La Misa. Tercera parte.

Modo de oír la Misa.—

El mejor modo de oír la Misa es seguirla con algún devocionario. Los que no lo hacen así, de ordinario están muy distraídos. En cuanto a los devocionarios, el mejor es el mismo misal y las oraciones que dice el sacerdote todos los dias son las mejores; esas están, entre otros, en nuestro Devocionario Popular y en el Caballero Cristiano. Y será aun mejor modo de oír Misa ayudar como acólitos al sacerdote. Seria muy de desear que se generalizase el uso que hay en algunas partes de ayudar los caballeros con frecuencia a la Misa a que asisten. Y este oficio debería saberlo todo cristiano desde niño; no hay dificultad, antes es conveniente ayudar a Mina con al libro delante, Otro modo de oír Misa se pueden ver en los devocionarios.

Obligación de oir Misa.

Aconsejamos a todos que oigan Misa diariamente y les diremos que esta es la mejor devoción que pueden tener en toda su vida. Y mucho mas si la oyen comulgando en ella.  La comunión no es parte esencial, pero si integral de la Misa. Y así, antiguamente a la Misa se la llamaba fracción del pan, porque en ella se daba la Comunión y por eso mismo en las oraciones se supone que los oyentes van a comulgar o han comulgado y, en fin, a eso se debe también la ceremonia en que se parte la hostia, recuerdo de cuando en la Misa se partía el pan para repartirlo, si bien ahora por mayor expedición y comodidad se consagran aparte hostias pequeñas.

Misa.-

El sacrificio de la Eucaristía recibe muchos nombres en la historia litúrgica: Fracción del pan, cena del Señor, comunión, liturgia, misterio, oblación, sacrificio, dominical, colecta, solemnidad, servicio, suplica y otros. El mas común es el de Misa. Pero no sabemos lo que este significa. Lo mas verosímil es lo siguiente: Antiguamente los catecúmenos asistían solo al comienzo o introducción del sacrificio. En seguida del sermón, cuando empezaba propiamente el sacrificio, se les despedía y quedaban solo los fieles y para despedirlos se usaba la formula usual: ite missa est; «id, ya es la despedida”. Y desde entonces comenzó a llamarse Misa la parte siguiente. Y mas tarde se comenzó también a llamar Misa a la parte anterior y, en fin, se empezó a llamar a la parte primera Misa de los catecúmenos y a la segunda Misa de los fieles. Decia San Agustin: “Después del sermón, terminaba la Misa de los catecúmenos, se da la despedirla (missa) a los catecúmenos y permanecen los fieles.” Y se llamaba también missas al conjunto de una y otra. El nombre de Misa no se halla en los autores de los tres primeros siglos, sino otros nombres. Diremos acerca de la Misa algunas cosas, que, aunque son propias de los sacerdotes, pero conviene que las conozcan también los fieles.

Materia de la Eucaristía.—

Y primero hay que saber con que se puede consagrar. La materia de la Eucaristía es pan de trigo y vino de uvas. Todo lo que sea verdadero pan y verdadero vino de uvas vale. Pero, además, esta mandado que se utilice pan ácimo o sin levadura entre los latinos; pan fermentado entre los griegos, aunque valer, vale cualquiera de los dos, y al vino esta mandado que se le echen unas cuantas gotas de agua.

No vale el pan de cebada, de maíz, de arroz, de avena, de habas, etc., ni el pan de leche, aceite, etc-, ni la masa de trigo cruda o frita. Sobre si vale EI centeno, la flor de harina, el salvado etc„ téngase en cuenta que todo lo que se tenga como pan de trigo en el uso común de la gente te dice que es valido. Pero debe procurara que sea lo mejor que buenamente se pueda y de trigo enteramente. No vale el arrope, ni el vino de agraces, ni la cerveza, sidra, vino de pera o de otras frutas, vino químico, ni vinagre.

Vale, pero esta prohibido celebrar, con pan de trigo mezclado con otros granos en pequeña cantidad, el pan mohoso que empieza a corromperse, ni, en general, el pan viejo, a no ser por necesidad. Vale, pero esta prohibido celebrar, con mosto de uvas maduras, o con vino que empieza a agriarse o corromperse, a no ser por necesidad. Si fuese ya vinagre, ni es lícito ni vale.

Forma de la Consagración.- Este pan se consagra diciendo las palabras: “Este es mi cuerpo”, que son las esenciales. V el vino se consagra diciendo: “este es el cáliz de mi sangre”, que son las palabras esenciales, a las cuales se añaden estas otras: “Nuevo y Antiguo Testamento, Misterio de la Fe, que por vosotros y por muchos será derramada para remisión de los pecados.”

Ministro de la Eucaristía.

Ministro de la Eucaristía se puede entender o Ministro de la celebración, para decir Misa y hacer el Sacramento o Ministro de la Comunión para distribuirlo a los fieles. Celebrar y hacer el Sacramento solo puede el sacerdote.

Administrar o distribuir la Eucaristía, de ordinario solo debe hacerlo el sacerdote, pero en casos extraordinarios, con licencia del párroco o del Ordinario o en caso de necesidad, con licencia presunta, puede administrar la Eucaristía el diacono. Además, los legos podrían, en cano de necesidad, si no hay algún clérigo mayor y evitando el escándalo, darse a si o a otros el Viático y aun tornarse las formas consagradas para evitar irreverencias y ello aun no estando en ayunas; por ejemplo, en una revolución.

Puntos de catecismo, Vilariño, S. J.