PEQUEÑO COMENTARIO AL PROLOGO DE LA REGLA DE SAN BENITO

PROLOGO

“Escucha, hijo, estos preceptos de un maestro, aguza el oído de tu corazón, acoge con gusto esta exhortación de un padre entrañable y ponla en práctica, para que por tu obediencia laboriosa retornes a Dios, del que te habías alejado por tu indolente desobediencia. A ti, pues, se dirigen estas mis palabras, quienquiera que seas, si es que te has decidido a renunciar a tus propias voluntades y esgrimes las potentísimas y gloriosas armas de la obediencia para servir al verdadero rey, Cristo el Señor.

Ante todo, cuando te dispones a realizar cualquier obra buena, pídele con oración muy insistente y apremiante que él la lleve a término, para que, por haberse dignado contarnos ya en el número de sus hijos, jamás se vea obligado a afligirse por nuestras malas acciones. Porque, efectivamente, en todo momento hemos de estar a punto para servirle en la obediencia con los dones que ha depositado en nosotros, de manera que no sólo no llegue a desheredarnos algún día como padre airado, a pesar de ser sus hijos,  sino que ni como señor temible, encolerizado por nuestras maldades, nos entregue al castigo eterno por ser unos siervos miserables empeñados en no seguirle a su gloria.”

COMENTARIO

El Canónigo Simon nos dice en su libro “La regla de San Benito comentada para los oblatos y los amigos de los monasterios”: “Si emprendemos el estudio de la Santa Regla, no es por curiosidad. Queremos convertirnos  y para conseguirlo, buscamos una guía segura. Por eso recurrimos a San Benito”

“El guía es el Maestro que va a darnos preceptos, es también un padre tierno que se dirige a sus hijos”.  (…) Su paternidad espiritual, la más noble de todas, se ofrece a “cualquiera que renunciando a sus propias voluntades quiere militar bajo la bandera del Señor”

“¿Qué debemos ser los hijos del Santo Patriarca? Soldados. ¿Quién es el jefe? Cristo, el verdadero Rey. ¿Las armas? Lo mejor y lo más fuerte: la obediencia. ¿El objetivo de sus esfuerzos y objetivo de nuestra conquista?  Dios  Vamos hacia Dios y llegaremos por una lucha incesante, imitando la conducta de Cristo, nuestro Señor. Aquí tenemos todo un programa para realizar.”

Refiriéndose a la aplicación práctica el Canónigo Simón: “Por la Oblatura, nos hemos convertido verdaderamente en hijos de San Benito. El es para nosotros el Padre amante que nos abriga con su manto. ¿Y qué nos pide? Lo que pide a todos sus hijos, los del claustro y los del mundo, hacerse soldados de Cristo, es decir, trabajar, para transformarnos en cristianos perfectos. Si nos refugiamos bajo la Santa Regla, nos ofrecerá los medios para llegar al fin. Estemos atentos a sus admoniciones, y esforcémonos, por su meditación, (…) en cumplirla eficazmente”.

“Los “Estatutos de los Oblatos” no dicen otra cosa: “meditemos frecuentemente la Santa Regla del Patriarca San Benito”.” Para que a través de ella lleguemos a transformarnos en verdaderos Católicos, soldados de Cristo.”

Es costumbre, para los hijos de San Benito leer todos los días la Regla al final del Oficio de Prima, es decir, al principio del día para poder llevarla a la práctica con más facilidad.

CONCLUSIONES PRÁCTICAS:

1.- Empecemos el día haciendo oración.

2.- Meditemos la Santa Regla todos los días.

3.- No salgamos de casa sin ofrecerle a Dios todas nuestras tareas.

4.- Pongamos en manos de la Santísima Virgen todas nuestras inquietudes.

5.- No comencemos nuestro trabajo sin ofrecérselo al Señor.

6.- Pensemos: Todo lo que somos y tenemos se lo debemos a Dios.