Medios de salvación

Medios de salvarse.—

No hay cosa que deba preocuparnos mas a los que vivimos en este mundo, que la incertidumbre de la salvación. No es esta ocasión de hablar de la predestinación. Tocaremos, sin embargo, algunos puntos importantes de ella, para que nos conduzcamos como debemos:

1.° Es cierto que todos nos podemos salvar; aun los infieles y herejes se pueden salvar. Nosotros no sabemos como, pero esto no puede negarse, y es sentencia teológica que Dios, al que hace lo que esta de su parte, no le niega la gracia para salvarse. Acerca de la necesidad de bautizarse y de la fe, trataremos cuando hablemos de los Sacramentos.

2.° Es cierto que todos tenemos obligación de salvamos.

3.° Es cierto que para salvarnos tenemos que observar los Mandamientos, y que con guardar estos, no quebrantándolos gravemente, basta. El que los quebrante gravemente comete pecado mortal, y por un solo pecado se condena y no se salva quien con el muere. Mas es sabido que todo pecado mortal se perdona por la confesión con atrición, o por la sola contrición con propósito de confesarse.

4.° La salvación es negocio fácil, pues con la gracia de Dios nadie hay que no pueda salvarse; y es difícil, porque hay que trabajar con esta misma gracia, y vivir alerta para morir bien.

5.° Nadie, sin revelación de Dios, sabe si ha de salvarse o condenarse.

6.° Nadie puede merecer la salvación en sentido estricto; es decir, nadie puede hacer ningún acto, ni recibir ningún Sacramento, hecho el cual o recibido, pueda decir con toda certeza: esta asegurada mi salvación.

7.° Sin embargo, hay algunos medios de asegurar la salvación, y algunas señales por las cuales puede uno estar cierto de obtener la salvación. Pero aun en estos casos, como uno no puede estar cierto de haber puesto bien o suficientemente los medios dichos, no puede estar seguro de que se ha de salvar.

El medio seguro e infalible.

Ya hemos dicho que el medio seguro e infalible es guardar los Mandamientos, sin cometer pecado grave. Y si pudiésemos estar seguros de que hemos guardado los Mandamientos y de que los hemos de guardar hasta el fin de la vida, estaríamos seguros de nuestra salvación.

Medios de guardar los Mandamientos y salvarse.

Hay varios medios para guardar los Mandamientos, y que al mismo tiempo son medios seguros de salvarse, y señales de predestinación, en cuanto pueden darse estas señales. Pondremos los principales:

1.° Oración asidua.—Es infalible que quien hace oración asiduamente pidiendo a Dios su salvación, consigue salvarse. Muchas cosas se pueden conseguir con la oración; pero que se consigue con ella la gracia para no pecar, y para morir bien, es infalible. Lo que no puede definirse es cuanto hay que orar para obtener esta salvación; pero que la oración asidua y frecuente logra la salvación, no puede dudarse. Según esto, la señal mas clara de que uno ha de salvarse es si ora asiduamente por su salvación. Exhortemos a todos, y animémonos todos a orar principalmente por esto con frecuencia. Es importantísimo este punto.

2.° Frecuencia de Sacramentos.—La frecuencia de Sacramentos se puede comparar con la oración. Sobre todo la confesión es muy a propósito para estar en gracia y educarse cristianamente; y la comunión es una de las prendas que Jesucristo nos señalo de la resurrección ultima. “El que come este pan vivirá eternamente…

Yo le resucitare en el ultimo día” (Jo., 6, 54). Claro que no se trata de una u otra comunión, sino de frecuencia de comuniones. El que comulga bien y a menudo, no morira en pecado; se salvara; guardara los Mandamientos y evitara el pecado.

3.° Varios ejercicios de piedad.—Hay varios ejercicios de piedad a los cuales esta vinculada mucha gracia para guardar los Mandamientos, y aun la señal de la predestinación. Así, por ejemplo, el oír misa diaria, lo cual es una oración eminentemente eficaz, que vale por muchas. El rezar el rosario todos los días, que también es una oración frecuente y asidua. El llevar el escapulario de la Virgen del Carmen, según promesa de la Virgen, libra del fuego eterno; se entiende llevarlo no materialmente, sino con voluntad. El rezo de las Tres Avemarías. Es insigne la promesa de Jesucristo a los que en honor de su Sacratísimo Corazón comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos. Para entender bien estas señales, se pueden leer La Gran Promesa, por el P. Garcia Estebanez; Las Tres Avemarias, por el P. Nazario Perez, y varios Rayos de Sol, como los números 17, 30, 33, 53, 65, 71, 79 y 89.

4.° La devoción a la Virgen María es también tenida en la Iglesia como signo de predestinación, y como uno de los mejores medios de salvarse y santificarse.

5.° La devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús es medio también seguro de salvarse, y de encenderse en amor de Dios o en fervor para correr por el camino de los Mandamientos.

6.° La caridad con el prójimo, sobre todo la caridad para salvar las almas, porque quien salva un alma salva la suya.

Y como estas, hay otras varias señales de salvación.

Más medios para guardar los Mandamientos y salvarse.

Aunque no sean signos de predestinación, son muy aptos y eficaces para preservar del mal y guiar al bien:

1.° Lectura espiritual.—Se puede hacer en libros o de instrucción religiosa, como catecismos explicados, o de ascética y ejercicios religiosos, o de exhortación a la virtud. Los primeros son los mas necesarios y útiles; pero cuando ya se tiene instrucción religiosa, los libros ascéticos y los libros exhortativos sirven muchísimo.

2.° Meditación.—Es muy buena la meditación o de las verdades eternas, como del fin del hombre, del pecado, del juicio, de la muerte, infierno, cielo, etc., o de la vida, pasión, muerte y gloria de Cristo y de los Santos. Si no sabe uno meditar, puede hacerlo fácilmente leyendo un punto de un libro, y procurando entenderlo bien, y resolviendo obrar bien conforme a lo que ha leído, y, en fin, pidiendo a Dios gracia para obrar como ha prometido.

3.° El examen de conciencia por las noches.—Este es muy buen medio para irse conociendo, evitar los peligros y avanzar en la perfección. Se puede hacer de cuatro cosas: de las faltas del día, de las buenas obras del día, de las ocasiones de hacer bien no aprovechadas y de los peligros pasados.

Puntos de catecismo, Vilariño, S.J.