Esta holgada túnica de seda que corresponde al color litúrgico, es usada tanto por el Diácono como por el Subdiácono. Acortada en su parte inferior y abierta un buen trozo por los lados. Se llama así, por proceder de la Dalmacia.
Antes la dalmática era propiamente privativa del diácono; y el subdiácono en lugar de la dalmática, llevaba una pieza parecida, pero distinta, llamada tunicela, que solía ser un poco más corta y menos rica en sus adornos. Hoy son prácticamente iguales y tan solo se distinguen por su ornamentación.

Se aconseja al diácono y al subdiácono que, al revestirse, recen una oración que a nosotros puede servirnos también para poner piadosamente a tono nuestro espíritu al verles revestidos de ella:
El diácono dice: “Revestidme, Señor, con el ornamento de salvación y con el vestido de gozo; y cubridme siempre con la dalmática de la santidad”
El subdiácono dice: “Que el Señor me revista con la túnica del gozo y con el ornamento de la alegría”