagas que estos presentes nos libren de los vínculos de nuestra depravación y nos grangeen los dones de tu misericordia. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

La antífona de la comunión está formada de las mismas palabras con que Jesucristo instituyó el sacrificio que se acaba de celebrar en el cual el sacerdote y los fieles participan en memoria de la Pasión cuyo recuerdo y mérito infinito ha renovado.

COMUNION

Este es el Cuerpo que será entregado por vosotros; este Cáliz es el Nuevo Testamento en mi Sangre, dice el Señor: haced esto en memoria mía cuantas veces lo tomareis.

En la poscomunión, la Iglesia pide a Dios conserve en los fieles los frutos de la visita que se ha dignado hacerle, entrando en ellos por la participación en los sagrados misterios.

POSCOMUNION

Asístenos, Señor, Dios nuestro; y, a los que has recreado con tus Misterios, defiéndelos con tu perpetuo patrocinio. Por el Señor.

(El año litúrgico de Dom. Gueranger)

Martirologio Romano del mes de abril

1 de abril

El suplicio de santa Teodora

En Roma, el suplicio de santa Teodora, hermana del esclarecidísimo Mártir Kermes; la cual, en tiempo del Emperador Adriano, martirizada por el Juez Aureliano, fue sepultada junto a su hermano, en la vía Salaria, no lejos de la Ciudad.

1.- En el mismo día, san Venancio, Obispo y Mártir.

2.- En Egipto, los santos Mártires Víctor y Esteban.

3.- En Armenia, los santos Quinciano e Ireneo, Mártires.

4.- En Constantinopla, san Macario, Confesor, el cual, en el Imperio de León, por la defensa de las sagradas Imágenes, acabó su vida en el destierro.

5.- En Ardpatrick, provincia de Munster, en Irlanda, san Celso, Obispo, que fue predecesor de san Malaquías en el Episcopado.

6.- En Grenoble de Francia, san Hugo, Obispo, que pasó muchos años en la soledad, e ilustre por la gloria de los milagros, fue a gozar de Dios.

7.- En Amiens de Francia, san Walerico, Abad, cuyo sepulcro es glorioso en continuos milagros.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

2 de abril

San Francisco de Paula, Confesor     D.    –    Blanco

San Francisco de Paula, fundador de la Orden de los Mínimos, abandonó el mundo a la edad de quince años para vivir en la soledad. Su fama de santidad muy pronto le atrajo gran número de compañeros. Los soberanos pontífices lo tuvieron en gran estima. El rey Luis XI, al fin de su vida, lo hizo ir a la corte, con la esperanza de recobrar la salud por su intercesión. Sanó a gran número de enfermos, y obró una multitud de otros milagros. Murió en 1508 a la edad de 91 años.

Oración: Oh Dios, grandeza de los humildes, que habéis ensalzado al bienaventurado Francisco, vuestro confesor, a la gloria de la santidad, haced, os lo suplicamos, que por sus méritos y mediante la imitación de sus virtudes alcancemos felizmente las recompensas prometidas a los humildes. Por J. C. N. S.

1.- Santa María Egipciaca, Penitente

2.- Santa Teodosia, Mártir

3.- San Apiano o Amfiano, Mártir

4.- Beato Leopoldo de Gaiche, Sacerdote de la Primera Orden

5.- San Abbondio, Obispo

6.- Beato Juancito (Costa), Pastor y Mártir

7.- San Nicecio de Lyon.

8.- Beato Juan Payne, Mártir

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

3 de abril

San Sixto I, Papa

En Roma, san Sixto I, papa, que en tiempo del emperador Adriano rigió la Iglesia Romana, como sexto pontífice tras el bienaventurado Pedro. San Sixto I sucedió a san Alejandro I hacia fines del reinado de Trajano, en torno al 117, y gobernó la Iglesia durante diez años, en una época en que la dignidad pontificia era un preludio del martirio. Todos los martirologios antiguos le veneran como mártir, pero carecemos de detalles sobre su vida y su muerte. Era romano de nacimiento. Se supone que la casa de su padre se hallaba en la antigua Vía Lata, en el sitio en que se levanta actualmente la iglesia de Santa María de Calle Ancha. Según el Liber Pontificalis, san Sixto ordenó que sólo los miembros del clero tocasen los vasos sagrados y que el pueblo se uniese al sacerdote en el canto del «Sanctus». Quizás el Sixto del que se hace mención en el canon I de la misa es san Sixto II, cuyo martirio fue mucho más famoso.

1.- San Benito de Palermo.

2.- Santa Ágape, Virgen y Mártir

3.- Santa Irene, Mártir (Con Santa Ágape)

4.- Santa Quionia,(Con Santa Ágape)

5.- San Pancracio de Taormina, Mártir

6.- San Nicetas, Abad

7.- Santa Burgundófora o Fara, Virgen y Abadesa

8.- San José El «Himnógrafo», Monje

9.- Beato Gandolfo de Binasco, Franciscano

10.- Beato Juan de Peña, Franciscano 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

4 de abril

San Isidoro de Sevilla, Obispo, Confesor y Doctor    D.    –    Blanco

En Sevilla, en la Hispania Bética, san Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, cuya memoria se celebra en España el día veintiséis de este mismo mes. El discípulo y amigo de san Isidoro, San Braulio, decía que Dios parecía haberle destinado a oponer un dique a la barbarie y ferocidad de los ejércitos godos en España. El padre de Isidoro, que se llamaba Severiano, había nacido en Cartagena, probablemente de una familia romana, pero estaba emparentado con los reyes visigodos. Dos de los hermanos de san Isidoro, Leandro, que era mucho mayor que él, y Fulgencio, llegaron también a ser obispos y santos. Santa Florentina, su hermana, fue abadesa de varios conventos. La educación de Isidoro se confió a Leandro, quien parece haber sido bastante severo. Según la leyenda, Isidoro, siendo niño, huyó de la casa para escapar a la severidad de su hermano y a las lecciones, que encontraba demasiado difíciles; aunque Isidoro volvió espontáneamente al hogar lleno de buenos propósitos, Leandro le encerró en una celda para impedir que se fugase de nuevo. Tal vez le envió a un monasterio a continuar su educación.

Oración: Señor, Dios todopoderoso, tú elegiste a san Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, para que fuese testimonio y fuente del humano saber; concédenos, por su intercesión, una búsqueda atenta y una aceptación generosa de tu eterna verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

1.- Santa Gema Galgani, Virgen

2.- San Platón, Monje

3.- Santos Agatópode y Teódulo de Tesalónica, Mártires

4.- San Zósimo de Palestina, Anacoreta

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

5 de abril

San Vicente Ferrer, Confesor    D.    –    Blanco

En Vannes de la Bretaña Menor, san Vicente Ferrer, de la Orden de Predicadores, Confesor, que, poderoso en obras y en palabras, convirtió a Cristo muchos millares de infieles.

 San Vicente Ferrer, religioso de la orden de Santo Domingo de Guzmán, convirtió por sus predicaciones a un gran número de judíos y de infieles, y movió a vida cristiana a una multitud de cristianos relajados. De ordinario predicaba sobre la penitencia, sobre la Pasión de Jesucristo, el infierno y el juicio. Hacíalo con tanta fuerza y unción, que él mismo lloraba, y sus oyentes, deshechos en lágrimas, no pocas veces hasta en público confesaban sus pecados. Murió en el año 1419.

Oración: Señor, que os dignasteis ilustrar a vuestra Iglesia por los méritos y predicaciones del bienaventurado Vicente, vuestro confesor, acordad, a vuestros siervos la gracia de ser instruidos por sus ejemplos, y de ser librados, por su protección, de toda adversidad. Por J. C. N. S.

1.- En África, el suplicio de los santos Mártires que, en la persecución del Rey Arriano Genserico, fueron asesinados el día de Pascua; al Lector, mientras cantaba en el pulpito el Aleluya, le atravesaron con una saeta la garganta.

2.- El mismo día, san Zenón, Mártir, que untado con pez y arrojado al fuego, y herido en medio de la hoguera con una lanza, fue coronado con el martirio.

3.- En la isla de Lesbos, el triunfo de cinco santas Vírgenes, que consumaron el martirio por la espada.

4.- En Salónica, santa Irene, Virgen, que, por ocultar los sagrados Libros, contra el edicto de Diocleciano, después de sufrir la cárcel, fue asaeteada y quemada en una hoguera, de orden del Presidente Dulcecio, que había antes martirizado juntas a sus hermanas Ágape y Quionia.

5.- En Palma de la isla de Mallorca, santa Catalina Tomás, Virgen, Canonesa Regular de la Orden de san Agustín; a la cual el Papa Pío XI puso en el número de las santas Vírgenes.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

6 de abril

San Guillermo, Abad

San Guillermo nació en París y fue educado en el monasterio de San Germán del Prado. La regularidad de su conducta y la inocencia de sus costumbres lo constituyeron en ejemplo vivo para toda la comunidad. Entró en la orden de los Canónigos Regulares y mereció que lo eligieran subprior. El obispo de Roskilda, en Dinamarca, sabedor de sus virtudes, lo llamó a su diócesis y le encargó la dirección de los Canónigos Regulares de Eskilso, a quienes gobernó durante treinta años en calidad de abad. Lleno de virtudes y de méritos murió el 6 de abril de 1203.

Oración: Señor, haced, os lo suplicamos, que la intercesión del bienaventurado Guillermo, abad, nos haga agradables a vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por sus oraciones lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S.

1.- San Celestino, Papa

2.- San Prudencio de Troyes, Obispo

3.- Beato Notkero Blabulo, Monje

4.- Los 120 Mártires de Persia

5.- San Eutiquio de Constantinopla

6.- San Guillermo de Eskill, Abad

7.- San Marcelino, Mártir

8.- Beata Catalina de Pallanza

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

7 de abril

San Egesipo, Autor Eclesiástico 

El glorioso y antiquísimo historiador de la Iglesia San Egesipo fue hebreo de nación; habiéndose convertido a la fe y recibido el santo Bautismo, se juntó con los demás fieles cristianos de la Iglesia de Jerusalén, de la cual dice el evangelista san Lucas que la muchedumbre de hombres y mujeres que creían en el Señor eran un solo corazón y una sola alma, y que los que tenía haciendas las vendían y repartían el precio a los pobres, conforme a la necesidad de cada uno, y que todos se reunían para alabar a Dios.

Oración: Atiende, Señor, a las súplicas que te hacemos en la solemnidad de tu bienaventurado confesor Egesipo, para que los que no confiamos en nuestra virtud, seamos ayudados por las oraciones de aquel que fue de tu agrado. Por J. C. N. S.

1.- San Afraates, Obispo

2.- Beato Germán José, Sacerdote

3.- San Jorge El Joven

4.- Beato Alejandro Rawlins

5.- Beato Enrique Walpole, Mártir

6.- Beato Eduardo Oldcorne, Mártir (Con Beato Rodolfo)

7.- Beato Rodolfo Ashley, Mártir

8.- Beato Rodolfo, Mártir

9.-Beato Guillermo Scili

10.- Beata Ursulina

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias

8 de abril

San Perpetuo, Obispo y Confesor

Este santo estaba devorado de celo por la casa de Dios. Siendo obispo de Tours, hizo agrandar y embellecer la basílica de San Martín. Empleaba la mayor parte de sus entradas en exornar iglesias y alimentar pobres que son templos vivos del Espíritu Santo. Hizo testamento a favor de las iglesias y de los pobres de su diócesis; pero el regalo más hermoso que hizo a la iglesia de Tours fue el ejemplo de sus virtudes durante su vida, y sus reliquias después de su muerte.

Oración: Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Perpetuo, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S.

1.- San Dionisio de Corinto, Obispo

2.- San Gualterio o Walterio de Pontoise, Abad

3.- San Fructuoso de Braga, Obispo y Confesor

4.- Beato Clemente de Osimo

5.- Beata Julia Billiart

6.- Beato Julián de San Agustín

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias

9 de abril

Santa Casilda, Virgen

Santa Casilda llevaba comida a los cristianos que el rey, su padre, tenía prisioneros. Un día la encontró camino de la prisión, y le preguntó qué llevaba. Rosas, respondió Casilda y, extendiendo su delantal, aparecieron en él, en vez de alimento, hermosísimas rosas. Consiguió de su padre que la llevaran a tomar baños en el lago San Vicente, para curarse de una enfermedad que padecía, e hizo edificar, a orillas de este lago, una ermita en la que pasó el resto de sus días. Murió hacia el año 1050.

Oración: Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y haced que la fiesta de Santa Casilda, al tiempo que regocija nuestra alma la enriquezca de sentimientos de tierna devoción. Por J. C. N. S.

1.- Santa María Cleofé, Matrona

2.- San Lorenzo de Irlanda, Obispo

3.- San Esiquio, Mártir

4.- San Hugo de Rouen

5.- Beato Antonio Pavoni, Mártir

6.- Beato Ubaldo de Florencia

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

10 de abril

San Macario, Obispo y Confesor

A causa de sus extraordinarias virtudes fue elevado San Macario a la dignidad de patriarca de Antioquía. Con el fin de huir de los honores, abandonó esta ciudad yendo en peregrinación a Jerusalén. Capturado por los sarracenos, logró escapar y se fue a Flandes donde murió gloriosamente cuidando enfermos de peste. Tenía siempre a mano un pañuelo, para secarse las lágrimas que le hacían derramar los pecados de su pueblo. Murió en Gante, el 10 de abril de 1012, en el monasterio de San Bávon. Se lo invoca contra la peste.

Oración: Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Macario, vuestro confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J.C.N.S.

1.- San Ezequiel, Profeta

2.- San Fulberto de Chartres, Obispo

3.- San Miguel de los Santos, Monje

4.- San Terencio, Mártir

5.- San Pompeyo, Mártir

6.- San Máximo, Mártir

7.- San Africano, Mártir

8.- San Teodoro, Mártir

9.- San Zenón, Mártir

10.- Beato Antonio Neyrot, Mártir

11.- San Bademo, Abad

12.- San Beocca, Abad

13.- San Héctor, Abad

14.- San Hedda, Mártir

15.- Los Mártires de los Daneses

16.- San Paterno de Abdinghof

17.- Beato Marcos Fantucci

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

11 de abril

San León I Magno, Papa, Confesor y Doctor    D.    –    Blanco

El gran San León sobrepujó a todos sus contemporáneos en prudencia, en elocuencia y en virtud. Su mérito lo elevó al sumo pontificado; su elocuencia triunfó de Atila, que se disponía a saquear a Roma: su sola palabra detuvo al conquistador y lo hizo retroceder. Su principal cuidado fue combatir la herejía, propagar el Evangelio por sus predicaciones y escritos, y reformar el clero. Murió en el año 461.

Oración: Pastor eterno, mirad con benevolencia a vuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestro bienaventurado Sumo Pontífice León, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.

1.- Beato Jorge Gervasio, Mártir

2.- Santa Godeberta

3.– San Isaac de Espoleto

4.– Beato Rainerio El Emparedado

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

12 de abril

San Sabas, Martir

San Sabas era godo de nacimiento. Como rehusara comer carne inmolada a los ídolos, diciendo que prefería antes morir que ofender a Dios, se lo despojó de sus vestidos, se lo arrastró sobre espinas, se lo torturó cruelmente, y, finalmente, fue arrojado a un río. En medio de los suplicios daba gracias a Dios por haberlo juzgado digno de padecer por su causa. Imitemos su constancia y agradezcamos a Dios en las aflicciones como en la prosperidad. Murió el santo en el año 372.

Oración: Haced, os lo suplicamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión del bienaventurado Sabas, vuestro mártir, cuyo nacimiento al cielo honramos, nos fortifique en el amor de vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S.

1.- San Julio, Papa

2.- San Zenón de Verona, Obispo

3.- San Alfiero y compañeros, Abades de la Cava

4.- San Constable de Castelabbate

5.- San León I de Lucca, Abad

6.- Beato Desiderio, Abad

7.- Beato Falcón, Abad

8.- Beato Leonardo, Abad

9.- Beato Marino, Abad

10.- Beato Simeón

11.- Beato Angel de Chivasso

12.- Beato Andrés Hibernon

13.- Beato Andrés de Montereale

14.- Beato Bádsamo, Abad

15.- Beato León II 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

13 de abril

San Hermenegildo, Rey y Mártir    Sd.    –    Rojo

San Hermenegildo fue el hijo mayor de Leovigildo, rey de los visigodos en España, que era arriano. Empleó su padre contra él toda suerte de halagos, pasando a la amenaza y llegando hasta la prisión para traerlo al arrianismo: nada pudo quebrar la constancia de este generoso atleta de la fe. Rechazó la comunión pascual de manos de un obispo arriano que su padre le enviara a su prisión. Exasperado con su rechazo, mandó el padre a unos soldados para que le dieran muerte. Hendiéronle éstos la cabeza de un hachazo. Arrepentido Leovigildo de su crueldad, a su muerte recomendó a San Leandro que educase en la fe católica a su otro hijo Reca redo, que fue su sucesor y el primer rey católico de España. El martirio de Hermenegildo acaeció en Sábado Santo, el 13 de abril del año 585.

Oración: Dios omnipotente, que enseñasteis al bienaventurado Hermenegildo, vuestro mártir, a preferir el reino de los cielos a las grandezas de este mundo, haced que siguiendo su ejemplo despreciemos las cosas perecederas para aspirar sólo a las eternas. Por J. C. N. S.

1.- San Carpo, Mártir

2.- Santa Agatónica, Mártir (Con San Carpo)

3.- San Papilo, Mártir (Con San Carpo)

4.- Beato Juan Lockwood, Mártir

5.- Beato Edmundo Catherick, Mártir (Con San Juan Lockwood)

6.- Beata Ida de Boulogne, Matrona

7.- San Marcio o Marte, Abad

8.- Beato Jacobo Certaldo, Abad

9.- Beata Margarita Citta-di-Castello

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

14 de abril

San Justino, Mártir    d.    –    Rojo

San Justino, Filósofo y Mártir

1.- Santos Tiburcio, Valerio y Máximo, Mártires

2.- San Pedro González Telmo, Confesor

3.- Beata Liduvina de Schiedman, Virgen

4.- San Antonio, Mártir

5.- San Juan, Mártir

6.- San Eustacio, Mártir

7.- Mártires de Lituania (Ver Juan, Antonio y Eustacio)

8.- San Ardalión, Mártir

9.- San Bernardo de Tirón, Abad

10.- San Lamberto de Lyo

11.- Beato Lanvino

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

15 de abril

Santa Luisa de Marillac, Viuda

Santa Luisa de Marillac nació en 1591. Se casó con Antonio Le Gras, y vivió dichosa con él hasta 1625, año en que quedó viuda. Fue entonces el brazo derecho de San Vicente de Paul en el establecimiento de las Hijas de la Caridad, que fundó con él. Era una mujer de gran inteligencia, de ánimo templadísimo y de admirable resistencia, a pesar de su delicada salud. Murió en el año 1660.

Oración: Escuchadnos, Señor, Dios Salvador nuestro, y haced que, así como nos alegramos con la fiesta de Santa Luisa, así también obtengamos provecho alcanzando sentimientos de piedad y devoción. Por J. C. N. S.

1.- Santas Basilia y Anastasia, Mártires

2.- San Paterno de Ceredigion

3.- Santa Una

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

16 de abril

San Benito José Labre, Peregrino

Benito pasó la mayor parte de su vida haciendo peregrinaciones. Iba casi siempre con los pies des calzos tanto en invierno como en verano, vestido con harapos, Y sin provisiones para el día siguiente. Vivía de limosnas, pero no mendigaba, nunca conservaba sino lo estrictamente necesario, y partía con los pobres lo que se le daba por caridad. Pasó sus últimos años en Roma, orando días enteros en las iglesias; por la noche retirábase a unas ruinas para descansar algunas horas. Cayó desvanecido en las escalinatas de Nuestra Señora de los Montes y fue transportado a una casa vecina donde pronto se durmió en el sueño de los justos, el 16 de abril de 1783, a la edad de 35 años.

Oración: Oh Dios, que habéis querido que San Benito José se adhiriese únicamente a Vos por el amor a los desprecios y a la pobreza, concedednos, en vista de sus méritos, la gracia de despreciar las cosas de la tierra y buscar los bienes del cielo. Por J. C. N. S.

1.- San Benito José Labre

2.- Santo Toribio de Liébana

3.- Santa Engracia y sus 18 Compañeros, Mártires

4.- Santa María Bernarda Soubirous, Virgen

5.- San Fructuoso de Braga, Obispo

6.- San Cayo, Mártir

7.- San Optato, Mártir

8.- San Saturnino, Mártir (Con Optato)

9.- San Encratis, Mártir (Con Optato)

10.- San Cremencio, Mártir (Ver Optato)

11.- San Dragón

12.- San Magno de Orkney, Mártir

13.- San Paterno de Avranches

14.- Beato Arcángel de Bolonia

15.- Beato Guillermo de Polizzi

16.- Beato Joaquín de Siena

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

17 de abril

San Aniceto, Papa y Mártir    S.    –    Rojo

Aniceto, sirio de nacimiento, gobernó la Iglesia unos diez años, alrededor del 160. Combatió con celo las herejías de Valentino y de Marción y de tuvo, por su vigilancia, los estragos que causaban entre los fieles. Aunque no derramó materialmente su sangre por la fe, los sufrimientos que debió sufrir y los peligros a los que estuvo expuesto le han merecido el título de mártir.

Oración: Pastor eterno, mirad con benevolencia a vuestro rebaño, y protegedlo con protección constante por vuestro mártir y Sumo Pontífice Aniceto, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.

1.- Beato Rodolfo de Berna, Mártir

2.- Beata Ana María de Jesús, Virgen

3.- Beata Clara de Pisa, Viuda

4.- San Esteban Harding, Abad

5.- San Inocencio de Tortona

6.- San Roberto de Chaise-Dieu, Abad

7.- Beato Everardo de Marchthal, Abad

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

18 de abril

San Eleuterio,  Obispo y Mártir

Las numerosas conversiones que obró este santo obispo en Iliria excitaron contra él el odio de los paganos, que lo denunciaron a los magistrados. Detenido y conducido a Italia, fue asado en una parrilla, colocado después en un lecho de hierro calentado al rojo y, por fin, sumergido en una caldera de aceite y pez hirviendo. Como saliera sano y salvo de todos estos suplicios fue arrojado a los leones, que no le hicieron ningún mal. Finalmente, fue golpeado con varas hasta que murió a la vista de su madre, Santa Antea, y fue al cielo a gozar de la libertad de los hijos de Dios, libertad que ya presagiaba su nombre Eleuterio, es decir, hombre libre.

Oración: Dios todopoderoso, mirad nuestra flaqueza y cómo nos agobia el peso de nuestras obras y fortificad nos por la gloriosa intercesión de San Eleuterio, vuestro mártir. Por J. C. N. S.

1.-  Beato Andrés Hibernón, Fraile

2.- Beata María de la Encarnación, Viuda

3.- San Galdino de Milán, Obispo

4.- Beato Andrés Hibernón, Fraile

5.- Santa Antia, Mártir

6.- San Eleuterio, Mártir

7.- San Apolonio El Apologeta, Márti

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

19 de abril

San Leon IX,  Papa y Confesor

Tanta era la humildad de San León IX, que confesó públicamente sus pecados para convencer de su indignidad a los que querían elevarlo al sumo pontificado. El efecto fue contrario al que esperaba: se confirmó su elección. Cumplió los deberes de su cargo con celo infatigable y una dulzura que nunca desmintió. Cuando reprendía a alguien por sus faltas, la abundancia de sus lágrimas probaba cuánto compadecía su corazón las miserias de su prójimo. A punto de morir y después de haber recibido la Extremaunción, se hizo llevar ante el altar de San Pedro y rezó allí una hora. Vuelto después al lecho, oyó misa, recibió el Santo Viático y entregó su espíritu. Era el 19 de abril de 1054.

Oración: Pastor eterno, mirad con benevolencia a vuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestro bienaventurado Sumo Pontífice León, a quien habéis constituido pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.

1.- San Vicente de Colibre, Mártir

2.- Beato Jaime Ducket, Mártir

3.- San Alfegio de Canterbury, Mártir

4.- San Expedito

5.- San Usmaro, Abad

6.- Beato Bernardo El Penitente 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias

20 de abril

San Teótimo, Obispo y Confesor

San Teótimo honró a Dios entre los pueblos bárbaros de la Escitia, a los cuales instruía en la fe, tanto por medio de conversaciones piadosas cuanto por sus predicaciones. Un bárbaro alzó la mano para apoderarse de él y quedó inmóvil en el aire hasta que el Santo hubo hecho oración por él. Esos pueblos, asombrados por su extraordinaria abstinencia, por su dulzura, por su caridad y milagros, llamábanle dios de los romanos. Murió hacia el año 403.

Oración: Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Teótimo, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S.

1.- Santa Inés del Monte Pulciano, Virgen

2.- Santa Hildegunda

3.- San Marcelino de Embrun

4.- San Marciano o Mariano

5.- Beato Hugo de Anzy

6.– Beato Simón de Todi

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


21 de abril

San Anselmo de Canterbury, Obispo, Confesor y Doctor

San Anselmo de Canterbury (o de Aosta), obispo y doctor de la Iglesia. Nació el año 1033 en Aosta (Piamonte, Italia) de familia noble y rica. En su juventud quiso abrazar la vida monástica, pero no se lo permitió su padre. Estuvo viajando por varios países, hasta que llegó al monasterio benedictino de Bec, en Normandía (Francia), donde le cautivó la figura de Lanfranco de Pavía y en el que ingresó. Estudió, se ordenó de sacerdote y enseñó teología. En 1078 fue elegido abad y se consagró a la formación de los monjes en el camino de la Regla y en el servicio de Dios. Visitó Canterbury (Inglaterra), donde estaba de arzobispo Lanfranco de Pavía, y fue tal la impresión que dejó, que lo eligieron para sucederle en 1093. Al frente de su diócesis tuvo que padecer mucho por defender la libertad de la Iglesia en sus tirantes relaciones con los monarcas ingleses, sufriendo dos veces el destierro. Fue un teólogo eminente y su amplia producción literaria es importante para el desarrollo del pensamiento cristiano en siglos posteriores. Es el prototipo del creyente que busca entender su fe para dar razón de ella. Murió en su sede episcopal el 21 de abril de 1109.

Oración: Señor Dios, que has concedido a tu obispo san Anselmo el don de investigar y enseñar las profundidades de tu sabiduría, haz que nuestra fe ayude de tal modo a nuestro entendimiento, que lleguen a ser dulces a nuestro corazón las cosas que nos mandas creer. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

1.- San Ananías

2.- San Simeón Barsabas

3.– San Anastasio I de Antioquía

4.- San Beunón, Abad

5.– San Simeón Barsabas, Mártir

6.- San Conrado de Parzham

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

22 de abril

Santos Sotero y Cayo, Papas y Mártires

San Sotero, Papa, gobernó la Iglesia durante tres años y algunos meses, bajo el reinado del emperador Marco Aurelio. Después de haber dictado sabias leyes y dado grandes ejemplos de virtud, magnánimamente padeció el martirio. 

San Cayo, pariente próximo del emperador Diocleciano, fue también Sumo Pontífice. Se vio obligado, para evitar la persecución, a ocultarse en las catacumbas. Después de doce años de pontificado, recibió la corona del martirio, junto con su hermano Gabino, en el año de Jesucristo, 296.

Oración: Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño, y guardadlo con protección constante por vuestros bienaventurados mártires y Soberanos Pontífices Sotero y Cayo, a quienes constituisteis pastores de toda la Iglesia. Por J. C. N. S. Amén.

1.- San Agapito I, Papa

2.- San Alejandro, Mártir

3.- San Epipodo, Mártir

4.- San Leonidas, Mártir

5.- Santa Oportuna

6.- San Teodoro de Sikeon

7.- Beato Francisco de Fabriano

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias

23 de abril

San Jorge, Mártir    Sd.    –    Rojo

Es un Santo oriental, cuya devoción se extendió del oriente hacia el occidente como los rayos del sol, debido a su noble origen, su atractiva juventud, su brillante inteligencia, su firme devoción, y el gran entusiasmo que irradiaba de sus ojos mientras montaba su caballo presidiendo la guardia real. Finalmente, muchos fueron los suplicios que soportó, con gran valentía, en defensa de su fe cristiana. 

Oración: Oh Dios, que para regocijar nuestras almas nos ofrecéis los méritos y la intercesión del bienaventurado mártir Jorge, concedednos, por vuestra gracia, las mercedes que os pedimos por su intermedio. Por J. C. N. S. Amén

1.- San Adalberto, Mártir

2.- San Aquileo, Mártir

3.- San Félix, Mártir

4.- San Fortunato, Mártir

5.- San Gerardo de Toul

6.- Beata Elena de Udine

7.- Beato Gil de Asís

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

24 de abril

San Fidel de Sigmaringa, Mártir    D.    –    Rojo

San Fidel de Sigmaringa nació en Sigmaringa (Suabia, Alemania) el año 1578, en tiempos agitados por la Reforma protestante. Fue un joven de vida intachable, que estudió filosofía y derecho en Friburgo de Brisgovia con excelentes resultados. Ejerció luego la abogacía con tal amor a la justicia y a los más indefensos, que le dieron el sobrenombre de «abogado de los pobres». En 1612 recibió la ordenación sacerdotal y poco después ingresó en los capuchinos. Fue un predicador incansable entre los católicos y los hermanos separados en los diversos cantones de Suiza y Suabia. Por su gran actividad misionera, la Congregación de la Propagación de la Fe, recién creada, le encargó fortalecer la fe católica en Suiza. Los herejes se conjuraron para acabar con su vida y lo asesinaron el 24 de abril de 1622 en Seewis (Suiza), donde lo habían invitado a predicar. Lo canonizó Benedicto XIV en 1746.

Oración: Señor Dios, que te has dignado conceder la palma del martirio a san Fidel de Sigmaringa cuando, abrasado en tu amor, se entregaba a la propagación de la fe, concédenos, te rogamos, que arraigados, como él, en el amor, lleguemos a conocer el poder de la resurrección de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

1.- Santa María Eufrasia Palletier, Virgen

2.-San Egberto

3.- San Gregorio de Elvira

4.- San Guillermo Firmato

5.- San Melitón de Canterbury

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

25 de abril

San Marcos, Evangelista    D.    2ª. cl.    –    Rojo

San Marcos, discípulo e intérprete de San Pedro, escribió el evangelio a ruego de los fieles de Roma y según las enseñanzas que poseía de San Pedro en persona. Lo aprobó éste y ordenó su lectura en las iglesias. Llevando, pues, su evangelio, partió San Marcos para Egipto, y fue el primero que anunció a Jesucristo en la ciudad de Alejandría, donde fundó una de las iglesias que más florecieron. Fue martirizado el día de Pascua, mientras celebraba el Santo Sacrificio de la Misa. Algunos días antes, un ángel le había mostrado su nombre escrito en el libro de la vida. Acaeció su muerte alrededor del año 74 de la era cristiana.

Oración: Oh Dios, que habéis honrado a San Marcos con el ministerio de la predicación del Evangelio, haced que siempre saquemos fruto de sus enseñanzas y que nos proteja con sus oraciones. Por J. C. N. S.

1.- Las Rogativas

2.- San Aniano de Alejandría.

3.- San Heribaldo de Auxerre

4.- Beato Juan I de Valence

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

26 de abril

Santos Cleto y Marcelino, Papas y Mártires   Sd.    –    Rojo

San Cleto, discípulo de San Pedro, murió mártir después de un pontificado de doce años. Fue el primer Papa que utilizó en sus cartas la fórmula: Salud y bendición apostólica.

San Marcelino, sucesor de San Cayo, gobernó a la Iglesia con tanto celo como sabiduría. «Junto con otros tres cristianos, Claudio, Cirino y Antonino, fue decapitado», por confesar la fe de Cristo, después de haber sufrido calumnias e innúmeras angustias, bajo la persecución de Diocleciano.

Oración: Pastor eterno, considerad con benevolencia a nuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestros bienaventurados mártires y soberanos pontífices Cleto y Marcelino, a quienes constituisteis pastores de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.

1.- San Esteban de Perm

2.- Santa Franca de Piacenza

3.- San Pascasio Radberto, Abad

4.- San Ricario, Abad

5.- Beata Alda o Aldobrandesca,

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

27 de abril

San Pedro Canisio, Confesor y Doctor    D.    –    Blanco

San Pedro Canisio, Sacerdote de la Compañía de Jesús, Confesor y Doctor de la Iglesia, que el día 21 de Diciembre pasó al Señor.

Entre tantos ilustres varones de la Compañía de Jesús, ha merecido la señalada distinción de ceñir la aureola doctoral uno de los primeros compañeros de San Ignacio, el infatigable San Pedro Canisio.

Oración: Oh Dios, que confirmasteis con vuestra virtud y doctrina al Santo Confesor Pedro Canisio para defender la fe católica: conceded bondadoso que con sus ejemplos y consejos, tornen a la salud los que vagan lejos de ella, y los espíritus de los fieles perseveren en la confesión de la verdad. Por J. C. N. S.

1.- En Nicomedia, el triunfo de san Antimo, Obispo y Mártir; el cual, en la persecución de Diocleciano, decapitado por confesar a Cristo, alcanzó la gloria del martirio. Siguió también la suerte del Pastor casi toda su grey, mandando el Juez a unos cortar la cabeza, a quemar en hogueras y a otros, metidos en barquillas, sumergir en alta mar.

2.- En Tarso de Cilicia, los santos Cástor y Esteban, Mártires.

3.- En Bolonia, san Tertuliano, Obispo y Confesor.

4.- En Brescia, san Teófilo, Obispo.

5.- En Egipto, san Teodoro, Abad, que fue discípulo de san Pacomio.

6.- En Constantinopla, san Juan, Abad, el cual, por el culto de las sagradas imágenes, combatió muchísimo en tiempo de León Isáurico.

7.- En Tarragona de España, san Pedro Armengol, de la Orden de santa María de la Merced, Redención de cautivos; el cual, habiendo padecido muchos trabajos en el África por rescatarlos, al cabo, en el Convento de santa María de los Prados, descansó con santo fin.

8.- En Luca de Toscana, santa Zita, Virgen, esclarecida por la fama de sus virtudes y milagros.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

28 de abril

San Pablo de la Cruz, Confesor    D.    –    Blanco

San Pablo de la Cruz, Presbítero y Confesor, que fue Fundador de la Congregación titulada de la Cruz y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, y descansó en el Señor el 18 de Octubre.

San Pablo de la Cruz mostró, desde su tierna infancia, un amor ardiente por Jesús crucificado. Ya sacerdote, obtuvo de Benedicto XIII permiso para constituir una comunidad destinada a honrar muy especialmente la Pasión del Salvador, y se retiró al Monte Argentaro, en la Toscana. Allí puso los cimientos de la congregación de los Pasionistas. La Santísima Virgen en persona indicele el hábito que quería tomasen los nuevos religiosos; un manto negro, adornado con las insignias de la Pasión. Tuvo el consuelo de ver a su orden muy floreciente, y murió en Roma en el año 1775. Fue beatificado y enseguida canonizado por Pío IX.

Oración: Oh Señor Jesucristo, que, para honrar el misterio de la Cruz, habéis enriquecido a San Pablo de la Cruz con una caridad incomparable, y habéis querido por su ministerio hacer florecer en la Iglesia una nueva familia religiosa; concedednos, por su intercesión, que meditemos sin cesar en vuestra Pasión aquí en la tierra, a fin de hacernos dignos de cosechar sus frutos en el cielo. Por J. C. N. S.

1.- En Ravena, el triunfo de san Vidal, Mártir, esposo de santa Valeria y padre de los santos Gervasio y Protasio; a quien, por haber recogido y enterrado con el debido honor el cuerpo de san Ursicino, detuvo el Consular Paulino, y, después de atormentarle en el potro, mandó que lo atrojasen en una profunda hoya, donde con tierra y piedras lo enterrasen, y con tal martirio pasó a unirse con Cristo.

2.- En Atina de Campania, san Marcos, que, ordenado Obispo por el Apóstol san Pedro, fue el primero que predicó el Evangelio a los Equí-colas; y en la persecución de Domiciano, y siendo Presidente Máximo, recibió la corona del martirio.

3.- En Brusa de Bitinia, los santos Mártires Patricio Obispo, Acacio, Menandro y Polieno.

4.- En el mismo día, los santos Afrodisio, Caralipo, Agapio y Eusebio, Mártires.

5.- En Panonia, san Folión, Mártir, en el imperio de Diocleciano.

6.- En Milán, santa Valeria, Mártir, mujer de san Vidal y madre de los santos Gervasio y Protasio.

7.- En Alejandría, el suplicio de santa Teodora, Virgen y Mártir; la cual, rehusando sacrificar a los ídolos, fue llevada a un lugar infame, del que, por especial favor de Dios, súbitamente la sacó un cristiano llamado Dídimo, cambiando con ella el traje; el cual más tarde, en la persecución de Diocleciano, y presidiendo Eustracio, fue con la misma Virgen atormentado, y con ella coronado.

8.- En Tarazona de la España Tarraconense, san Prudencio, Obispo y Confesor.

9.- En Corfinio de los Pelignos, san Pánfilo, Obispo de Valva, ilustre por su caridad con los pobres y por el don de milagros, cuyo cuerpo está sepultado en Sulmona.

10.- En la aldea de san Lorenzo, junto al Sèvre, diócesis de Luzón, san Luis María Grignion de Monfort, Confesor, Fundador de los Misioneros de la Compañía de María y de las Hijas de la Sabiduría, insigne por la forma de vida apostólica, por la predicación y por la devoción a la santísima Virgen; al cual el Papa Pío XII puso en el catálogo de los Santos.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

29 de abril

San Pedro de Verona, Mártir    D.    –    Rojo

San Pedro de la Orden de Predicadores, Mártir, que el día 6 de Abril fue martirizado por la fe católica.

San Pedro de Verona renunció desde su infancia a los errores de los cátaros. Las promesas y amenazas de sus padres fueron impotentes para hacerlo vacilar en la constancia de su fe. Entró en la orden de Santo Domingo y vivió en ella con tanta inocencia que se asegura que jamás cometió ningún pecado mortal. Ardientemente pedía a Dios la corona del martirio. Sus deseos fueron escuchados. Nombrado inquisidor de la fe, se atrajo el odio de los herejes, y uno de ellos, que lo acechó en el camino de Como, a Milán, le hendió la cabeza con un mandoble de espada, en 1252.

Oración: Dios omnipotente, haced benignamente que imitemos con un celo digno de Vos la fe del bienaventurado Pedro, vuestro mártir, quien, por la propagación de esta misma fe, mereció recibir la palma del martirio. Por J. C. N. S.

1.- En Roma, el tránsito de santa Catalina de SienaVirgen, de la tercera Orden de santo Domingo, esclarecida en vida y milagros; a la cual el Sumo Pontífice Pío II puso en el catálogo de las santas Vírgenes. Su fiesta se celebra el día siguiente.

2.- En Pafos de Chipre, San Tíquico, que fue discípulo del Apóstol san Pablo, y a quien el mismo Apóstol llama en sus Epístolas carísimo hermano, ministro fiel y su consiervo en el Señor.

3.- En Pisare de Toscana, san Torpetes, Mártir, que fue primero gran favorito de Nerón y uno de aquellos de quienes el Apóstol San Pablo, escribiendo de Roma a los Filipenses, dice: «Os saludan todos los santos, máxime los de la casa del César». Pero después, por orden de Satélico, le abofetearon por la fe de Cristo, le azotaron cruelmente y le echaron a ser devorado por las fieras, mas no le hicieron daño; por fin, degollado, consumó su martirio.

4.- En Cirta de la Numidia, el triunfo de los santos Mártires Agapio y Secundino, Obispos, los cuales, después de prolongado destierro en aquella ciudad, cuando en la persecución de Valeriano era mayor la rabia de los Gentiles contra la fe cristiana, llegaron de ilustres Sacerdotes a Mártires gloriosos. En su compañía padecieron también Emiliano, soldado,Tértula y Antonia, Vírgenes consagradas a Dios, y otra mujer con sus dos hijos gemelos.

5.- En la isla de Corfú, siete santos Ladrones, los cuales, convertidos a Cristo por san Jasón, lograron por el martirio la vida sempiterna.

6.- En Nápoles de Campania, san Severo, Obispo, el cual, entre otras maravillas, resucitó del sepulcro a un difunto por el tiempo necesario para convencer de mentira al falso acreedor de una viuda y unos huérfanos.

7.- En Brescia, san Paulino, Obispo y Confesor.

8.- En el monasterio de Cluny en Francia, san Hugo, Abad.

9.- En el monasterio de Molesme en Francia, san Roberto, primer Abad del Cister.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

30 de abril

Santa Catalina de Siena, Virgen    D.    –    Blanco

Santa Catalina de Siena, Virgen, de la tercera Orden de santo Domingo, que pasó al celestial esposo el día de ayer.  Santa Catalina de Siena tomó el hábito de Santo Domingo a la edad de 18 años. Sus austeridades, ya extraordinarias cuando vivía en la casa paterna, fueron desde entonces ilimitadas. Acaecióle, una vez, ayunar desde el Miércoles de Cenizas hasta la fiesta de la Ascensión, sin tomar alimento alguno fuera del espiritual de la Santa Eucaristía. Para recompensarla, Jesucristo imprimió en su cuerpo virginal los sagrados estigmas de su Pasión, le comunicó una inteligencia maravillosa de las Sagradas Escrituras, y se sirvió de ella para volver de Aviñón a Roma al Papa Gregorio XI, con lo que puso término a los males que desolaban a la Iglesia. Murió en 1380.

Oración: Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y haced que la fiesta de la bienaventurada Catalina de Siena, vuestra virgen,
al mismo tiempo que regocija nuestra alma, la enriquezca con sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S.

1.- En Santonges de Francia, san Eutropio, Obispo y Mártir, a quien san Clemente Papa, después de consagrarle con la gracia del orden Pontifical, destinó a Francia, donde, habiendo predicado largo tiempo, finalmente por confesar a Cristo, le rompieron la cabeza, y murió vencedor.

2.- En Córdoba de España, los santos Martires Amador Presbítereo, Pedro Monje y Luis.

3.- En Novara, san Lorenzo, Presbítero, martirizado en compañía de unos niños que educaba.

4.- En Alejandría, los santos Mártires Afrodisio, Presbítero, y otros treinta.

5.- En Lambesa de la Numidia, el triunfo de los santos Mártires Mariano Lector y Santiago Diácono; el primero, que ya antes había vencido en la confesión de Cristo los rigores de la persecución de Decio, fue apresado con su distinguidísimo colega, y ambos, después de crueles y exquisitos suplicios, confortados una y otra vez milagrosamente con divinas revelaciones, al fin, en compañía de otros muchos, fueron degollados.

6.- En Efeso, san Máximo, Mártir, que en la persecución de Decio fue coronado del martirio.

7.- En Fermo del Piceno, santa Sofía, Virgen y Mártir.

8.- En Evórea del Epiro, san Donato, Obispo, que en tiempo del Emperador Teodosio floreció con eximia santidad.

9.- En Napóles de Campania, san Pomponio, Obispo.

10.- En Londres de Inglaterra, san Erconvaldo, Obispo, que resplandeció con muchos milagros.

11.- En Chieri, junto a Turín, san José Benito Cottolengo, Confesor, Fundador de la Casita de la Divina Providencia, insigne por la absoluta confianza en Dios y por la caridad con los pobres; al cual el Papa Pío XI puso en el catálogo de los Santos.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

(Martirologio Romano aprobado por Pio XII en 1956)

31 de marzo: San Nicolas de Flue


ANACORETA Y CONFESOR (1417 – 1487)

EL bienaventurado Nicolas, cuyo apellido aleman de Flue corresponde en castellano al de ≪la Roca≫, nacio el 21 de marzo del ano 1417 en un pueblo de Suiza, llamado Sachseln, perteneciente al canton catolico de Unterwad.

Era su familia una de las mas nobles y antiguas del pais, distinguida entre los suizos en el dilatado espacio de mas de cuatrocientos anos, no solo por una especie de bondad, que era como hereditaria en ella, sino por el desempeño de los primeros cargos de la nación, entre los cuales se hallaba el de juez y consejero superior.

Nicolas dejo de ser niño tan presto, que parecía haberse anticipado la piedad a la razón, asi como la razón a la edad. Notose desde luego en el un juicio tan maduro, un entendimiento tan claro y una prudencia tan superior a sus anos que se creyó, había logrado el uso libre de la razón antes de salir de la cuna, contra las reglas ordinarias de la naturaleza.

A vista de tan felices disposiciones para la virtud, se dedicaron sus padres con particular cuidado a educarle en los piadosos principios de la religión; pero su bella índole no había menester muchos preceptos. Nicolás solo hallaba gusto en hacer oración y leer vidas de Santos.

Frutos bellos de su inocencia fueron la sinceridad, la modestia y el candor; rendido siempre a sus padres, no tenia mas voluntad que la suya. Aunque era de complexión débil y de un genio extraordinariamente apacible para los demás, comenzó muy presto a ser duro y riguroso para consigo. Movido del ejemplo de su patrón San Nicolás, ayunaba regularmente cuatro veces a la semana y mortificaba su delicado cuerpecillo con otras muchas penitencias.

En aquellos tiempos las riquezas de Suiza consistían principalmente en ganados, granjas, pastos y dehesas; por lo que era ordinario que los jóvenes e incluso los hijos de familias acomodadas y ricas se ocuparon en el inocente oficio de pastores. El grande amor que nuestro Nicolás profesaba a la soledad y a la oración, le hacia hallar todas sus delicias en el apartamiento, y hubiera tomado este apacible oficio si la total subordinación a .la voluntad de sus padres no sirviese de estorbo a la ejecución de un intento tan conforme a su inclinación y genio. La vista de los campos le inspiraba tanto amor al desierto, que desde luego se hubiera retirado a el; pero quería el Señor que Nicolas fuese modelo de perfectos cristianos en diferentes estados.

CONTRAE MATRIMONIO

No obstante el deseo que tenia de mantenerse en el estado del celibato, Nicolás se vio precisado a sacrificar su natural repugnancia en obsequio de la obediencia y, por condescender con sus padres, consintió en contraer matrimonio con una virtuosa doncella, llamada Dorotea; y, como era Dios el autor de esta dichosa boda, ni la unión pudo ser mas estrecha ni el matrimonio mas feliz. Se pegaron  presto a Dorotea todas las virtuosas inclinaciones y todos los devotos ejercicios de su esposo; y por el arreglo de las costumbres, las obras de caridad, la concordia- de las voluntades, el buen régimen y la modestia de la familia, aquel hogar parecía una casa religiosa. Nicolás, sin aflojar en sus penitencias ordinarias, iba creciendo cada dia en devoción.

Levantabase regularmente a media noche y pasaba en oracion mas de dos horas. Encendiase mas y mas por instantes la tierna devocion que profesaba a la Santísima Virgen, devoción que parecía ser en el como otra naturaleza, pues era muy rara la conversación en que no hablara, como hombre verdaderamente arrebatado, de las excelencias, del poder y de la bondad de esta tiernisima Madre. Traía continuamente en la mano el rosario, que rezaba muchas veces cada dia, siendo esta la devoción de su cariño y la que llenaba todos los espacios que le dejaban libres las demás ocupaciones. Su confianza en la soberana Reina de los Angeles era absoluta, y aun se dice que muchas veces en el decurso de su vida recibió la visita de esta celestial Señora.

Le favoreció el Señor con diez hijos, cinco varones y cinco hembras. A todos dio con sus instrucciones y ejemplos tan bella educación, que tuvo el consuelo de dejarlos herederos, mas de un rico tesoro espiritual que de bienes materiales. Juan, su primogénito, y Gauterio, el tercero de sus hijos, fueron sucesivamente gobernadores del canton y desempeñaron con honor este empleo. Nicolás, el menor de todos, fue uno de los mas ejemplares sacerdotes de su tiempo; y toda aquella santa familia acredito la eminente virtud de su bienaventurado padre.

SOLDADO Y HOMBRE DE ESTADO

Por las leyes del país se vio obligado Nicolás a prestar servicio de armas por algún tiempo; y pareció que la divina Providencia le había conducido al ejercito para contener las licencias de los soldados y dar a todos raros ejemplos de perfección cristiana. Un día, queriendo sus conciudadanos quemar el convento de Caterinental, en el que se había refugiado la tropa enemiga, Nicolás se opuso enérgicamente; —Hermanos —les dijo—, no mancheis con la crueldad la victoria que Dios os ha hecho conseguir. Gracias a su intervención se salvo el convento.

Era naturalmente esforzado, intrépido y excelente oficial. Quisieron premiar sus virtudes y servicios y le eligieron juez y consejero superior, a pesar de su resistencia. Desempeño ambos cargos durante diecinueve anos, cumpliendo fielmente sus obligaciones.

Estas elevadas funciones no le impedían atender a la salvación de su alma. Su oración habitual, que se ha hecho celebre y popular en los cantones suizos, era la siguiente: “Señor y Dios mío, quitad de mi todo lo que me impide ir a Vos. Señor y Dios mío, concededme todo lo que me pueda llevar hacia Vos. Señor y Dios mío, haced que no haya en mi nada que no sea vuestro y que me entregue a Vos por completo.”

Esta vida, aunque tan ajustada, no le satisfacía y suspiraba continuamente por la soledad. A la edad de cincuenta anos, hallándose sumido en profunda meditación, oyó una voz que le decía: “¿Nicolás, por que te inquietas? No te preocupes mas que de hacer la voluntad de Dios y no confíes en tus propias fuerzas. No hay nada mas agradable a Dios que servirle con abandono y buena voluntad.”

Poco después oyó una voz interior que le decía: “Abandona todo lo que amas y Dios mismo cuidara de ti”.

Comprendió que Dios le pedía que abandonase a su mujer, a sus hijos, su casa y cuanto poseía, como en otro tiempo hicieron los Apóstoles, para servir a Jesús. Tuvo que sostener largo y penoso combate, pero al fin triunfo la gracia, y tomo la inquebrantable resolución de abandonarlo todo para seguir el llamamiento divino.

Desde luego solicito el consentimiento de su esposa. Esta oro, pidió consejo a amigos ilustrados y por ultimo accedió. La mayor parte de los hijos estaban ya criados, y en cuanto a los mas jóvenes la madre prometió educarlos en la doctrina cristiana.

SE DESPIDE DE SU MUJER Y DE SUS HIJOS PARA RETIRARSE A LA SOLEDAD

Una vez arreglados todos sus negocios, despidiose de su mujer y de sus hijos, les declaro cuan de corazón les agradecía el cariño que le habían profesado y se alejo descalzo, vestido con una larga tunica de tela burda y con un rosario en la mano; de esta suerte salio de su patria, sin dinero y sin provisiones.

Llegado a Liestal —canton de Basilea—, encontró a un piadoso campesino, al que dio cuenta de sus proyectos, suplicándole de paso que le indicase un lugar desierto donde pudiese vivir desconocido y ocuparse únicamente de su salvación. Admirose en gran manera el campesino; pero al mismo tiempo hízole notar que si se alejaba tanto de su tierra, podrían tomarle por fugitivo, vagabundo o delincuente. Lo entendió así Nicolás, y resolvió tornarse al cantón de Unterwald.

Llegada la noche, quedose dormido al raso. En medio de su sueno parecíale sentir un impulso irresistible que venia del cielo y le impelía hacia su país.

Volvió, pues, a su patria y, en medio de las tinieblas de la noche, paso silencioso y ligero por delante de su casa, que encontró al paso, y bajo a un valle llamado Kuster, propiedad suya. Allí estableció su morada bajo un enorme fresno en medio de malezas.

A los ocho días de estar alli, unos cazadores lo descubrieron y dieron noticias suyas a Pedro de Flue, su hermano. Este se encamino al sitio donde estaba y le rogó que, para no morir de hambre ni de frio, volviese al seno de su familia. Nicolás le respondió:

—Has de saber, querido hermano, que no moriré de hambre, pues desde hace once días no la he sentido. Tampoco tengo sed ni frio; Dios me sostiene y no tengo motivo para abandonar estos lugares.

Sin embargo, menudearon tanto las visitas que se vio precisado a buscar un sitio mas oculto. Era una boca o una oscura caverna abierta en una escarpada roca, cubierta toda de espinas, de piedras y de cascajo, que le servían de lecho. También allí afluyeron piadosos peregrinos, que le edificaron una cabaña de ramas y cortezas de árboles. En ella pasaba los días y las noches, sin tomar alimento, consagrado a la oración y meditación de las verdades celestiales.

SE HACE ERMITANO Y VIVE DIECINUEVE ANOS SIN MAS ALIMENTO QUE LA SAGRADA EUCARISTIA

Así transcurrió un ano entero, cuando de pronto surgió la sospecha de que alguien le llevaba secretamente de comer. Algunos funcionarios del Gobierno observaron largo tiempo y con minuciosidad los alrededores de su cabaña; pero pudieron convencerse de que el piadoso ermitaño no tomaba otro alimento que la Sagrada Eucaristía, único sostén de su existencia. Todos quedaron maravillados.

El obispo de Constanza, para cerciorarse del milagro, envió a su Vicario general, el cual pregunto al ermitaño cual era la mayor virtud. Nicolás respondió: “La obediencia”. Entonces el Vicario puso ante el pan y vino y le mando comer y beber. Obedeció el ermitaño, pero inmediatamente se sintió acometido de tan violentos calambres de estomago que se temió por su vida. Desde aquel momento no le volvieron a incomodar, persuadidos como estaban de que Dios le sostenía sin necesidad de alimento.

En esta cabaña no paso Nicolás mas que un ano, pues creciendo cada día el concurso y devoción de los pueblos, sus conciudadanos le edificaron una celda de piedra y una capilla a la que la piedad de los archiduques de Austria asigno las necesarias rentas, así para su conservación como para la manutención del capellán que la servia.

Diecinueve años y medio vivió solo en aquella celda, sin mas alimento que la Sagrada Eucaristía, que recibía cada mes y todos los días festivos de manos del sacerdote que estaba consagrado al servicio de su capilla.

Cerca de su celda vivía un piadoso ermitaño llamado Ulrico, noble bávaro que, atraído por la reputación de las virtudes de Nicolás, había acudido con el fin de imitar su genero de vida. Ulrico visitaba con frecuencia a Nicolás y tenia con el santos coloquios.

La devoción de los fieles pudo mas que la humildad del siervo de Dios; y así no se pudo negar a hacerles algunas platicas espirituales, que reformaron luego las costumbres, hicieron grandes conversiones y fueron seguidas de muchas maravillas.

A una hora determinada Nicolás hablaba a los peregrinos que venían; de todas partes a visitarle. Un día se presentaron su esposa y sus hijos: las palabras del esposo y del padre les edificaron y conmovieron cuanto se puede pensar.

ANUNCIA QUE EL LUJO CIERRA LA PUERTA DEL CIELO

Cierto día fue a visitarle una señora con su nuera espléndidamente ataviada. El Santo miro a la joven como quien esta preocupado y le dijo:

—Si lleváis semejantes trajes por vanidad, tened entendido que aunque estuvieseis ya en el paraíso, seríais arrojada de el, y, si acostumbráis a vuestros hijos, que serán numerosos, a gastar este lujo, no veréis nunca el rostro de Dios.

Y añadió:

—Vuestros hijos os darán mucho que hacer; y, si algún día para ponerlos en paz tenéis que echar mano de un tizón ardiendo, acordaos entonces de lo que ahora os digo.

Esta mujer fue madre de once hijos y la profecía de Nicolás relativa al tizón se cumplió exactamente.

Otro día se presento al Santo un joven vestido muy a la moda y le pregunto en tono de broma si le gustaba el traje. Nicolás respondió:

—Cuando el corazón y los sentimientos son buenos, todo es bueno; sin embargo, mas te valdría atenerte a la sencillez de nuestro traje nacional.

SALVA LA INDEPENDENCIA DE SU PATRIA

Su profunda sabiduría y prudencia le habían conquistado la confianza de las autoridades, que le pedían siempre consejo en los asuntos importantes.

En 1476 y 1477 los suizos se cubrieron de gloria derrotando al duque de Borgoña en Grandson, Morat y Nancy; pero no tardaron en surgir entre ellos disentimientos y rivalidades con motivo de la distribución del botín y de la admisión de las ciudades de Friburgo y Soleura en la Confederación.

Tras empeñados e inútiles debates, iban a retirarse los diputados con el corazón lleno de odio y con amenazas de venganza y represalias. Todo hacia presagiar una guerra civil.

Pensaron entonces en Nicolás, el cual acudió a Stans vestido de una pobre tunica de color oscuro que le llegaba a los talones; iba con los pies descalzos y la cabeza descubierta, apoyándose con una mano en un palo y llevando en la otra un rosario.

Al presentarse el santo anciano ante la asamblea, todos se levantaron e inclinaron con respeto. Tomo la palabra y, en un discurso lleno de sencillez, de fe, de emoción y de patriotismo, hizo oír a sus compatriotas el lenguaje de la justicia, del desinterés, de la caridad cristiana, de la concordia y de la paz. La gracia de Dios acompañaba al santo anacoreta y en una hora quedaron allanadas todas las dificultades. No era fácil resistir a la voz de un hombre a quien Dios favorecía tan extraordinariamente con el don de profecía y de milagros.

Se admitieron en la Confederación los cantones de Friburgo y Soleura, se confirmaron y completaron con nuevas bases los antiguos tratados de alianza, se repartió el botín de las expediciones militares proporcionalmente al numero de soldados alistados por cada cantón, y se adoptaron las disposiciones que parecieron mas prudentes para lograr la pacificación de los cantones y el mantenimiento del orden publico. El jubilo fue universal. “El motivo no podía ser mas justo: allí los confederados habían salvado a su patria de los enemigos extranjeros, mientras que aquí la salvaron de sus propias pasiones.”

El verdadero libertador que les había hecho conseguir esta victoria sobre si mismos era el pobre ermitaño Nicolás; pero ya no se hallaba en Stans, porque la misma noche de su triunfo, esquivando las felicitaciones, había regresado humildemente a su apacible retiro. Ahí vivió aun seis anos en medio de la mayor santidad.

ENFERMEDAD Y MUERTE

Por fin, Dios le envío una enfermedad tan aguda, que le hacia retorcerse en el lecho en medio de sufrimientos indecibles. Este martirio duro ocho días y ocho noches sin quebrantar en lo mas mínimo su paciencia.

Exhortaba a los que iban a verle a vivir de modo que su conciencia no temiese la muerte:

—La muerte es terrible —decía—; pero es mucho mas terrible caer en las manos del Dios vivo.

Mientras tanto, se calmaron bastante sus dolores y pidió la Extremaunción y el Cuerpo adorable del Salvador, que recibió con fervor admirable. Cerca del moribundo estaban su fiel compañero fray Ulrico y su amigo el cura de Stans; por ultimo, acudieron la piadosa esposa y los hijos del solitario para recibir sus ultimas recomendaciones y darle el postrer adiós.

Nicolás de Flue dio gracias a Dios por todos los beneficios que le había dispensado, hizo un esfuerzo para practicar el ultimo acto de adoración enla tierra y murió con la muerte de los justos el 21 de marzo de 1487 a lossetenta de su edad, después de haber pasado veinte en el desierto. Toda Suiza le lloro como a un padre y el la sigue protegiendo desdeel cielo.

Quiera el Señor que sus oraciones logren reducir de nuevo a todos los habitantes de los cantones a la santa fe de sus padres, a la fe de los valientes que fundaron la independencia de Suiza, mediante la cual se puede conquistar no solo la patria terrena, sino también la patria eterna del cielo.

El día siguiente al de su felicísimo transito, fue llevado el santo cadáver con extraordinaria pompa a la iglesia de Sachseln, donde se le dio sepultura. Los muchos milagros que sin tardar comenzó a obrar el Señor en su sepulcro, le merecieron la veneración publica de todos los cantones y pronto fue celebre en Alemania, en los Países Bajos y en Francia.

El año de 1538 fue solemnemente levantado de la tierra su sagrado cuerpo por el obispo de Lausana y colocado en un magnifico relicario. Día a día fue creciendo el concurso de los pueblos, especialmente desde que la Silla Apostólica aprobó y autorizo su culto.

En dicho relicario se ven, entre otros adornos, condecoraciones de Ordenes Militares, testimonio del valor de nuestro héroe y de sus descendientes, que han tenido a gloria juntar la suya con la de su ilustre antepasado.

El 21 de marzo de 1887 celebro la Republica suiza el cuarto centenario de la gloriosa muerte del Santo. Dos anos antes, el gobierno y el clero de Obwalden habían empezado los preparativos para tan extraordinaria solemnidad religiosa y nacional.

Fue canonizado por Su Santidad Pio XII , en mayo de 1947.

(De las Vidas de los Santos de Butler)