ABBA BENJAMÍN
1. Dijo abba Benjamín: “Cuando bajamos hacia Escete después de la cosecha, nos trajeron la paga desde Alejandría, un recipiente de aceite para cada uno. Cuando se presentaba nuevamente el tiempo de la cosecha, los hermanos llevaban lo que les había sobrado a la iglesia. Pero yo no abrí mi recipiente, sino que lo perforé con una aguja y saqué poco, y en mi corazón pensaba que había hecho una gran obra. Pero cuando los hermanos trajeron sus recipientes tal como los habían recibido, mientras que el mío estaba perforado, tuve tanta vergüenza como si hubiese fornicado”.
2. Dijo abba Benjamín, presbítero de Las Celdas: «Fuimos a Escete para ver a un anciano, y quisimos llevarle un poco de aceite. Él nos dijo: “Miren donde puse el pequeño recipiente que me trajeron hace tres años; como lo trajeron, así quedó”. Al oír esto, nos admiramos de la vida del anciano».
3. Dijo el mismo: «Fuimos a ver a otro anciano, que nos retuvo a comer. Nos ofreció aceite de rabanitos. Le dijimos: “Padre, danos un poco de aceite del bueno”. Al oírlo, se hizo la señal de la cruz y dijo: “Yo no sé si hay otro aceite fuera de éste”».
4. Abba Benjamín dijo a sus hijos al morir: “Hagan esto y se salvarán: alégrense siempre; oren incesantemente; en todo den gracias”.
5. Dijo el mismo: “Vayan por la vía regia; recorran los mojones y no sean mezquinos”.
ABBA BIARE
1. Interrogó uno a abba Biare: “¿Qué debo hacer para salvarme?”. Le dijo: “Ve, haz pequeño tu vientre, pequeño tu trabajo manual y no te inquietes en tu celda. Así te salvarás”.
Los Apotegmas de los Padres del Desierto.