Complementos del altar: El Caliz

Es el vaso sagrado en forma de copa, donde se pone el vino que se ha de consagrar. Ha de ser metálico, tan precioso como sea posible, con pie y nudo saliente entre éste y la copa propiamente dicha.

El cáliz sirve en la Santa Misa para poner el vino y unas gotas de agua, que, después de ofrecido y mediante la consagración, se convierte en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

Antes los cálices tenían dimensiones mayores que los actuales.  Hay cálices valiosísimos, algunos son verdaderas obras de arte. Si no pueden ser de oro o de plata, por lo menos la copia ha de ser interiormente dorada.

Todo cuando pueda decirse de la riqueza de los cálices debe animarnos a embellecer nuestra alma en pureza y fervor para que al comulgar, Dios la encuentre pura y limpia como el cáliz.