Tercer domingo de Pascua

TEXTOS PROPIOS DE LA MISA EN ESPAÑOL.

Introito. Sal.65,1-2.- Aclama al Señor, tierra entera, aleluya, tocad en honor de su nombre, aleluya, cantad himnos a su gloria, aleluya, aleluya, aleluya. Sal,65,3.- Decid a Dios: “Qué temibles son tus obras, por tu inmenso poder tus enemigos te adulan”. V/. Gloria al Padre.

Oración.- La luz de tu verdad, oh Dios, guíe a los que andan extraviados, para que puedan volver al camino de la santidad; concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de tal nombre, y cumplir todo lo que este nombre significa.

Epístola.  1 Pe 2,11-19.- Queridos hermanos: Os ruego que, como forasteros en país extraño, os apartéis de los deseos carnales que están en guerra con el alma. Portaos bien entre los gentiles, de modo que, si os calumnian como malhechores, al ver con sus ojos vuestras buenas obras, den gloria a Dios en el día de la cuenta. Someteos a toda institución humana, porque así lo quiere el Señor: sea al rey, como soberano, sea a los gobernadores, como emisarios suyos, que castigan a los que obran mal y premian a los que obran bien. Esto es lo que Dios quiere: que a fuerza de obrar bien, le tapéis la boca a la ignorancia de los necios. Vivid como hombres libres, no usando la libertad como disfraz de la maldad, sino como siervos de Dios. Dad a cada uno el honor debido: a los hermanos el amor, a Dios la reverencia, al soberano el honor. Los criados que acepten la autoridad de los amos con el debido respeto, no sólo cuando son buenos y razonables, son también cuando son difíciles. Pues esto es gracia: en Cristo Jesús, Señor Nuestro.

Aleluya, aleluya. Sal.110,9; Luc.24,46.- El Señor ha redimido a su pueblo. Aleluya, Cristo tenía que padecer, y resucitar de entre los muertos, y entrar en su gloria. Aleluya.

Evangelio. Juan,16,16-22.- En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Dentro de un poco, ya no me veréis; dentro de otro poco, me vereéis. Porque voy al Padre. Algunos discípulos comentaban: ¿Qué es eso que dice: “dentro de un poco, ya no me veréis, y dentro de otro poco, me veréis”, y “Voy al Padre”? Y se preguntaban: ¿Qué significa ese “poco”? No sabemos de qué habla. Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: Estáis discutiendo de lo que redicho: “Dentro de un poco, ya no me veréis, y dentro de otro poco, me veréis”. Yo os aseguro: lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre. Vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón y nadie os quitara vuestra alegría.

Ofertorio. Sal.145,2.- Alaba, alma mía, al Señor; alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista, aleluya.

Secreta.- Concédenos, Señor, por estos misterios, dominar el deseo de bienes terrenos y amar siempre los bienes del cielo.

Prefacio de Pascua.- En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, que en todo tiempo, Señor, te alabemos; pero con más gloria que nunca en este día (en este tiempo), en que se ha inmolado Cristo, nuestra Pascual. El cual es el verdadero Cordero que quitó los pecados del mundo y que, muriendo, destruyó nuestra muerte, y, resucitando, reparó nuestra vida. Por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejercito celestial, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar: Santo…

Comunión. Jn.16,16,.- Dentro de muy poco, ya no me veréis, aleluya; dentro de otro poco, me veréis, porque voy al Padre, aleluya, aleluya.


Poscomunión. –  Os rogamos, Señor, que esta comunión que hemos recibido fortalezca nuestro espíritu y defienda con su protección nuestro cuerpo.

TEXTOS EN LATIN

Dominica Tertia post Pascha

II Classis

Introitus: Ps. lxv: 1-2

Jubiláte Deo, omnis terra, allelúja: psalmum dícite nómini ejus, allelúja, allelúja, allelúja. [Ps. ibid., 3]. Dícite Deo, quam terribília sunt ópera tua, Dómine! in multitúdine virtútis tuæ mentiéntur tibi inimíci tui. Glória Patri. Jubiláte.

 Oratio:

Deus, qui errántibus, ut in viam possint redíre justítiæ, veritátis tuæ lumen osténdis: da cunctis qui christiána professióne censéntur, et illa respúere, quæ huic inimíca sunt nómini; et ea quæ sunt apta, sectári. Per Dóminum.

1 Petr. ii: 11-19

Léctio Epístolæ beáti Petri Apóstoli.

Caríssimi: Obsecro vos tamquam ádvenas et peregrínos abstinére vos a carnálibus desidériis, quæ militant advérsus ánimam, conversatiónem vestram inter gentes habéntes bonam: ut in eo, quod detréctant de vobis tamquam de malefactóribus, ex bonis opéribus vos considerántes gloríficent Deum in die visitatiónis. Subjécti ígitur estóte omni humánæ creatúræ propter Deum: sive regi, quasi præcellénti; sive dúcibus, tamquam ab eo missis ad vindíctam malefactórum, laudem vero bonórum: quia sic est volúntas Dei, ut benefaciéntes obmutéscere faciátis imprudéntium hóminum ignorántiam: quasi liberi, et non quasi velámen habéntes malítiæ libertátem, sed sicut servi Dei. Omnes honoráte, fraternitátem dilígite: Deum timéte, regem honorificáte. Servi, súbditi estóte in omni timóre dóminis, non tantum bonis et modéstis, sed étiam dýscolis. Hæc est enim grátia: in Christo Jesu, Dómino nostro.

Allelúja, allelúja. [Ps. cx: 9] Redemptiónem misit Dóminus pópulo suo. Allelúja. [Luc xxiv: 46] Opportébat pati Christum, et resúrgere a mórtuis: et ita intráre in glóriam suam. Allelúja.

 + Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem. Joann. xvi: 16-22

In illo témpore: Dixit Jesus discípulis suis: “Módicum, et jam non vidébitis me; et iterum módicum, et vidébitis me qui vado ad Patrem.” Dixérunt ergo ex discípulis eius ad invicem: “Quid est hoc, quod dicit nobis: «Módicum, et non vidébitis me; et íterum módicum, et videbitis me»et: «Vado ad Patrem»?”. Dicébant ergo: “Quid est hoc, quod dicit: «Módicum»? Nescímus quid lóquitur.” Cognóvit autem Jesus quia volébant eum interrogáre et dixit eis: “De hoc quǽritis inter vos, quia dixi: «Módicum, et non vidébitis me; et íterum módicum, et videbitis me»? Amen, amen dico vobis quia plorábitis et flébitis vos, mundus autem gaudébit: vos contristabímini, sed tristítia vestra vertétur in gáudium. Múlier, cum parit, tristítiam habet, quia venit hora ejus; cum autem pepérerit púerum, jam non méminit pressúræ propter gáudium, quia natus est homo in mundum. Et vos ígitur nunc quidem tristítiam habétis; iterum autem vidébo vos, et gaudébit cor vestrum: et gáudium vestrum nemo tollit a vobis.

Credo.

Offertorium: Ps. cxlv: 2.

Lauda, ánima mea, Dóminum: laudábo Dóminum in vita mea: psallam Deo meo quámdiu ero, allelúja.

Secreta:

His nobis, Dómine, mystériis conferátur, quo terrena desidéria mitigántes, discámus amáre cæléstis. Per Dóminum.

Præfátio Paschalis

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre: Te quidem, Dómine, omni tempore, sed in hac potíssimum die [vel nocte] [vel in hoc potíssimum] gloriósius prædicáre, cum Pascha nostrum immolátus est Christus. Ipse enim verus est Agnus, qui ábstulit peccáta mundi. Qui mortem nostram moriéndo destrúxit, et vitam resurgéndo reparávit. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cæléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes: Sanctus, ….

Communio: Joann. xvi: 16

Módicum, et non vidébitis me, allelúja: íterum módicum, et vidébitis me, quia vado ad Patrem, allelúja, allelúja.

Postcommunio:

Sacraménta quæ súmpsimus, quǽsumus, Dómine: et spirituálibus nos instáurent aliméntis, et corporálibus tueántur auxílliis. Per Dóminum.

HOMILIA DE DOM GUERANGER (EL AÑO LITURGICO).

LOS DEBERES DEL CRISTIANO. —

 «El deber de santificarse se resuelve en las obligaciones concretas y adaptadas a la situación social actual de cada uno. La razón de insistir es la formulada por S. Pedro: el cristiano es como extraño y peregrino en el mundo no conquistado para el Evangelio. Es preciso luchar contra las fuerzas del pecado que se insinúan hasta en nosotros mismos, y guardar, en medio de los gentiles que se abandonan, a él, una conducta ejemplar digna de respeto y estima.

«Este apostolado del buen ejemplo dicta, desde luego, a los cristianos su actitud «frente» a las instituciones humanas… su deber social se resume en cuatro frases cortas que son otras tantas normas directrices de la vida: 1.º Tratar a todos los hombres con el respeto debido a su dignidad de hombres: 2.º amar a los que son nuestros hermanos en la fe: 3.° temer a Dios con ese temor que es el principio de la verdadera sabiduría y el contra-peso de la orgullosa confianza en sí: 4.° reverenciar la autoridad real dando al César lo que es del César.

«En fin, el pensamiento de la fe hará que los sirvientes respeten y obedezcan a sus señores, y esta obediencia cristiana les hará merecedores del favor divino.» (A. Charue, «Las Epístolas Católicas», p. 455.)

Realizaremos este ideal del cristiano gracias a la Redención siempre presente en el altar.

Cada día nos recordará ella que el cristiano, siendo otro Cristo, debe sufrir como El para entrar en la gloria, y ella nos dará fuerzas para semejarnos a El.

CONFIANZA EN LA PRUEBA. —

«El Señor debía alejarse; pero sus palabras parecían contradictorias a los Apóstoles. ¿Cómo iba a estar al mismo tiempo con su Padre y con ellos? Jesús, que leía los pensamientos (en las almas), comprendió la ansiedad de los suyos. Sin duda, al hablar así, pensaba en el alejamiento momentáneo de la pasión y en la alegría de la Resurrección.

Pero esta desaparición y esta vuelta eran, a sus ojos, el símbolo de otra vuelta; la partida hacia su Padre, en la Ascensión, y la reunión con sus discípulos, en la eternidad. Mientras tanto, los discípulos tendrán que trabajar y sembrar en las lágrimas, en ausencia de su Maestro. ¿Qué importa la tribulación de los tiempos? No pensaremos en ella cuando el hombre nuevo se haya entregado a Dios, cuando la Iglesia alabe a Dios, cuando el nuevo Adán aparezca delante del Padre con la posteridad que habrá germinado de su sangre. No hay cosa mejor para darse de lleno, que seguir las perspectivas que nos abre el Salvador. Ahora momentos de angustia, después la alegría sin fin, cuya plenitud colmará nuestros deseos y nuestra inteligencia. Ningún poder creado es capaz de arrebatárnosla (D. Delatte, Evangile de N. S. J. C. t. II, p. 277).