Algunas perlitas sobre la vida de Nenolina

1 Le fue puesto el nombre de  Antonieta por el motivo que el abuelo se llamaba Antonio, y porque estaban en el centenario antoniano. El segundo nombre, Teresa, por la devoción  que tenían a Santa Teresita del Niño Jesús; Gabriela en honor de San Gabriel de la Dolorosa y Rosa, le fue  impuesto por su madrina, en honor de Santa Rosa de Viterbo.

2) Cuando los esposos Meo, se casaron eligieron como protectora a la Virgen de Pompeya y en la mitad de su viaje de novios, se dirigieron al Santuario de Pompeya (al sur de Nápoles) para pedir la bendición a la Virgen. Recuerda—cuenta la mamá- que en aquel Santuario se acercaron a los sacramentos y que el confesor, le dice: “Con recitar desde el primer día de su matrimonio el Santo Rosario han abierto la puerta de su casa a la Virgen: La Virgen entrará y la familia será bendecida” (¡!qué ejemplo!!!)

3) De Nenolina quedan 177 escritos, de los cuales 19 pequeños pensamientos (manuscritos en los 19 días precedentes a la confirmación) y 158 cartitas: 7 firmadas mientras las otras cuando no sabía aún escribir, se las dictó  a su mamá y algunas veces a su hermana mayor, Margarita. Lamentablemente, escritas sobre hojas (que llamaríamos “papelitos sueltos”),  y eran puestos debajo de la imagen de Jesús – “que de noche las habría leído” decía Nenolina, y muchas han sido perdidas. De las que quedan 7 son dirigidas a los familiares; 6 a la Santísima Trinidad; 12 a Dios Padre; 108 a Jesús (con varios nombres: niño, grande, crucifijo, etc.),  17 a la Virgen; 2 a Santa Teresita de Lisieux y 2 a Santa Inés.

4) Leemos algo que hace estremecer: En los primeros meses de 1937, aconsejada por su marido- Michele- para distraerla un poco del pensamiento del dolor de su Nenolina, su madre, comienza a frecuentar las lesiones de la propaganda que se hacían en la Vicaría (La Iglesia de la Santa Cruz, era la iglesia parroquial de la familia y es allí mismo, donde reposan los restos de Nenolina), en la preparación de la semana de la Madre. Fuese o no una coincidencia, que de aquellas reuniones, Nenolina siempre era con fiebre.

Dominada de la duda que tal vez el Señor no quisiese aquel  compromiso del apostolado, un día le pide a Antonieta que “Cuando veas a Jesús,  pregúntale si debo ir a las conferencias” la pequeña responde: “si, se lo preguntaré”. Algún tiempo después le dice:” Mamá, he preguntado a Jesús si tu debes ir, y Jesús me ha hecho un señal de No con la cabeza” “va….tu estás equivocada—le responde la madre-“ “no, no estoy equivocada”.

Lo mismo sucede para Pascua: telefonaron desde el Consejo Diocesano de Acción Católica  (recordemos que estamos en el año l937!!, en donde todo la vida era católica!) pidiéndole a la madre de hacer dos conferencias. A la función del Martes Santo, mamá María le pregunta a Nenolina si Jesús quisiera que fuese allí. Y la pequeña responde: “Jesús, hace señas que no!”.La mamá fue igualmente a la primera conferencia, pero a la segunda le disgustó y no fue. La pequeña, seria, seria, comentó: Sin embargo, Jesús decía que no”!

…En fin, hay tantos pero tantos elementos que se podrían volcar en este pequeño homenaje, si se quiere, de la vida y de los pormenores de Nenolina, en su corta pero intensísima vida espiritual, reflejados fielmente, gracias al testimonio de su madre y de su padre, volcados en esto libros: “ Nenolina. Quando l´amore supere il dolore”, Editrice Ave, Piersando Vazan, 2.004; “Antonietta Meo. Nenolina” del mismo autor, Ediciones Velar, 2009; “In Braccio a Gesù”, Paolo Risso, Edición particular, 2.006, Costigliole d´Asti. Italia; Maria Meo “Ricordi della mamma di Nenolina”, P. Vazan, Editrice Ave, Roma, 2002., de los cuales hemos tomado a groso modo, para enriquecernos espiritualmente, simplemente,……de una niña.