Complementos del altar: Los candelabros

Cuando se celebra una Misa rezada,  debe haber sobre el Altar, dos pequeños candelabros con los cirios encendidos y, cuando la Misa es cantada o solemne, han de ser seis candelabros grandes colocados tres a cada lado de la Cruz, o cuando menos cuatro (sin contar los pequeños); pero si el Obispo celebra de pontifical, han de ser siete.

Según vemos por estas diferencias, los cirios del Altar no solamente se encienden  para iluminar el mismo; sino para señalar el grado de importancia del acto que se celebra.  Los candelabros deben hallarse siempre en perfecta simetría.

También de estos cirios encendidos, podemos sacar provecho espiritual si consideramos que, junto a la imagen de Jesús, ellos nos lo simbolizan, pues la última profecía sobre Jesús fue la del anciano Simeón, que aseguró que Él sería la Luz para adoctrinar los pueblos gentiles y, como dice el evangelista San Juan, la Luz verdadera que ilumina a todo el mundo, y siempre será, como dice El mismo en el Evangelio, la Luz del mundo.