Vida de Guido de Fontgalland Parte 3ª

Un secreto,…. un secreto

En el verano de 1.924 la familia Fontgalland fue en peregrinaje a Lourdes, permanecieron muchos días y Guido comenzó a hacer “locuras de amor”. Recorre muchas veces el Vía Crucis y veía que cada momento era bueno para escaparse del hotel para ir a la Gruta de la Virgen, quien en 1.858 se apareció a Bernardita.

La Virgen se hace sentir: “Mi querido Guido, vendré rápido a llevarte. Será en día sábado. Te tomaré de los brazos de tu mamá y te llevaré al Cielo”. Guido no percibía nada de lo que le estaba sucediendo a su alrededor.

Llega al hotel absorto, como fuera de sí. La madre le preguntaba qué le pasaba: “La Virgen me ha rebelado un secreto”!. Ese mismo día, la familia regresa a Paris.

En su cuarto, Guido coloca un cuadro de la Virgen de Lourdes para recordar su promesa.  El 30 de noviembre de 1.924 se hace una gran fiesta por sus 11 añitos. Guido sabía que el momento se aproximaba, que estaba por iniciar la verdadera vida.

El domingo 7 de diciembre de ese mismo año, cuando fue a dormir estaba bien; pero a media noche su madre lo encuentra en una crisis de sofocamiento.. Guido, (…!qué niño tan admirable y valiente!…) recobraba las fuerzas y dice a su madre: “Mamá debo decirte un secreto que te hará llorar” “ Yo debo morir. La Virgen vendrá a buscarme. Cuando tenía 7 años, el día de mi Primera Comunión, Jesús me dijo: “Tú no serás sacerdote. Quiero hacer de ti un Ángel y yo le respondí te acuerdas mamá en  Lourdes, la Virgen me confió un secreto….ahora te lo debo decir: “…Vendré  en sábado….te llevaré al Cielo”. Eso es lo que me dijo.

El médico había llegado rápido y comentan que debe ser vacunado contra la difteria…pero tal vez, sea demasiado tarde… Comenzaron las curaciones y Guido ofrecía sus sufrimientos. Para Navidad parecía estar mejor, no había señal de difteria, pero Guido, insiste: “La Virgen no ha cambiado de idea” ¡!

Ya por la tarde, la situación de precipitaba: “Quiero mi confesor”. El padre llama al médico y, curiosamente, llegan sacerdote y médico, al mismo tiempo, pero Guido insiste que primero quiere ver al confesor y luego, se deja hacer las curaciones.

Una sola añoranza tenia Guido: “Había tanto deseado de hacer conocer a Jesús a todo el mundo. Quería hacerlo amar. De grande hubiera construido un avión para ir a predicar a Jesús a todo el mundo“. Pero también tenia una gran alegría: “Iré directo al Paraíso”

Jesús y el Cielo

En los últimos días, se intercambian entre padre, madre e hijo,  diálogos maravillosos. El 1º de enero de 1.925 pregunta: “porqué suenan las campanas”.?, “Es el comienzo del año nuevo, buen año,  hijito mío” “Yo no puedo augurarte un año de alegría”  -agrega Guido- Pero es el año Santo, un buen año para ir al Cielo”

Al día siguiente, pide la Comunión como Viático para la eternidad: “mamá, ponme el vestido más bello. Hoy viene Jesús, Yo lo amo, sabes!, díselo también tú”. Recibida la Comunión agrega: “No moriré hoy, será en sábado” “no tengo miedo, ni siquiera de la muerte, porque ella es la puerta del Paraíso. Jesús y yo nos queremos mucho”

La madre le dijo que esperaba que Jesús lo curara. “No lo hará. Es mejor así, tengo solo 11 años y soy puro como un ángel. La Virgen vendrá ella misma a llevarme al Cielo”.

Sábado 24 de enero, 1.925, “Hoy es el día” Vendrá la Virgen, No lloren!.”  Guido recibe el óleo de los enfermos, besa muchas veces el Crucifijo, se sienta sobre su cama y dice. “Jesús te Amo” Ahora sí Jesús se hacía su verdadero Cielo. Jesús Eucarístico sobre la tierra, Jesús glorioso en la eternidad.

Guido De Fontgalland,  el niño que SIEMPRE había DICHO : “SI” a Jesús, comenzaba su misión: Ser un ángel de Jesús..  Es decir, el mensajero de Cristo para animar a otros niños, otros hermanos, grandes y pequeños,  a hacerlo amar.

Querido Guido, Ruega por nosotros……