Año litúrgico. Parte quinta

Pascua y tiempo pascual.—

La Pascua de Resurrección es, sin duda, la fiesta principal de la Iglesia. Por eso también su rito es muy solemne. Hoy no resulta tan solemne, porque la fiesta de la Resurrección se ha anticipado en parte, conforme hemos explicado, al Sábado Santo; además, toda la semana también era muy solemne. Los neófitos conservaban durante toda ella sus vestiduras blancas del bautismo. El domingo siguiente a la Pascua se llama Domingo «in albis, porque en el dejaban sus vestiduras albas. Todo este tiempo respiraba alegría: los ornamentos blancos, las preces alegres, los aleluyas redoblados, las lecturas amables y rientes. Todo era dulce y consolador.

Duración del tiempo pascual.—

El tiempo pascual dura, por disposición muy razonable de la Iglesia, todo el tiempo que duro la permanencia del Señor en este mundo después de resucitado hasta que subió a los cielos. Viene a ser una Cuaresma de alegría y consolación que sigue a la Cuaresma de penitencia que precedió.

La Ascensión del Señor.—

A los cuarenta días se celebra la Ascensión del Señor. Pero antes preceden tres días de rogativas, en los cuales se aconseja la penitencia y la oración. Esto se debe a que en el siglo v, con ocasión de varias publicas calamidades, se introdujo este uso de implorar la misericordia divina tres días antes de la Ascensión; uso que ha quedado en la Iglesia hasta nuestros días. En la Misa, que es solemne, se apaga el cirio pascual que en toda la cuarentena ha estado encendido durante la Misa. Ya ha ido al ciclo el Señor; ya no se ve su luz.

Pentecostés.—

Para esta fiesta, se preparaban también los fieles con diligencia, recordando la asidua y diligente preparación del Colegio apostólico con la Virgen María para recibir al Espíritu Santo. Pentecostés significa quincuagésima. Ya los judíos celebraban una fiesta, la Solemnidad de las Semanas al pasar siete después de la Pascua. Pero los cristianos celebraron esta porque en ella, el domingo descendió el Espíritu Santo sobre los Apóstoles, y se promulgo la Ley Evangélica, y se fundo como quien dice la Iglesia católica. Hoy la Iglesia la celebra con mucha solemnidad, la llama Pascua, a semejanza de la verdadera, que es la de Resurrección.

Fiesta de la Santísima Trinidad.—

Celebradas las fiestas del Hijo hasta la Ascensión, y la del Espíritu Santo en Pentecostés, era muy obvio cerrar la serie festejando a la Santísima Trinidad. Se pueden considerar como fiestas del Padre las de Adviento, por habernos El dado a su Unigénito. A la Santísima Trinidad se dedica, pues, el domingo siguiente a Pentecostés.

Fiesta del Corpus Christi.—

Ya que en Jueves Santo no se puede celebrar con toda libertad y pompa como se lo merece este Santísimo Sacramento del altar, desde el siglo XIII la Iglesia celebra solemnísimamente la fiesta del Santísimo. Es la fiesta mas popular tal vez y solemne y alegre. Y cada vez se celebra con mas pompa. Fue instituida a instigación de Santa Juliana, religiosa agustina, nacida en 1193, e ilustrada por Nuestro Señor Jesucristo a que procurase que se celebrase esta fiesta, que, en efecto, estableció el Papa Urbano IV para toda la Iglesia en 1264. No seria pequeño motivo para esta determinación el famoso milagro eucarístico de Bolsena. La liturgia es admirable, y esta hecha en su mayor parte o toda por el Angélico Doctor Santo Tomas de Aquino.

La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.—

Quiso Nuestro Señor Jesucristo, según se manifestó a Santa Margarita, a quien escogió como apóstol de esta devoción, que sus devotos y amantes celebrasen esta fiesta del Corazón de Jesús, para reparar las ofensas que contra su amor se cometan en todas partes. En vano se opusieron los jansenistas, enemigos de esta devoción, a la fiesta del Corazón divino. La fiesta del Corazón de Jesús ha logrado hacerse cada día mas solemne. Y es notable que sin ser de precepto es observada voluntariamente por muchos. Y seguramente que será durante bastante tiempo una fiesta original, cuya observancia, distinguirá los verdaderos amantes de Jesucristo de los tibios, pues los primeros harán lo que puedan en ese día, aun cuando no sea de precepto.

Fiestas de la Santísima Virgen.—

La Santísima Virgen tiene muchas fiestas en el calendario eclesiástico. Dos tiene que son de precepto: una es la de su Asunción a los cielos, otra la de su Inmaculada Concepción. La primera ha sido siempre una de las principales fiestas marianas; su día se llamaba el de Nuestra Señora; su titulo era el de muchas catedrales e iglesias. Aun no ha declarado la Iglesia ser dogma de fe este misterio, aunque es cierto, sin duda; pero se esta trabajando para averiguar si es de fe, y declararlo así la Iglesia. Dios nos conceda muy pronto ver definida como dogma esta verdad universalmente admitida en la Iglesia. La de la Inmaculada, después que se proclamo este dogma, ha adquirido un incremento tan singular, que ya es una de las fiestas más importantes. En esta fiesta se usan ornamentos de color azul. Además, la Fiesta de la Circuncisión en la liturgia trata muy especialmente de la Virgen. La de la Encarnación mas se conoce por la fiesta de la anunciación. Y la Purificación tiene el rito especial de la bendición de las candelas, por lo que se le suele llamar la Candelaria.

Fiestas de los Santos.—

Los Santos tienen fiestas según sus nacimientos para el cielo, en los diversos días del ano correspondientes a su muerte. De San Juan Bautista se celebra también la natividad. De algunos, por recurrir con otros notables, se celebra la fiesta el día de la traslación de sus reliquias, o de algún otro suceso parecido. De San Pablo se celebra el día de su conversión, de San Pedro los días de su establecimiento en la Cátedra de Roma o de Antioquia; de San Esteban, la invención de su cuerpo; de San Francisco, la impresión de sus llagas. De los demás se celebra la fiesta en los días de su muerte. AI fin de todos los días del año y al llegar el Adviento, se celebra el 1 de Noviembre la fiesta de Todos los Santos. Y al siguiente, recurre la Conmemoración de todos los Difuntos. Y con esto concluye la serie de fiestas del año. De precepto solo son las fiestas de San José, de San Pedro, de Santiago en España y de Todos los Santos.

Puntos de Catecismo, Vilariño, S. J.